* Ley contra la «propaganda» de las relaciones sexuales «no tradicionales» en discusión.
* La Iglesia ortodoxa califica la propaganda LGBT como «un instrumento de invasión del Occidente colectivo en una guerra híbrida contra Rusia».
* Se recogerán más propuestas de restricciones y castigos para los «mensajeros de Satanás».
Se está discutiendo en la Duma estatal la iniciativa legislativa para la prohibición absoluta de cualquier tipo de información que pueda ser interpretada como una forma de propaganda para las relaciones sexuales «no tradicionales». Al debate asisten diputados, senadores, funcionarios del gobierno, representantes de la sociedad y del mundo eclesiástico de Rusia.
Nadie intervino a favor de los valores no tradicionales. En cambio, todos los oradores insistieron en los peligros de la propaganda LGBT, asociándola en particular a las circunstancias del conflicto bélico en Ucrania, que el presidente Putin dramatizó aún más al declarar la «situación de emergencia nacional»: en la práctica, la condición explícita de un estado de guerra.
Los políticos rusos reiteran un concepto proclamado por el patriarca de Moscú Kirill tras el inicio de la invasión de Ucrania, a saber, que dicha propaganda representa «el instrumento colectivo de invasión de Occidente en una guerra híbrida contra Rusia«. De la Iglesia Ortodoxa llega la aprobación explícita del procedimiento en curso, como una «victoria en la guerra contra el maligno». El proyecto fue presentado inicialmente nuevamente en junio por la presidenta del Comité Parlamentario para Asuntos de la Familia, Nina Ostanina, del Partido Comunista (KPRF), para detener la propagación de ideales no deseados en Internet y todos los medios.
La propuesta también prevé la suspensión de las licencias para la proyección de películas que reproduzcan contenidos relacionados con la homosexualidad y las uniones no tradicionales. Ahora el texto se ha complementado con un nuevo paquete de medidas, elaborado por el jefe del Comité de Política de Información Aleksandr Khinstein de Rusia Unida, que prevé fuertes multas para los ciudadanos que cometan propaganda LGBT: de 50 mil a 400 mil rublos (1.000 -8.000 euros); de 100 mil a 800 mil en el caso de funcionarios estatales y de 800 mil a 5 millones para personas jurídicas, con interrupción de actividades hasta por 90 días.
El presidente de la Duma Vjačeslav Volodin subrayó la particular relevancia del tema, basándose en encuestas recientes del instituto Vtsiom, según las cuales los ciudadanos que han tenido que lidiar con la propaganda LGBT en los últimos 10 años de hecho se han duplicado: en 2012 Si el 6% de los encuestados reportaron estas situaciones, este año fueron el 12%.
Khinstein afirmó que desde el inicio de la operación militar especial (invasión) la prohibición de tal propaganda «no sólo no ha perdido su relevancia, sino que ha cobrado un significado aún más evidente y decisivo», ya que «es claro que nuestra oposición en el Occidente asume en gran medida el significado de un choque de civilizaciones, donde Rusia se ha mantenido como la fortaleza de defensa y custodia de los valores tradicionales”.
Según los diputados, en Occidente se está gestando una vasta «revolución LGBT», donde «las personas homosexuales, bisexuales y transgénero ocupan los puestos más importantes de poder y funciones rectoras de los Estados, mientras la propaganda se convierte en una denuncia incesante, y se convierte en la norma». incluso en cuentos de hadas para niños ”, explicó nuevamente Khinstein.
La nueva ley pretende prohibir las expresiones no deseadas no solo en el ámbito de la comunicación hacia los niños, sino también hacia todos los ciudadanos de cualquier edad y condición social, prohibiendo también la propaganda de la pederastia y el cambio de sexo.
Al discutir cómo distinguir la propaganda de la mera expresión artística, Volodin dio el ejemplo de «Lolita» de Nabokov, en la que «no hay propaganda de pedofilia, porque ningún lector de este libro desea repetir el destino del héroe». El representante del patriarcado de Moscú, el protoierej Andrei Tkačev, recordó que «el pecado no es un asunto privado», y los pecadores «esparcen el hedor de su propia degradación mucho más allá de los confines de sus dormitorios».
Se recogerán más propuestas de restricciones y castigos para los «mensajeros de Satanás», para finalmente alcanzar la «victoria final».
Por Vladimir Rozanskij.
MOSCÚ, RUSIA.
