Por primera vez en la historia de la Diócesis y la Arquidiócesis de San Luis Potosí, en ningún templo se celebró la festividad Patronal de San Luis Rey de Francia. Solamente fue posible desarrollar una misa privada y a puerta cerrada, en la que el obispo número 13 y tercer arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, envió un mensaje de petición para el pronto fin de la inseguridad y de la pandemia de coronavirus Covid-19.
El arzobispo fue a quien le correspondió enviar el mensaje de la fiesta patronal sin feligreses y a puerta cerrada y ordenó la celebración sólo con algunos sacerdotes para evitar aglomeraciones.
La celebración en esas condiciones como nunca se había visto, sirvió para solicitar en el mensaje a la sociedad unas mejores condiciones de seguridad pública y que los potosinos nos sumemos en las acciones para acabar con la pandemia de Covid-19.
Los sacerdotes advirtieron que la pandemia los ha puesto a pensar en la fragilidad humana, es decir, en que nadie tiene la vida segura y las personas están y al día siguiente puede que ya no, en un periodo el que nunca se había sentido tan cerca el ser mortales.
La iglesia pidió aprovechar el tiempo de confinamiento, para trabajar en etapas profundas de transformación, sobretodo completa conciencia de la fragilidad humana y con las bases para reconstruirse y construir una mejor sociedad.
Con información de Pulso de San Luis/Martín Rodriguez