¿Qué es Dios para ti? Para algunos es un genio al que se le pide deseos ilimitados. Para otros es alguien a quien no hay que molestar con pequeñeces porque está ocupado con cosas realmente importantes. También hay quienes creen en un Dios que los castiga si hacen el mal y los premia si hacen el bien. Sin embargo, estas formas de creer en Dios, muchas veces erróneas, tienen mucho que ver con el trato que tuvimos de nuestros padres.
Es así como muchas personas tienden a atribuirle características a Dios a partir de su experiencia con su primera figura paterna o masculina. De ahí que muchos consideren que la figura patriarcal de Dios es errónea, por como fueron sus padres u otros varones con ellos.
Habiendo dicho esto, quiero que te preguntes, ¿cómo fue tu relación con tu padre en tu infancia? Parte del trabajo que hacemos en el Diplomado en Sanación Interior, es descubrir las heridas emocionales de nuestra infancia para sanarlas con el amor de Jesús como nuestro modelo de padre. De esta manera, quienes han tenido experiencias traumáticas en su niñez por parte de alguna figura paterna, pueden reconciliarse con el amor de Dios, que nada tiene que ver con la concepción egoísta del amor humano.
Es a través de ese amor desinteresado, que se da hasta la muerte por cada uno, que se logra la sanación de la relación con nuestros padres para aceptar el amor de Dios y así poder darlo luego a otros.
Esto no quiere decir que si tienes una buena relación con Dios, no debas hacer un proceso de sanación de las heridas de tu infancia. O bien, que si tuviste una buena relación con tu papá, no puedas tener una mejor relación con Dios. Después de todo, el condicionamiento de nuestros padres, nos hace ver de manera inconsciente la manera en que Dios obra en nosotros y podemos caer en pensamientos erróneos, como por ejemplo: Dios no me escucha, me castiga, me mandó esta enfermedad para que aprenda, etc.
Por eso, si quieres limpiar la visión que tienes de tu Padre del cielo, te invito a que inicies un proceso de sanación de las heridas emocionales de tu infancia, a través del Diplomado en Sanación Interior.
No se trata de si amas o no a tus padres, o si fueron buenos o no contigo. Se trata de limpiar la visión que tenemos del amor de Dios para recibirlo plenamente sin sesgos de ningún tipo.
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