* Según datos de Eurostat, por segundo año consecutivo el número de muertos supera al de vivos.
* En 2020 se produjo por primera vez un descenso de la población, principalmente debido a la pandemia del Covid-19.
* En 2021, el viejo continente redujo su población en 1,2 millones de ciudadanos. Las instituciones de la UE están completamente desinteresadas en esta tragedia demográfica. Sin embargo, ahora la única tendencia demográfica con signo positivo es la de la inmigración.
* Pero la única emergencia de la que hablamos es la climática.
Europa niega la emergencia real, la demográfica. El descenso demográfico en la UE continúa y, mientras que en pocas semanas la población mundial alcanzará los 8.000 millones de personas, la UE ha registrado otro descenso de 1,2 millones de ciudadanos también en 2021.
Según datos publicados a mediados de julio, las muertes en Europa seguían superando a los nacimientos en 2021. Considerando el impacto de la pandemia de Covid-19 desde 2020 y el aumento adicional del número de muertes debido al envejecimiento de la población, con tasas de fecundidad y natalidad muy bajas, el balance natural negativo (más muertos que vivos) también podría continuar. en los próximos años. El crecimiento futuro de la población en la UE, si lo hay, será probablemente el resultado de una migración descontrolada y, solo en unos pocos encabezados por conservadores, de políticas nacionales a favor de la natalidad y de la familia.
Europa, como instituciones, está totalmente desinteresada de esta tragedia que se desarrolla todos los días en los hogares y ciudades del continente y no desde hoy. Se estima que el año pasado fallecieron en los estados miembros de la UE 5,2 millones de personas, unas 113.000 muertes más que el año anterior, mientras que en 2020 hubo 531.000 muertes más que en 2019. La tasa de natalidad se ha mantenido constante en los últimos dos años con alrededor de 4 millones niños nacidos, mientras que la migración ha aumentado de 800.000 en 2020 a 1,1 millones en 2021. Los datos representan una tendencia demográficaa la inversa del crecimiento de la población desde la década de 1960, la población europea era de 354,5 millones en 1961 y 447 millones en 2021. Hemos pasado de un crecimiento promedio de 3 millones de personas por año durante la década de 1960, el crecimiento ha caído a casi una cuarta parte de eso (700 mil personas por año) a partir de 2005 con los últimos dos años teniendo un saldo negativo cada vez mayor. El informe de Eurostat destaca cómo el descenso total registrado en 2021 para la población de la UE se debe principalmente al aumento del número de muertes, mientras que el número de nacidos vivos se mantuvo casi sin cambios con respecto a 2020.
En resumen, el cambio natural en la población de la UE (-1,2 millones de personas) fue mayor que la migración neta y el ajuste estadístico (+1,1 millones), lo que resultó en una disminución de la población de casi -0,2 millones. La migración neta aumentó en valor absoluto de +0,8 millones en 2020 a +1,1 millones en 2021. Con 93,2 millones de personas, Alemania es el país más poblado de la UE, seguido de Francia (68 millones) e Italia (59 millones). Con apenas 500.000 habitantes, Malta es el país con menor población, seguido de cerca por Luxemburgo (645.000) y Chipre (904.000). Entonces, si no hubiera habido la inmigración de 1,1 millones de personas, en 2021Europa, con su descenso de 1,2 millones de habitantes, habría visto borrados de sus mapas a dos países miembros: Malta (-500 mil) y Luxemburgo (-645 mil). En general, diez Estados miembros, incluidos Italia y Eslovenia, registraron pérdidas de población el año pasado, mientras que los demás registraron aumentos, que van desde 185 900 en Francia hasta 1 700 en Estonia.
La emergencia por tanto no es climática , a pesar de las locas y continuas declaraciones de querer hacer más que el vicepresidente de la UE Timmermans y la mayoría transversal del Parlamento Europeo nos siguen queriendo imponer. La verdadera emergencia europea es demográfica, a pesar de la decepción de los ecologistas y plutocráticos globalistas , cada vez más responsables de este proceso de extinción demográfica y cultural. De hecho, el bombo medioambiental es tal que, por ejemplo, un estudio internacional publicado en septiembre de 2021 por la revista británica The LancetPlanetary Health descubrió que cuatro de cada 10 jóvenes en todo el mundo dudan en tener hijos o ya han decidido renunciar debido a la crisis climática y temen que los gobiernos estén haciendo muy poco para prevenir la catástrofe climática, según una encuesta realizada en 10 países. . . Las tres cuartas partes estuvieron de acuerdo con la afirmación «el futuro es aterrador» y más de la mitad cree que tendrán menos oportunidades que sus padres. Casi la mitad dijeron que se sentían angustiados o ansiosos por el clima de una manera que afectaría su vida y funcionamiento diarios. La investigación se realizó en cerca de 10 mil jóvenes, cubrió Australia, Brasil, Finlandia, Francia, India, Nigeria, Filipinas, Portugal, Reino Unido y Estados Unidos.
Sin embargo, la realidad es bastante diferente . El alarmismo climático no solo está al menos mal fundado e incluso menos debatido. Pero, además, todos sabemos que en nuestro planeta actualmente solo se explota una fracción de su potencial energético renovable, así como una fracción de sus recursos minerales y fósiles, mientras que los avances científicos son permanentes en agricultura, arquitectura, transporte y tratamiento de residuos. Aproximadamente 10 años después de alcanzar los 7 mil millones de personas, se espera que la población mundial alcance los 8 mil millones en noviembre, una gran oportunidadcomo dice la ONU, también para Europa que debe impulsar lo que hasta ahora han hecho y harán Polonia, Hungría y algunos otros (Suecia e Italia en primer lugar), una política común a favor de la familia y la natalidad para todo el continente No es una petición católica o cristiana, es un hecho ineludible e innegable de la realidad.
Por LUCA VOLONTÉ.
ROMA, ITALIA.
VIERNES 21 DE OXTUBRE DE 2022.
