El último secuestro de un sacerdote en África con exigencia de pago de extorsión data de hace unos días.
Es otro secuestro preocupante por parte de bandas criminales o grupos a menudo vinculados al radicalismo islámico que está penetrando rápidamente en muchas regiones africanas.
Esta vez fue un sacerdote nigeriano el que se llevó, el padre Joseph Igweagu, párroco de la parroquia de St. Joseph, Abbot Nsugbe, secuestrado cuando regresó a la rectoría después de celebrar una misa fúnebre en Umunnachi el miércoles 12 de octubre, lo hizo saber a través de un comunicado de prensa Archidiócesis de Onitsha.
Al solicitar las oraciones de los fieles por la «liberación incondicional» del sacerdote, la arquidiócesis especificó que está haciendo todo lo posible para obtener su liberación.
El estado de Anambra se encuentra en lo más seguro de Nigeria y es una de las zonas afectadas por el fenómeno del secuestro con multas de extorsión, un delito que es endémico en varias zonas de Nigeria.{La Iglesia observa con preocupación el fenómeno del aumento de los secuestros provocado tanto por la inestabilidad de la situación como por el avance del extremismo en muchas zonas. Nigeria, Camerún, Malí, Níger, Cuerno de África, Kenia, Congo, Zimbabue.
Mientras tanto, sin embargo, se ha sumado otra fuente de temores, esta vez se vinculó a las noticias realizadas públicas durante las audiencias del maxijuicio vaticano en el edificio de Londres.
En el curso de algunos interrogatorios se supo que el Vaticano en algunas circunstancias si ha mostrado dispuesto a los secuestradores con los fondos reservados de la Secretaría de Estado (fondos que ahora han pasado a la gestión del IOR).
La difusión de estas noticias, hasta ahora altamente confidencial, y reportadas puntualmente por todos los diarios internacionales -desde AP hasta Reuters-, corre el riesgo de alimentar el fenóminos de los secuestros con multas de extorsión.
Una especie de efecto secundario inesperado: haber hecho pública la actividad de la Santa Sede para la liberación de los rehenes podría poner en peligro la vida de muchos sacerdotes y misioneros que viven en zonas particularmente delicadas.
Durante algunas audiencias quedó claro que el Vaticano se había interesado por la monja colombiana secuestrada en Yemen (now safe) y de destinar mucho dinero para su liberación. Exactamente como sucedió en el pasado con otros casos de secuestros manejados entre bastidores, por ejemplo el del Salesian que fue secuestrado en Yemen hace casos diez años.
