El sacerdote fundador de la Casa del Migrante de Saltillo, Pedro Pantoja, indicó que desde hace 10 años de la Masacre de los 72 migrantes en Tamaulipas, los familiares siguen esperando que se investigue y se haga justicia sobre el caso.
Durante un conversatorio virtual, Pantoja comentó que ese acontecimiento y muchos otros, así como el trato indebido en esta pandemia, ha caracterizado a la migración con una muy cruel identidad y que México es el “cementerio de los centroamericanos”.
Resaltó que las familias de las víctimas nunca fueron invitadas para dar testimonio y que no se consiguen las copias de los expedientes fundamentales, para saber qué es lo ha investigado el estado y la misma Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
“El caso fue clasificado como gran violación a los derechos humanos, después de un litigio cansado de 7 años, no hay una investigación exhaustiva de los hechos. La zona de San Fernando es una zona de terror y sin embargo, está sembrada también de armas de la policía, nadie atraviesa sin ser visto; 3 mil kilómetros recorrió el convoy del crimen organizado y nadie lo detuvo en ningún momento”,
dijo.
Detalló que llevarán el caso nuevamente a Washington y a Ginebra en Suiza, así como al Vaticano para que de ser posible el Papa Francisco diera unas palabras sobre el suceso.
“Hoy precisamente en estos días, a los 10 años, con la fundación y las familias de Centroamérica queremos darle una dimensión internacional, puesto que lo llevaremos el caso también, otra vez a Washington y Ginebra, y de alguna manera especial también estamos buscando caminos con mucho respeto al vaticano, para esperar también si es posible una palabra del Papa Francisco, sobre este acontecimiento”.
Entre el 22 y 23 agosto de 2010, miembros del cartel Los Zetas que operaban en el noroeste de México, secuestraron y asesinaron a 72 migrantes en una bodega del municipio de San Fernando, Tamaulipas. La mayoría centroamericanos, pero también de nacionalidad ecuatoriana, brasileños y un indio, en total fueron 58 hombres y 14 mujeres.
Al pasar los meses se supo que la masacre de San Fernando fue uno de los casos más conocidos de una extensa lista de desapariciones. Aproximadamente ocho meses después se descubrieron más de 190 cadáveres enterrados en 47 fosas clandestinas en dicho municipio del estado de Tamaulipas.
En el conversatorio, se señaló que tanto el padre Pantoja como su equipo, fueron de los primeros en denunciar los secuestros y asesinatos de los migrante por parte del crimen organizado, así como los 49 cuerpos hallados en Cadereyta, Nuevo León.
“El migrante es un muerto que atraviesa México, sin nombre y sin entierro. El clamor de estas familias lo vamos a escuchar todos estos días, ni perdón, ni olvido. La desprestigiada guerra del presidente Felipe Calderón contra la delincuencia organizada, causó extremada violencia en el país, sus diferentes grupos cubrieron todo el territorio mexicano”,
afirmó.
El padre Pantoja preside en el albergue Posada Belén, el cual ha recibido a más de 50 mil migrantes, en su mayoría de Centroamérica y desde hace 10 años es miembro de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho (FJEDD).
Con información de: Tele Diario/Milenio Digital