El evangelio que escucharemos este domingo (Lc 14, 25-33) habla de las exigencias y disposiciones de ánimo necesarias para todo aquel que decide hacerse discípulo de Cristo. Estas exigencias tienen que ver con la capacidad de ponerlo a él en el centro de las relaciones personales y con el estar dispuesto a seguirlo principalmente por el camino de la Cruz.
Conforme a estas exigencias, seguir a Jesús significa tenerlo a él y a su evangelio como medida única y principal de todas nuestras acciones y nuestros pensamientos. Jesús pide a sus discípulos una opción incondicional aunque ésta sea difícil.
Esto significa que la relación con Dios es una relación especial, con nada se le puede comparar y por consecuencia nada ni nadie la puede sustituir. De ahí la primer exigencia que presenta Jesús hoy en el evangelio. “Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún a sí mismo, no puede ser mi discípulo”.
Quien se anima a ser discípulo de Cristo debe estar dispuesto a renunciar a todo aquello que humanamente hablando se convierte para él en algo muy apreciado o querido, incluidos los afectos familiares o de amistades. Nada ni nadie puede estar por encima de la relación con Dios y como consecuencia del seguimiento de Jesús.
Con esta primer exigencia se recuerda el primer mandamiento de la ley de Dios que dice que debemos amar a Dios sobre todas las cosas. Esta decisión de seguirlo debe anteponerse a cualquier relación humana.
La opción del seguimiento de Jesús se vuelve más radical, cuando se trata caminar con él por la senda de la cruz. Un discípulo de Cristo debe prever los obstáculos y las dificultades que enfrentará en su vida cristiana. Delante de Dios uno debe estar dispuesto a sacrificarlo todo con tal de mantener la comunión con él.
El seguimiento de Jesús comporta renuncias, sacrificios y graves responsabilidades. De ahí que la vida cristiana requiere siempre de una firme respuesta, bien ponderada y consciente, como el que calcula los costos de una construcción o el que debe librar una batalla y prevé todo lo que necesitará.