El 10 de agosto el sitio web de la agencia de informaciones Bloomberg publicó un artículo, firmado por Andrea Jaramillo y Sebastián Boyd, titulado “Los casos de coronavirus en Colombia se disparan a medida que el bloqueo se acerca a su fin”.
Y comienza el texto afirmando que “Colombia ocupa ahora el cuarto lugar en el mayor número de casos en Latinoamérica, sobrepasando a Chile”. Y a continuación declara que “sobre una base por cabeza, el número fatal de casos en el país es el peor del mundo, con 43,1 muertes por cada millón de personas, según datos de [la Universidad] Johns Hopkins y cálculos de Bloomberg.
Y eso acontece después que la espiralización de casos y muertes en las últimas semanas obligó a las dos principales ciudades del país -Bogotá y Medellín- a reimponer confinamientos estrictos.
Dos cosas son ciertas en estos datos: 1) que el contagio y los fallecimientos han aumentado rápidamente, tal como lo reconoce un epidemiólogo y médico, Carlos Enrique Trillos, que es profesor en la Universidad de Rosario, en Bogotá. Y 2) que Colombia ocupa el cuarto lugar en el número de contagios, lo cual no habla bien ni mal del país, ni tampoco de la conducta de la población, es un dato cuantitativo y nada más.
Pero lo que es discutible es que el número fatal de casos es el peor del mundo, porque toma dos variables -cantidad de muertos por cada millón de personas- que no dicen nada ni llevan a nada.
Los dos datos que importan son: a) la proporción o proporción entre cantidad de contagiados y fallecidos, por un lado, y b) la proporción entre cantidad de población y fallecidos, por otro lado.
En el primer caso, con 12.842 fallecidos sobre un total de 387.481 contagiados, el porcentaje es 3,31%, inferior a México con 10,89%, Ecuador con 6,27%, Perú con 4,41%, Bolivia con 4,04%, Guatemala con 3,90%, Brasil con 3,34%.
Brasil es por lejos el país con mayor cantidad de contagiados -3.035.422-, pero en relación con los fallecidos ocupa el 6º lugar en la serie. Mientras que Ecuador y Bolivia tienen menos contagiados que Colombia -94.459 y 89.999, respectivamente- pero el porcentaje de fallecidos es mayor -6,27% y 4,04%.
En el segundo caso, comparado con el total de población -50.373.000 habitantes-, el porcentaje de fallecidos es mucho menor todavía: 0,025%.
Como se puede apreciar, lo dramático está más en las campañas mediáticas que en la realidad, como se puede apreciar también en Argentina. Mayores víctimas se cobran enfermedades como el dengue, los accidentes cardiovasculares o crímenes como los abortos seudo legales, pero las autoridades gubernamentales decidieron detener la actividad económica, como si ese hubiera sido el único camino posible.
Lo mismo ha pasado en el resto del mundo: al día de hoy, el total de infectados en el mundo es de 20.423.897 personas (0,26% de la población mundial) y el total de fallecidos es de 744.649 personas (0,001% de la población mundial), mientras que el porcentaje de fallecidos en relación con los infectados es de 3,63%, superior al porcentaje de Colombia.
No es claro cuál es la intención de la agencia Bloomberg al publicar esta nota con una interpretación falsa o, cuanto menos, falaz.
