Tal parece que las cosas no mejoran en este país. Muy difícil se ve el panorama a futuro con focos rojos por todas partes, aunado al aumento diario de muertes por Covid-19, las cuales ya rebasaron el periodo catastrófico de más de 60 mil señalado por el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el pasado 4 de junio.
Recordemos que, en esa fecha, en su rueda de prensa sobre el tema, López-Gatell habló entonces de la posibilidad de un escenario muy catastrófico que podría llegar a 60 mil decesos. Se refería el subsecretario a una previsión presentada a fines de febrero, y ese 4 de junio hablaba de no descartar una posibilidad de entre 30 mil y 35 mil muertes, el que consideraba “el escenario plausible al que se pudiera llegar”. Sin embargo, las cuentas no le salieron bien al funcionario y al día de hoy los fallecimientos rondan ya los 70 mil.
Eso por el lado de la pandemia que nos ha llevado a otro escenario catastrófico en lo económico, del cual no se puede hablar sobre una posible recuperación y así ha quedado de manifiesto con el presupuesto de egresos presentado por el secretario de Hacienda en los días recientes, con recortes al por mayor, aunque los proyectos (caprichos) del presidente López Obrador parecen intocables y se mantienen firmes con su inversión programada; hablamos en este caso del aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
Otro rubro al que se le destina más inversión es al de los llamados programas sociales (considerados por la gran masa como electoreros), con subsidios, dádivas o pensiones a los adultos mayores y los llamados ninis (jóvenes que ni estudian ni trabajan, pero que se llevan una gran tajada mensual). Y aun así se nos pide que nos apretemos el cinturón, aunque éste ya va por la tercera vuelta.
Pero aunado a todo ello, durante esta semana se encendieron otros focos rojos que pudieran convertirse en bombas de tiempo, aunque el presidente AMLO los considere como tensiones que van al alza por intereses de sus adversarios, por los conservadores, pero ahí están los hechos. Los conflictos se van acumulando y no se ven propuestas de solución, más que el uso de la fuerza bruta que cada vez saca más de control la situación.
Tenemos entre los hechos de esta semana la acusación que se hace a la Guardia Nacional, en Chihuahua, como responsable del asesinato de una mujer campesina y lesiones a otro, en un enfrentamiento entre agricultores y elementos de la GN en la presa La Boquilla. Obviamente, se acusa a los hombres del campo de ir armados, por lo que a la Guardia Nacional no le quedó más que repeler la agresión, pero un periodista afirma que les dispararon por la espalda.
Otro hecho fue el de colectivos de mujeres que tomaron las instalaciones de la sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (desde donde despacha la ombudsperson Rosario Piedra Ibarra, a quien por su incapacidad para la solución de los problemas senadores de oposición le exigieron su renuncia. La respuesta a esta petición vino al amanecer del viernes, cuando la Fiscalía de Justicia del Edomex realizó el desalojo de las oficinas y los detenidos (2 hombres, 11 mujeres y 7 niños) fueron llevados al Centro de Justicia de Atizapán de Zaragoza.
Y la cereza del pastel pudiera considerarse el asesinato de un periodista en Veracruz, el número 16 de los profesionales de la comunicación ultimados en lo que va de la administración de AMLO.
¿Cómo se ve entonces el panorama de México a futuro? ¿Y todavía nos piden que nos apretemos el cinturón? ¿Primero los pobres? Pobre México. Hay quien compara al Sr. López con Días Ordaz.
Con información de Nuestra Voz/Editorial
