En una Plaza de San Pedro cubierta de flores, Francisco presidió la Misa de Pascua. Como es habitual, los Países Bajos ofrecieron alrededor de 10.000 flores y 10.000 bulbos.
“Resurréxi, et adhuc tecum sum, allelúia: posuísti super me manum tuam, allelúia: mirábilis facta est sciéntia tua, allelúia, allelúia” Sal 138,18.5-6
Al final de la celebración eucarística, el Santo Padre llegó a la logia central desde donde impartió la acostumbrada bendición Urbi et Orbi.
El pensamiento del Papa se dirigió a las situaciones particulares del mundo. Bergoglio habla de Ucrania y Siria. “ Apoye a los afectados por el violento terremoto en Turquía y en la propia Siria”, dijo. Luego reza por Jerusalén y hace un llamamiento a la paz:
«Expreso mi profunda preocupación por los ataques de los últimos días que amenazan el deseado clima de confianza y respeto mutuo, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos , para que reine la paz en el Santo Ciudad y en toda la Región».
Francisco invoca la bendición de Dios sobre el Líbano y Túnez, luego sobre Haití “que sufre desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria”.
El Papa recuerda a Myanmar, Burkina Faso, Malí, Mozambique y Nigeria. .
Pide al Señor que consolide » los procesos de paz y reconciliación emprendidos en Etiopía y Sudán del Sur» y «que cese la violencia en la República Democrática del Congo».
Finalmente, el recuerdo para aquellas “comunidades cristianas que hoy celebran la Pascua en circunstancias particulares, como en Nicaragua y Eritrea, y recuerdan a todos aquellos que se ven impedidos de profesar libre y públicamente su fe”.
Entre estos, sin embargo, Francisco no habló de China, donde hace unos días el gobierno eligió al nuevo obispo de Shanghai sin la autorización de la Santa Sede. El pueblo chino, incluso durante la Santa Pascua, es dejado solo. La usurpación de oficio, cometida de facto por S. E. Mons. Joseph Shen Bin, incluso antes de ser una violación del Acuerdo fantasma, es un delito canónico (Can. 1381 – §1). Es vergonzoso el silencio ante estas graves violaciones.
Por SÍ
Ciudad del Vaticano.
Lunes 10 de abril de 2023.
Silere non possum.