En una clara acción de amenaza a la libertad religiosa, el Congreso de Quintana Roo, presentó una iniciativa por el que se reforman varios artículos. Versan sobre la Ley para la Prevención y el Tratamiento de Adicciones en el Estado; lo grave es que, concretamente, en el Apartado B.1, se clasifica como adicción a la religión.
Dicho Decreto de la ciudad Chetumal, Quintana Roo, estipula que, a los 8 días del mes de mayo del año en curso, entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el periódico oficial del Estado.
El documento de 9 cuartillas, con Folio, Número 0199, que obra en poder de la Agencia Católica de Noticias, lo firma el diputado Edgar Humberto Gasca Arceo, integrante del Grupo Legislativo de Morena y Presidente de la Comisión de salud y Asistencia Social de la XVI legislatura.
Lo grave es que, en dichas disposiciones, se reforma el Artículo 2 de la Ley para la Prevención y el Tratamiento de Adicciones del Estado de Quintana Roo, con el argumento de que “está atenta a lo que marcan las propias organizaciones internacionales que disponen a la clasificación de las adicciones y la necesidad de enfrentarlas para el bien de la sociedad, a fin de generar una verdadera armonización legal”.
La presente Ley, expone como adicción: “la dependencia a sustancias que dañan la salud de la persona y su entorno social específicamente las señaladas en la ley general de salud y la ley de salud del estado de Quintana Roo, así como el alcohol y el tabaco, o al patrón desadaptado de comportamiento compulsivo de una conducta determinada y que repercute negativamente en las áreas psicológicas física, familiar o social de la persona y su entorno”.
Sin embargo, agrega en el Artículo 2, de Adicción, lo siguiente:
Las adicciones de conducta en su Apartado B.1, son: Adicción al juego, así como al sexo, relaciones adicción, religión, trabajo adicional, Internet y codependencia.
