Los obispos de Ecuador pidieron al presidente del país, Lenín Moreno, vetar el Código Orgánico de Salud (COS) aprobado por la Asamblea Nacional, porque afecta los derechos humanos consignados en la Constitución.
“Apelamos al sano criterio y a la sensibilidad humana del Señor Presidente de la República para que, libre de presiones políticas y económicas, vete estos artículos que atentan contra los derechos humanos, favoreciendo y defendiendo la salud integral de las personas, la objeción de conciencia, la vida humana, el rol primario de la familia dentro de la sociedad en la educación de sus hijos, previsto en la propia Constitución”, fue el pedido de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) en una declaración publicada el miércoles 26 de agosto.
Un día antes, el martes 25 de agosto, la Asamblea Nacional de Ecuador aprobó con 79 votos el COS, que, entre otras cosas, abriría las puertas a los vientres de alquiler, la enseñanza de la ideología de género a menores y al aborto, al afectar la objeción de conciencia de los médicos.
El texto de 405 artículos ahora pasará al presidente Moreno, quien tiene la facultad de aprobarlo o vetarlo total o parcialmente.
En su comunicado, los obispos dijeron que ven “con enorme preocupación” la vulneración de derechos humanos, los cuales “son inherentes a la naturaleza humana, preceden a toda legislación”, y, en consecuencia, “no son concesiones del Estado ni fruto de los consensos de grupos humanos”.
Entre los derechos vulnerados, la CEE se refirió al “derecho a la vida desde la concepción”, ya que en el artículo 201 del COS se “promueve el aborto de una manera ambigua o indeterminada, como emergencia obstétrica”.
“La verdadera emergencia obstétrica se da solo cuando el aborto se encuentra en curso de manera involuntaria”, aseguraron los obispos.
El artículo al que hacen referencia indica: “Serán consideradas emergencias los abortos de cualquier tipo y por cualquier causa aparente, y todas las patologías que comprometan la salud materno fetal. Se prohíbe a los establecimientos prestadores de servicios de salud; y, a las y los profesionales de la salud negar la atención de estas emergencias, y deberán respetar la confidencialidad, privacidad, el secreto profesional y los derechos de las mujeres, sujetándose a la normativa y protocolos establecidos por la Autoridad Sanitaria Nacional”.
En ese contexto, también lamentaron la afectación del “derecho a la objeción de conciencia de los médicos, al obligarlos a intervenir en casos de emergencia obstétrica por cualquier causa”.
Los obispos aprovecharon en citar el artículo 195 del COS, el cual incluye “anti concepción después de eventos obstétricos” y “prohíbe a los profesionales de la salud negarse a prescribir, implantar, aplicar o realizar el procedimiento anticonceptivo”; y el artículo 400, que indica que aquellos profesionales que se nieguen a lo expresado en el artículo 195 serán sancionados “con multa de quince salarios básicos unificados del trabajador en general”.
Otra afectación señalada por la CEE se encuentra en los artículos 22 y 115 del Código.
Ellos afirman que estos vulneran “el derecho de madres y padres de familia a educar a sus hijos, al aprobar el uso indiscriminado de anticonceptivos de los menores de edad sin su consentimiento (cfr. COS, art. 22), como también al imponer visiones ideológicas de género contrarias a sus convicciones éticas y a la ciencia. (Cfr. COS, art. 115)”.
Más adelante, la CEE también criticó que se vulnere “el derecho de la mujer a una maternidad plena y a la dignidad del cuerpo humano”, ya que el artículo 196 del COS permite “la contratación de vientres de alquiler o subrogados, de forma supuestamente gratuita”.
Finalmente, los obispos ecuatorianos lamentaron la vulneración del “derecho a la identidad sexual, al permitir la asignación o cambio de sexo en la etapa de pubertad” a través del artículo 193; así como también “el impedir la recuperación de una orientación sexual”, contendido en el artículo 208.
“Hacemos un firme llamado a quienes tienen responsabilidades institucionales, pidiéndoles que sitúen los derechos humanos en el centro de todas las políticas, incluidas las de cooperación para el desarrollo humano integral, aun cuando eso signifique ‘ir contra corriente’”,
pidieron los obispos en su comunicado.
También aseguraron que este Código Orgánico de Salud “contradice o desconoce la cultura, costumbres y principios de nuestro pueblo que ama la vida y la defiende siempre”, así como los derechos contenidos en la Constitución del 2008, “aprobada por la mayoría del pueblo ecuatoriano” y bajo la cual “deben subordinarse todas las Leyes y normas de inferior jerarquía”.
“Con esta declaración, los Obispos hacemos nuestro el sentir del pueblo cristiano y de la mayoría de los ecuatorianos”,
concluyó la Conferencia Episcopal.