* Múltiples encuestas realizadas en Brasil el jueves y el viernes muestran que la brecha entre el candidato presidencial favorito Luiz Inácio Lula da Silva y el actual presidente Jair Bolsonaro se reduce a menos de cinco puntos porcentuales, la diferencia entre los dos durante la primera ronda de votación del 2 de octubre.
En Brasil, la elección presidencial se decide en una vuelta de votación si el principal candidato recibe más del 50 por ciento de los votos, o en dos elecciones si eso no ocurre. Lula ganó la primera elección con solo el 48 por ciento de los votos, lo que provocó la segunda vuelta entre él y Bolsonaro, quien terminó en segundo lugar. Bolsonaro obtuvo alrededor del 43 por ciento de los votos, una diferencia del cinco por ciento que casi todas las principales encuestas nacionales predijeron incorrectamente. Antes de la votación, los principales encuestadores pronosticaban una ventaja de hasta 14 puntos para Lula y una victoria decisiva por encima de la demarcación del 50 por ciento, lo que no se materializó.
Bolsonaro, un conservador de línea dura pero pro-China, disfruta de importantes ventajas en las áreas metropolitanas más grandes del país, Sao Paulo y Río de Janeiro, la última de las cuales representó en el Congreso antes de ser elegido presidente en 2018. El extremista marxista Lula obtuvo una victoria a duras penas durante las elecciones del 2 de octubre en gran parte como resultado de las abrumadoras ventajas en los estados del noreste del país, las regiones más pobres y más socialistas.
La contienda se redujo después de dos semanas de intensa y extraña campaña negativa en la que los partidarios de Bolsonaro acusaron a Lula de contar con el apoyo de los satanistas y la campaña de Lula acusó a Bolsonaro de canibalismo.
Una partidaria del presidente brasileño y candidato a la reelección Jair Bolsonaro reacciona mientras observa el conteo de votos de las elecciones legislativas y presidenciales, en Río de Janeiro, Brasil, el 2 de octubre de 2022. (CARL DE SOUZA/AFP vía Getty Images)
Una encuesta publicada el viernes por la firma AtlasIntel encontró a Lula todavía a la cabeza con 52,4 por ciento, pero Bolsonaro con 47,6. detrás solo por unos cinco puntos porcentuales, informó Reuters . La ventaja de Lula se amplió al no tener en cuenta a los votantes indecisos obligados a elegir un candidato y anular los votos, pero no por mucho, y Lula perdió algo de apoyo: 51,1 por ciento para Lula en comparación con el 46,5 por ciento de Bolsonaro.
La revista brasileña Veja recopiló varias otras encuestas publicadas el jueves y el viernes que mostraban una estrecha ventaja para Lula. La firma Paraná Pesquisas encontró una diferencia aún más estrecha entre los candidatos: el 47,6 por ciento de los encuestados dijo que actualmente tenía la intención de votar por Lula en comparación con el 44,1 por ciento que dijo que tenía la intención de votar por Bolsonaro. Veja señaló que Paraná Pesquisas obtuvo la elección del 2 de octubre, pero “erró menos que las proyecciones de primera vuelta de otros, como Datafolha, Ipec, Quaest e Ipespe”.
Partidario del expresidente brasileño (2003-2010) y candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inácio Lula da Silva reacciona mientras observa el conteo de votos de las elecciones legislativas y presidenciales, en Brasilia, Brasil, el 2 de octubre de 2022. (SERGIO LIMA/AFP vía Getty Images)
Ipespe volvió a publicar una encuesta el miércoles que muestra una ventaja mucho mayor para Lula, como lo hizo durante la primera vuelta. La firma descubrió que el 50 por ciento de los encuestados apoyaba a Lula en comparación con el 43 por ciento de Bolsonaro. Quaest también publicó una encuesta el jueves que encontró una ventaja de 49 a 41 para Lula.
El creciente apoyo a Bolsonaro que se encuentra en las encuestas parece estar impulsado por un sentimiento positivo hacia Bolsonaro, no por un sentimiento negativo hacia Lula, según Reuters. El servicio de noticias internacional señaló que la encuesta AtlasIntel documentó un aumento masivo en el índice de aprobación de Bolsonaro a lo largo de este año: “La encuesta del jueves mostró que el 53,3% de los votantes brasileños desaprueban el desempeño de Bolsonaro como presidente, frente al 44,2% que aprueba su forma de gobernar Brasil, mejorando significativamente desde marzo, cuando el 65% desaprobaba y el 33% aprobaba”.
Lula no parece haber sido significativamente dañado en su apoyo por su condena penal por corrupción. Durante su presidencia, de 2003 a 2011, el gobierno federal brasileño construyó un aparato nacional de corrupción que ahora se conoce como “Operación Lava Jato”, después de que se iniciara la acción policial para derribarlo. Docenas de políticos de casi todos los partidos políticos, aunque notablemente no de Bolsonaro, estuvieron implicados en aceptar sobornos de contratistas privados a cambio de contratos de trabajadores públicos sobrevaluados. Los contratos se sobrevaluaron para que los políticos y las empresas pudieran compartir el exceso de efectivo.
Lula fue sentenciado a 25 años de prisión por usar dinero de la “Operación Lava Jato” para construir un condominio de lujo en 2017. El año pasado, el Supremo Tribunal Federal (STF), el máximo tribunal del país, anuló la condena, permitiéndole competir contra Bolsonaro . El STF afirmó que el juez que dirigió el juicio contra Lula, Sergio Moro, estaba irremediablemente parcializado. Moro, quien luego se desempeñó como ministro de Justicia bajo Bolsonaro, ganó un escaño en el Senado en las elecciones del pasado 2 de octubre.
En lugar de enfrentar críticas por su extenso historial de corrupción, Lula ha pasado gran parte de la temporada postelectoral insistiendo en que es cristiano y no satanista. El ciclo de noticias sobre el satanismo comenzó la semana pasada cuando un video viral en la red social china Tiktok de una mujer que se presentaba como una adoradora de Lula Satan se volvió viral entre los partidarios de Bolsonaro. Luego aparecieron videos posteriores que parecían mostrar a satanistas participando en hechicería para que Lula fuera elegido, siguiendo el antiguo video de Lula asistiendo a un evento y aceptando un artefacto religioso asociado con el dios pagano nigeriano Changó.
“Lula cree en Dios y es cristiano. Lula no tiene un pacto y nunca ha tenido una conversación con el diablo”, insistió una cuenta de Instagram de la campaña de Lula.
Bolsonaro enfrentó su propio escándalo oculto la semana pasada cuando la campaña de Lula usó su tiempo de televisión designado para transmitir un fragmento de una entrevista de 2016 en la que Bolsonaro habló sobre el canibalismo.
“Se murió el indio y lo estaban cocinando. Cocinan el indio; esa es su cultura”, afirmó , hablando de una anécdota que supuestamente sucedió durante su servicio militar en lo profundo de la selva amazónica. “Lo cocinan dos o tres días y lo comen con plátano. Quería ir a ver que cocinaban el indio y un tipo me dijo: ‘si vas, tienes que comer’. Así que a partir de ahí, dije, ¡yo como!”.
Bolsonaro aseguró que terminó por no comer carne humana porque nadie lo acompañaba al ritual caníbal.
POR FRANCES MARTEL.
BRASILIA, BRASIL.
VIERNES 14 DE OCTUBRE DE 2022.
BREITBART.
