El jefe de la iglesia católica, el Papa Francisco, despidió al padre Wenceslao Munyeshyaka, de 65 años, según el comunicado publicado por la diócesis de Evreux en Francia, donde ha estado sirviendo durante más de 20 años.
El padre Munyeshyaka fue el sacerdote de Sainte Famille durante el genocidio cometido contra los tutsi. Participó en la matanza de miles de tutsis que se habían refugiado en la parroquia. En una foto ampliamente compartida, se ve al sacerdote con una pistola y atuendo militar. Sin embargo, el comunicado del Papa no especificó por qué motivo se despidió a Munyeshyaka.
El 16 de noviembre de 2006, un tribunal militar de Ruanda declaró a Munyeshyaka culpable de violación y participación en el genocidio de 1994 contra los tutsi y lo condenó en ausencia a cadena perpetua.
Se descubrió que había entregado cientos de adultos y niños a las milicias genocidas, que los masacraron brutalmente. El tribunal militar encontró a Munyeshyaka culpable de violación y de ayudar a las milicias en el asesinato de cientos de refugiados tutsi en la parroquia de la Sagrada Familia en Kigali, donde era el sacerdote principal.
En octubre de 2015, el gobierno francés expresó su decepción porque los tribunales franceses habían decidido no avanzar más en el caso contra Munyeshyaka debido a la calidad de las pruebas.
A pesar de la polémica y de su condena en Ruanda, ejerce como sacerdote en Francia desde 2001.
A fines de 2021, la Iglesia Católica lo excomulgó porque había engendrado un hijo que ilustraba que rompió su voto de celibato. Además, se dice por los sobrevivientes del genocidio que llevaba una pistola en el cinturón, incluso durante la celebración de la Misa.
Naftal Ahishakiye, el secretario ejecutivo de la agrupación de asociaciones de sobrevivientes del genocidio IBUKA, dijo a los medios que es una buena decisión que se debió haber tomado hace mucho tiempo.
Ruanda es recordado aún hoy por las sangrientas guerras que lo azotaron a final del pasado siglo, y particularmente por el genocidio ocurrido en 1994, en el que las muertes superaron el millón de personas.
El anuncio que tiene efecto inmediato decía: “Por decreto de fecha 23 de marzo de 2023, recibido la semana pasada, el Sumo Pontífice Papa Francisco por su decisión suprema inapelable, desestimado en poenam ‘castigo’ del padre del estado sacerdotal Wenceslao Munyeshyaka, incardinado en la archidiócesis de Kigali (Ruanda) y actualmente reside en la diócesis de Evreux”.
El Padre Munyeshyaka está exento de todas las obligaciones derivadas de la ordenación sagrada, y automáticamente ha perdido todos los derechos propios del estado clerical, y excluido del ejercicio del ministerio sagrado y no puede funcionar como lector o acólito, ni distribuir la comunión en ninguna parte.
por Jean Félix Muhire.
KIGALI, Ruanda.