La industria millonaria de los bebés por catálogo no son leyenda urbana. Esta nueva práctica se conoce como “mascotización” o “granjas de criaturas”.
Roberto Castellano, abogado y presidente de la ONG Pro-Vida, en Buenos Aires, Argentina, habló en exclusiva para Agencia Católica de Noticias (ACN) y dijo que las ganancias que le genera a ese tipo de clínicas especializadas, alcanza cifras exorbitantes.
“Ahí, a las mujeres las inoculan y embarazan. Llevan la gestación 9 meses y después entregan la criatura a ese nosocomio; posteriormente citan al interesado que lo encargó y se retira sin preguntas a cualquier país del mundo”,
explicó.
El entrevistado, quien fungió como ExPresidente de la Comisión de Justicia del Colegio de Abogados de la Cd. de Buenos Aires, aseguró que se trata de “una mascotización, toda vez que han transformado a seres humanos en mascotas y al solo efecto de satisfacer el deseo de poder exhibir a un hijo, el cual no es fruto de una relación natural, sino de una necesidad individua; como quien tiene un perro, gato o un canario”.
El dato:
Esta práctica se puede encontrar por Internet con múltiples opciones de clínicas, inclusive en México, con la posibilidad de elegir óvulos de acuerdo a las características físicas deseadas para el niño, por un costo que fluctúa entre 800 y 5 mil dólares.
“Se presenta en todos lados. En el caso de Argentina, hay granjas o criaderos de criaturas; por ejemplo, en Rumania o en algunas naciones muy pobres de la ex Europa de Este, que presentan dificultades económicas, predominan los vientres de alquiler, clasificado como una forma de prostitución ya que, a cambio de dinero, se utiliza el cuerpo de una mujer, al cual se le insemina un óvulo fecundado”,
sostuvo.
Modus operandi de las Granjas o criaderos
Añadió que abundan casos de homosexuales o mujeres lesbianas, los cuales, a través de un Banco de Semen, se les fecunda un óvulo para inocular en el útero de una portadora; entonces tienen un hijo; ello, al ser fertilizado con el esperma de un donante anónimo.
Sin embargo, alertó que esos bebés tienen serias dificultades (…). “Por lo menos en Argentina revelan dificultades, para empezar, son huérfanos a designio; es decir, automáticamente sus progenitores han decidido que no tengan padres. La jurisprudencia internacional ha determinado que en caso de conflicto entre el que pagó y la que lo llevó en el vientre; pero, como es la madre quien lo llevó en el vientre porque es la arriesgó su vida; si hubiera un conflicto, firman contrato con cláusulas punitivas, por si cambia de opinión”, detalló.
Insistió que esas criaturas fertilizadas In vitro, son producto de una madre y un donante anónimo, por lo que nacen sin la posibilidad de conocer a sus progenitores. Solo es el objeto de satisfacer los deseos narcisistas de hombres o mujeres que se niegan a tener una sexualidad natural y complementaria”.
Bebés On Demand, por catálogo
Subrayó que otro negocio es el de los fecundólogos, que ‘fabrican’ chicos On Demand, (a demanda), en el cual, en un libro se elige el color de ojos de pelo, de piel.
“Te exhiben en el folleto el análisis genético del semen que produce el padre, se elige el óvulo, lo fecundan y lo insertan a la que llevó el óvulo y si la gestación por norma de cada país no se permite, se llama: subrogación de vientre(…). Se hace en terceros países alquilándolo, explotando sobre todo mujeres de estrato social bajo. Se hacen en la India y en países de Europa del este y a los 9 meses el interesado va a buscar al recién nacido para conservarlo”,
comentó.
Sobre el modo de operar, ejemplificó que, en Argentina, se presentan problemas muy graves con esos bebés que han nacido con ese procedimiento en el exterior y, producto del Covid-19, ya que no había viajes o vuelos a esos lugares y pedían vuelos especiales, humanitarios, para ir a buscar a sus hijos, se destapó toda una industria de granjas o criaderos, subrogando o alquilando vientres de mujeres con necesidades.
Puntualizó que
“ni siquiera es clandestina esta comercialización. Hay artistas que ha recurrido a este procedimiento, como el caso de Ricky Martin; la industria en este proceso ha sido muy astuta y con la industria cultural ha buscado que figuras recurran a este método; entonces lo normaliza y lo naturaliza, para que la sociedad lo vea como algo natural”.