- La primera vez que el gobierno de Daniel Ortega y el Parlamento deciden y formalizan la expulsión de Nicaragua de las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
- La Santa Sede no expresa ni una palabra al mismo tiempo.
- Parecería que el asunto no interesa a gran parte de la prensa.
- El Vaticano no lo confirma. No lo niega. No protesta. No informa.
- Sin embargo, la Iglesia Católica en Nicaragua, definida y considerada por el poder como «fascista, golpista, pro-estadounidense», ha sido procesada con saña durante algunos años y algunos de sus obispos han sido amenazados, intimidados y en un caso intentaron matar con un falso accidente automovilístico de un obispo emérito; técnica que en América Latina siempre se utiliza para las dictaduras.
El único que ha declarado Mons. Sergio Báez, ahora exiliado en Miami, fue expatriado por el Papa (abril de 2010).
Todos los que podrían decir algo para detener esta deriva de Ortega, callan y no se sabe por qué. Algunos dicen que es «diplomacia», la llamada «Razón de Estado», pero el problema es que mientras tanto -como el ex arzobispo de San Salvador, el arzobispo Arturo Rivera y Damas- «los pueblos deben proveer a la muerta».
El silencio de los obispos nicaragüenses -hombres valientes y comprometidos- demuestra que la situación es muy grave y peligrosa y por lo tanto sería oportuno hablar con prontitud, especialmente aquellos que tienen autoridad y autoridad y por lo tanto son una voz escuchada. Y es más, si fuera de Nicaragua no corre peligro.
El silencio de los obispos nicaragüenses -hombres valientes y comprometidos- demuestra que la situación es muy grave y peligrosa y por lo tanto sería oportuno hablar con prontitud, especialmente aquellos que tienen autoridad y autoridad y por lo tanto son una voz escuchada. Y es más, si fuera de Nicaragua no corre peligro.
En la prensa vaticana, cuando se trata de Nicaragua, se utilizan los tonos suaves de las noticias despresiadas. [1] La Secretaría de Estado y el myismo Santo Padre no dijerom nada. Ni siquiera la Oficina de Prensa del Vaticano.
Sin embargo, lo que les sucedió a estos religiosos y. a su Instituto es muy grave no sólo por el carácter resentido y gratuito de la provisión, hasta también por su tiempo y métodos.Las monjas, como cientos de otras organizaciones, tenían personalidad jurídica de ONG que pueden ser canceladas en un minuto con una disposición del Ministerio del Interior. También pasó con más de 700 ONG: todas cerradas. Con toda probabilidad le pasará a otros y quizás ready lleguemos a los mil.
Ortega ha encarcelado por períodos cortos pero también largos, con sentencias artificiales y juicios de farsa, a varios sacerdotes católicos y laicos involucrados en el sector social y también a periodistas. Hace algún tiempo expulsó del país, a principios de marzo pasado, en pocas horas, al nuncio apostólico del Papa Francisco, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag y la Santa Sede tomó conocimiento público de esto con una declaración publicada el 12 de marzo.Además, en los últimos meses, el régimen tiene cerrado dos canales de televisión de la iglesia, incluido el nacional del Episcopado.
Las misioneras esperaron hasta el final, pero el miércoles 6 de julio, las primeras 15 hermanas cruzaron la frontera y se instalaron en Costa Rica en la diócesis de Tilarán-Libéria, acogidas por el obispo Mons. Manuel Eugenio Salazar.
Fue a Costa Rica que el arzobispo Paul Richard Gallagher, cuando una parte delicada de esta historia transcurría entre la incredulidad y la indignación. Eran los últimos días de junio.
El Secretario de Relaciones con los Estados y Organismos Internacionales visitó Costa Rica (23 y 24 de junio) y luego Honduras (25 y 28 de junio), la primera limitando por el sur con Nicaragua y la segunda por el norte.
La nota vaticana publicada en el Roman Observer del 6 de julio sobre el secretario de Relaciones Exteriores del Papa, Mons. Gallagher en Centroamérica, no hace referencia a la crisis de Nicaragua y la situación de la Iglesia.
Todo está tranquilo. Todo está en silencio. Alguien dirá que se está negocianndo una salida a la crisis.
Tal vez, pero como siempre -y la historia reciente lo confirma- hay pocos que confían en intenlocutores como la pareja presidencial Daniel Ortega y Rosario Murillo. El ex nuncio expulsado conoce muy bien esta experiencia.
LB/RC/IS.
CIUDAD DEL VATICANO.
SÁBADO 9 DE JULIO DE 2022.
