MENSAJE A LA COMUNIDAD
11 de septiembre de 2022
VIVAMOS NUESTRA INDEPENDENCIA EN EL COMPROMISO SOCIAL
Estamos a unos días de celebrar el 212 aniversario de la independencia de nuestro país; es importante alegrarnos con este acontecimiento, pero también revivir en nuestro corazón el compromiso que debemos vivir como ciudadanos de este país.
Vivir la independencia debe despertar en nosotros un sentimiento de gratitud, especialmente con quienes se esforzaron y dieron la vida para que ahora gocemos de paz y libertad, buscando comprender la importancia que tiene que colaboremos todos por el bien común.
Como mexicanos tenemos la bendición de contar con la presencia de Nuestra Señora de Guadalupe, cuya imagen fue tomada como estandarte que protegió a quienes iniciaron el camino para alcanzar la autonomía de nuestro país. Ella, desde siempre en las buenas y en las malas, ha acompañado con cariño a nuestro país.
Es necesario que estos días de fiesta, en los que gracias a Dios volveremos a festejar públicamente después de dos años de no poderlo hacer a causa de la pandemia, es oportunidad de encuentro con el prójimo, con mi vecino y siempre para brindar un apoyo; celebremos fraternalmente las fiestas de independencia.
En medio de un mundo que confunde el significado de la libertad y la independencia, convirtiéndolo en abusos y múltiples formas de libertinaje, es importante que todos los mexicanos seamos conscientes y demos testimonio fehaciente de la verdad, por la que no debemos permitir, bajo ninguna circunstancia, que la mentira prevalezca, que la violencia se extienda y que los valores familiares se pierdan.
Pidamos a Dios nos conceda vivir en la libertad que brota del amor y del compromiso que nos lleva a servir generosamente a nuestro prójimo.
Aprovecho también para agradecer la oración que ustedes ofrecieron por todos los Obispos de México que estuvimos reunidos en nuestra semana de estudio y reflexión en donde profundizamos nuestro compromiso como pastores de seguir acompañando al pueblo que se nos ha confiado, no permaneciendo como meros espectadores, sino involucrándonos cada día más en las situaciones de dolor que vive nuestro pueblo.
Quiero agradecer también, la bendición de la lluvia, la cual ha venido a dar un respiro a la tremenda sequía que estamos viviendo, por lo que es importante que, aunque las presas van poco a poco incrementando su capacidad, no dejemos de ser conscientes de la responsabilidad que tenemos de cuidar el agua. No olvidemos que a muchas colonias de nuestra ciudad aún no llega de modo constante el agua.
Asimismo, y ante el alentador pronóstico de la llegada de las lluvias, también es necesario tener cuidado para que la abundancia del agua no sea motivo de accidentes; pedimos a nuestras autoridades que sigan poniendo especial atención en los puntos en donde llega a incrementarse el nivel del agua, poniendo en peligro a las familias, pero también estar atentos a los lugares en donde no llega el agua de servicio para las comunidades. Si todos colaboramos, especialmente dejando de tirar la basura en la calle, podremos tener mejores beneficios en estos días de lluvia; ojalá que sigamos escuchando la invitación del Papa Francisco y de toda la Iglesia a fortalecer el cuidado de nuestra casa común; a todos nos corresponde cuidar el mundo que habitamos para dejarlo mejor de como lo hemos encontrado nosotros.
Bendiciones y que tengan un buen domingo. Y que las fiestas del 15 y 16 de septiembre sean de gran gozo comunitario
Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
