Para quienes piensan que los grupos pro-vida que afirman que el autor de la ideología pro-aborto es ni más ni menos que el mismo Satanás, son personas afectadas o desequilibradas, habría que remitirlas a información pública que así lo demuestra. Es el caso de los estados Unidos, en el estado de Utah, donde a inicios de año se aprobó una ley restrictiva del aborto que provocó la reacción de la organización “El Templo Satánico”, quien alegó que dicha reforma violaba su libertad religiosa.
En el portal de estos satanistas se afirma: “El ritual del aborto satánico proporciona consuelo espiritual y afirma la autonomía del cuerpo, la autoestima y la libertad de las fuerzas coercitivas”. Así mismo argumentan: “las leyes estatales que rigen el aborto no suelen tener un propósito médico y no dan como resultado mejoras a la salud. Por lo tanto, obstaculizan ilegalmente el acceso al ritual diabólico del aborto”. Con semejantes afirmaciones hechas por los propios satanistas, queda claro que el aborto tiene una connotación diabólica que en nada se distingue de los abominables sacrificios de niños hechos en la antigüedad bíblica a Moloch.
De hecho todo homicidio, tiene por padre a Satanás, Príncipe de este mundo y el homicida desde siempre, solo que el aborto es aún más diabólico por tratarse de una creatura en gestación, indefensa e inocente, es más grave porque es la misma madre quien decide matar a su propio hijo, porque ve en él al enemigo de su libertad, de su cuerpo y de su goce sexual.
¿Acaso, no es satánica una ley como la aprobada recientemente en Francia donde la mujer puede alegar “angustia psicosocial”, es decir, cualquier pretexto para practicarse el aborto de un niño sano y viable hasta el mismo momento del parto? ¿Qué diferencia puede haber en un bebé unas horas antes o después del parto? ¿No es esto una monstruosidad absolutamente irracional, despiadada e inhumana? “En Francia -nos dice acertadamente Carlos Esteban en una editorial de Infocatólica-, ya son lícitos la inseminación artificial de mujeres lesbianas y solteras, la creación de embriones transgénicos, es decir, la modificación genética de embriones humanos por motivos terapéuticos (los conocidos como bebés medicamento) y la creación de embriones quiméricos humano-animales mediante la inserción de células madre humanas en embriones animales”.
La eliminación de Dios de la sociedad, la negación de la sacralidad de la vida y de la dignidad de la persona humana, el absolutismo del egoísmo, el relativismo moral, la soberbia de la ciencia y el conocimiento que busca ocupar el lugar de Dios, y la irracionalidad, están llevando a este mundo no solo a la locura sino a su destrucción. No nos engañemos, atrás de todas estas abominaciones esta Satanás, Príncipe de este mundo, y quienes promueven estas perversas ideologías y legislan a su favor son sus instrumentos diabólicos que no escaparan del castigo por provocar tanta destrucción y muerte.