Yucatán. Cuando menos se necesitan 100 sacerdotes más

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En Yucatán hacen falta cuando menos 100 sacerdotes más, considera el presbítero Luis Alfonso Rebolledo Alcocer, rector del Seminario Conciliar de Yucatán.

Señala que el centenar es para sumarse a los 200 que hay en el Estado «para llegar a una media, pero aun así no es suficiente«.

«La falta de curas en la sociedad afecta porque a mayor cantidad de población y menor cantidad de sacerdotes, obviamente va en detrimento de la calidad en el servicio que el presbítero puede proporcionar en promedio a los bautizados»,

explica.

Un sacerdote por cada 8,000 católicos

Por ejemplo, continúa, hasta donde yo sé en Yucatán aproximadamente hay un sacerdote por cada 8 mil católicos.

«Entonces es prácticamente imposible atender personalmente a cada uno de los católicos».

«También afecta en la administración de los sacramentos. Por ejemplo, estamos hablando de un sacerdote por cada 8 mil católicos».

«Imagina que un sacerdote tenga que administrar los sacramentos como el de la reconciliación a esos 8 mil que están solicitando en tiempo y en forma como es debido».

En teoría es nuestra tarea, añade, pero desde el punto de vista numérico es imposible porque hay tareas propias, específicas de los sacerdote.

«Entiendo que muchos seglares nos sienten lejanos, sienten que no estamos en todo disponible pero esto es de alguna manera entendible».

Un reto para la Iglesia

En Yucatan hay 200 sacerdotes para una población de dos millones de habitantes, o un poco más, de los cuales en el censo del Inegi de 2010 el 81% se declaró cristiano católico.

«Es un reto para la Iglesia en su conjunto, para ir pasando a un modelo eclesial menos clerical y más de participación, donde también los seglares vayan asumiendo su protagonismo en la tarea de la evangelización»,

opina.

A la eucarística dominical asiste el 15% de los católicos regularmente.

Tareas de evangelización

Reitera que la tarea de la evangelización no es exclusiva de los sacerdotes, a quienes les corresponde «pastorear al pueblo de Dios«.

El padre Rebolledo Alcocer indica que hay varios factores a los que se debe la tercera parte de sacerdotes que se necesitan en Yucatán.

Aspecto de una ordenación de sacerdotes en Yucatán
Aspecto de una ordenación de sacerdotes en Yucatán

«Primero que nada hoy las familias son más pequeñas y es más complicado que en un mundo pragmático, medio materialista en el que vivimos se inculque la vocación sacerdotal entre los hijos por la condición del celibato y al no casarse evidentemente no va a generar hijos y nietos».

«Cuando las familias eran más grandes era más proclive que alguno de los hijos sea sacerdote o religiosa».

«Otro factor es que estamos en una sociedad post moderna, donde la tecnología, la oferta de muchas cosas distrae a las nuevas generaciones, las hace proclives a no valorar la cuestión de la oración en el silencio».

Problema para las nuevas generaciones

Es decir si los niños, adolescentes y jóvenes no son educados en una vida espiritual, de escucha de la voz de Dios, de orar, de meditar pues difícilmente serán accesibles para escuchar la voz de Dios, añade.

«Si las nuevas generaciones están en medio de mucho ruido, distractores que no favorecen el silencio interior para la vida espiritual, para la oración, para la meditación, para estar discerniendo lo que es de Dios a la luz del Evangelio será más complicado que un muchacho escuche el llamado».

Se nos han vendido mucho la idea que lo importante es el éxito».

Escuchar el llamado de Dios

«Hay que estudiar, cursar una carrera, un doctorado, ser exitoso en la vida y éste muchas veces se mide en los parámetros económicos y evidentemente el camino vocacional no va en esa línea de éxito…, sino del servicio, de entrega de la vida».

Otro aspecto de una ordenación de sacerdotes en Yucatán
Otro aspecto de una ordenación de sacerdotes en Yucatán

Considera que se trata de una lógica muy diferente a la materialista, un «tener» que muchas veces se inculca desde las escuelas y la misma familia y es más difícil responder una invitación de Dios para el sacerdocio.

«Desde que nacemos somos amados por Dios y la vida tiene sentido en que encontremos su llamado y la pongamos al servicio del pueblo de Dios y de la sociedad».

La vocación es servicio más que beneficio, subraya el padre Rebolledo

Perjuicio por los escándalos

Reconoce que otro elemento que dificulta es que a raíz de los escándalos en distintas parte del mundo por el clero se pide a los seminarios que sean mucho más serios en los procesos de selección.

«Por ejemplo, la idoneidad de los muchachos también tiene que ser evaluada por la Iglesia para ingresar a una casa de formación».

«De tal manera que por ejemplo si el muchacho quiere entrar al seminario pero no tiene la salud psicológica ni los signos de idoneidad para esta formación específica no puede ser admitido».

Factores externos e internos

«Si conjuntas los factores externos y los requisitos internos pues también hace más difícil que numéricamente crezcamos en la cuestión vocacional», expone el rector del Seminario Conciliar.

Señala que ante un ambiente tan volátil, de tanta información y oferta para los muchachos en la línea de beneficio personal y egoísta pues «la vocación se ve como algo romántico, utópico».

«(Se ve) como algo no deseable porque no va en la línea de la realización sino de entrega de la vida».

El padre Rebolledo aclara que los diáconos permanentes no suplen a los sacerdotes y son ordenados para el servicio con prioridad a los más necesitados.

Con información de Diario de Yucatán/Claudia Sierra

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