«Esfuerzo y dedicación, nos pide el Señor», mensaje dominical del arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López.

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

MENSAJE DOMINICAL
21 de agosto de 2022

ESFUERZO Y DEDICACIÓN NOS PIDE EL SEÑOR

La vida de todos los cristianos, y del mundo en general, está llena de grandes oportunidades, y también de muchos desafíos, los cuales debemos aprender a enfrentar con decisión, no dejándonos vencer por el desaliento que en muchas ocasiones predomina en nuestro ambiente.

Este domingo, de una manera muy especial, hemos escuchado en el Evangelio el llamado que Jesús nos hace para vivir el esfuerzo; nos dice que hay que entrar por la puerta angosta.

Ante la pregunta que le hacen a Jesús sobre quienes pueden encontrar la salvación, y que tal vez en nuestros tiempos muchos ya no se la hacen, el Señor responde con una reflexión que mucho bien nos hace profundizarla.

Jesús nos pide y nos dice que el camino para encontrar la felicidad en esta vida y en la vida futura tiene que ver con el esfuerzo, con el sacrificio y la dedicación.

En una sociedad en donde parece predomina la ley de mínimo esfuerzo, en donde buscamos evadir nuestros compromisos y responsabilidades permaneciendo indiferentes ante los problemas de los demás, es necesario que recordemos que el esfuerzo será un atributo importante que otorgará un valor mayor a nuestros objetivos y proyectos.

Ante las circunstancias difíciles que vivimos en el mundo, se hace cada día más urgente el que los cristianos nos esforcemos en no caer en el victimismo y en la lamentación que solo nos llevan a estar atentos a las desgracias y situaciones dolorosas que padecemos y las que acontecen en nuestro entorno, y paralizándonos para hacer el bien.

Es importante que nos dispongamos a escuchar la voz de Dios en nuestra vida, que aprendamos a discernir su voluntad y que seamos conscientes de que todo esfuerzo en esta vida será recompensado, ya que el mismo Señor ha prometido estar siempre con nosotros.
No dejemos de esforzarnos, no dejemos de realizar la tarea que a cada uno nos corresponde, no dejemos nuestra responsabilidad de ciudadanos frente a todo lo que sucede en nuestro alrededor; tenemos que colaborar para tener paz en nuestros hogares y en la sociedad; tenemos que colaborar para que superemos la crisis de la sequía.

Como Iglesia peregrina en Monterrey, queremos expresar una vez más nuestra cercanía en la fe y en la oración a nuestros hermanos y hermanas católicos de Nicaragua, y hacemos un llamado desde la caridad y la fraternidad para que cesen los actos de represión y de violencia, sabiendo que, defendiendo la paz social, todos estaremos mejor. Es necesario insistir en que necesitamos la libertad religiosa porque ésta es la base para que se respeten todos los derechos humanos y los derechos civiles; caminemos juntos hacia la paz y respetémonos mutuamente.

Lamentamos y reprobamos, desde luego, las acciones de violencia exagerada contra la libertad de mi hermano Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, que ojalá él y las personas que fueron detenidas se les respete y se le dé pronto libertad.

Unimos nuestra voz a la de nuestros hermanos y hermanas, pidiendo a las autoridades retomen consciencia de que el único camino de la paz es el diálogo y la solución de conflictos.

También, quiero recordar a todos los fieles que no dejemos de pedir para que Dios nos conceda la lluvia bondadosa y necesaria, que aprendamos a ahorrar este líquido tan necesario para todos y que el Señor inspire las capacidades para que las autoridades ayuden a resolver esta crisis.

El día de hoy, en todo México hemos pedido por las víctimas de la extorsión; frecuentemente y sobre todo a través de redes sociales y de teléfonos se extorsiona con mentiras y se hace daño a las familias y a las personas. La extorsión es un modo grave de violencia, así como también el robo que se hace a través de las técnicas con las cuales se roba también en los bancos a las personas en sus bienes. Ojalá que todos podamos pronto vivir en paz.

Que Dios los bendiga y que tengan un buen domingo.

Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Presidente de la CEM

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