Nuestra Señora, bajo arresto domiciliario…en Ncaragua.

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* El régimen prohíbe al pueblo y a las parroquias las tradicionales procesiones por la fiesta de la Inmaculada Concepción

* Es solo la última restricción contra la cada vez más perseguida Iglesia católica.

«La Purisima» y «Griteria», que tienen lugar entre el 28 de noviembre y el 8 de diciembre, son las celebraciones de la iglesia católica más populares en Nicaragua. Durante estos diez días, los feligreses levantan altares a la Virgen en sus casas y barrios y realizan procesiones con imágenes de la Virgen. La gente se reúne con familiares y amigos para rezar y cantar en honor a María en un ambiente festivo, y en cada altar se reparte el «gorro», un paquete de regalos. En la noche del 7 de diciembre, víspera de la Inmaculada Concepción, se produce entonces el llamado «Gran Pregón» y las familias suelen ir de altar en altar, cantando. «¿Quién da tanta alegría?», grita uno, y todos responden a coro: «¡La concepción de María!». En las calles, los vecinos detonan pequeñas bombas de pólvora hechas a mano, y el cielo se ilumina con cohetes y fuegos artificiales.

Sin procesiones en Nicaragua

Este año, sin embargo, no será así para la gente. De hecho, la policía sandinista de Daniel Ortega ha prohibido que muchas parroquias católicas realicen la Purísima. Una operación más de cancelación de la cultura, en este caso religiosa, llevada a cabo por quienes se definen como izquierdistas pero no son más que un dictador corrupto.

“ El 28 de noviembre, alrededor de las 12:00 horas, recibimos una llamada telefónica de la Policía Nacional que nos prohibía hacer la procesión en el preciso momento en que la imagen de la Virgen iba a visitar el primer barrio de la ciudad”, denunció el parroquia de San José, en Tipitapa, ciudad de 150.000 habitantes a 20 km de la capital Managua. El comunicado de prensa concluye con «profunda tristeza por esta prohibición que nos impide expresar nuestra fe en público».

Mismo patrón también en la parroquia de San Pedro y Santa Lucía, en el municipio de Ciudad de Darío, 53 mil habitantes. «La imagen de la Virgen no saldrá como siempre ha salido. No habrá procesión ni de madrugada ni de noche», anuncia desconsolado fray Patricio Tijerino, párroco.

Continúa la represión contra la Iglesia

En Masaya, la cuarta ciudad más poblada de Nicaragua, con casi 200.000 habitantes, el padre Bismarck Conde, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, informó durante la misa del último domingo que se mantienen los tradicionales rezos y visitas en honor a la Virgen. suspendido por orden policial.

Desde agosto pasado, el régimen de Daniel Ortega ha recrudecido la represión contra la Iglesia Católica de Nicaragua, en una ofensiva que ha llevado hasta el momento a diez religiosos presos, entre ellos siete sacerdotes y un obispo, otros once sacerdotes han sido forzados al exilio, otros más fueron expulsados ​​mientras se prohibían las fiestas católicas tradicionales. La Purísima es sólo lo último.

A pesar de las restricciones que ha impuesto a la Iglesia Católica para celebrar esta festividad, lo paradójico es que es el propio régimen de Ortega el que está organizando su “Purísima” este año: de hecho ya se instalaron lujosos altares construidos por la dictadura en la Avenida Bolívar, en Managua.

Nicaragua en la lista negra de EE.UU.

En reacción a este último insulto a la Iglesia Católica, el viernes pasado Estados Unidos decidió incluir a Nicaragua en la lista negra de países que violan sistemáticamente la libertad religiosa. Ya en agosto pasado, el Departamento de Estado de EE.UU. había denunciado la persecución a la que es sometida la Iglesia católica en Nicaragua desde que, en abril de 2018, los religiosos acogieran en sus templos a las víctimas de la represión del régimen, denunciando las violaciones de derechos humanos cometidas por la dictadura. .

Desde entonces, las campañas de desprestigio y las amenazas nunca han cesado. El obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, se ha visto obligado a exiliarse, mientras que hasta el momento se han registrado más de 400 ataques a la Iglesia, según un reciente estudio de la investigadora Martha Patricia Molina. Solo en 2022, hasta octubre, fueron 127. Entre ellos recordamos la detención del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, en arresto domiciliario desde el pasado 19 de agosto. Recientemente también fue detenido el párroco Oscar Benavidez Dávila, de Mulukoku, ciudad de 73 mil habitantes, culpable de acciones «desestabilizadoras», entre ellas oraciones públicas a la Virgen y algunos «cantos» de alabanza al Señor.

Además de fabricar procesamientos absurdos, la dictadura también expulsó al nuncio apostólico en marzo, dieciocho monjas de la orden de Madre Teresa de Calcuta en julio y cerró todos los medios católicos, incluida la televisión de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.

Por Pablo Manzo.

MANAGUA, NICARAGUA.

MARTES 6 DE DICIEMBRE DE 2022.

TEMPI.

Foto Ansa.

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