Este martes 31 de enero, en la Universidad Pontifica de México, el Centro de Estudios de Familia, Bioética y Sociedad -CEFABIOS-(, a través del Observatorio Nacional de la Familia, presentó el Reporte sobre la familia en México 2022: Retos y transformaciones en clave de esperanza.
Ante medios y público en general, el Reporte fue presentado por Mons. Alfonso Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey y responsable de la Dimensión de Pastoral Familiar; el Pbro. Guillermo Gutiérrez Fernández, director del Centro de Estudios de Familia, Bioética y Sociedad, Fernando Pliego Carrasco, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Martinique Acha Alemán, investigadora del CEFABIOS y Ana Gabriela Ramírez Valencia del Observatorio Nacional de la Familia.
Se trata de un documento que, a decir de sus autores, concentra datos “demoledores” a través de un análisis cuantitativo, la reflexión filosófica y antropológica de los efectos de la pandemia que impactó la salud, economía, infancia, el papel del Estado frente a la familia, políticas públicas, educación, atención a adultos mayores, salud mental de sus integrantes.
El reporte es un diagnóstico de la situación postcovid, concentrándose en los reveladores datos de la pandemia. México es el quinto país en el mundo con más muertes a causa del virus. Para los especialistas que presentaron el Reporte, preocupa el elevado número de niños que han perdido a uno o ambos padres. De acuerdo con la investigación, más de 130 mil niños son huérfanos la orfandad a causa de la pandemia y más de 141 mil menores perdieron a su cuidador principal.
La pandemia ha causado estragos en diversos aspectos del desarrollo de la familia; no obstante, el Reporte quiere incidir especialmente en que estas causas podrían ser imputables a dinámicas políticas y económicas anteriores, reflejo de la crisis antropológica y humanitaria. El aumento de la pobreza, las deficiencias educativas y el desamparo emocional parecen desalentadores para el futuro de esta institución; no obstante, la institución es considerada por el público como “muy importante” (89.4%) a diferencia del trabajo (58.6%).
En este sentido, y ante circunstancias como crisis económica, enfermedad e inseguridad existencial, los afectados recurrieron a sus familiares para soportar tales dificultades. Se afirma, por otro lado, la importancia del papel de la Iglesia en el fortalecimiento de la familia a través de reuniones y eventos que analizaron su actual situación como fue el XIV Congreso Mundial de las Familias, en el que participaron más de 10,000 personas el 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre de 2022 y con la presentación de los Itinerarios catecumenales para la vida matrimonial, el 13 de septiembre de 2022.
Algunos rasgos del Reporte permiten comprender, de manera que la pandemia cambió las dinámicas familiares y, a la vez, alumbrar con esperanza nuevos panoramas que la sociedad enfrenta. La importancia de la familia es un hecho social y los especialistas consideran que abre una nueva posibilidad como fundamento de la nueva biopolítica. Para el Reporte, no pasa desapercibido el papel del Estado y su intervención en la institución familiar, así sugiere exigir mayor intervención en aquellos problemas públicos que afectan y menor intervención cuando se refiera a decisiones inherentes al del núcleo familiar en su ámbito de decisión y libertad.
Tales problemas derivados de la pandemia y las decisiones legislativas y judiciales implican un ataque que debe ser visto en tono de esperanza. Los especialistas estiman que cualquier país “necesita de familias con raíces, de jóvenes que conozcan de dónde vienen y que puedan renovar, innovar y mirar con optimismo el futuro”, destacando el papel de la Iglesia como de los más influyentes en el cuidado y protección de la familia.
En su intervención, el Alfonso Miranda Guardiola, responsable de la Dimensión de Pastoral Familiar de la Conferencia del Episcopado Mexicano, insistió en trabajar con esperanza “teniendo en la familia, el baluarte, la columna de la sociedad; la otra palabra mágica, maravillosa… es el tema de la misericordia” e insistió en la enseñanza del Papa Francisco para que los obispos atiendan a las familias heridas a la manera del Buen Samaritano. Para el obispo auxiliar de Monterrey, el objetivo es un enfoque en las personas “en condición de familia, cualquier que esta sea, sin exclusión y prejuicios porque, por encima de toda, está la situación humana, el dolor humano, lo que sufre cada persona.”