Lo que sucede en China, que se reviste de persecución religiosa, comienza a mostrarse en México. Tenemos que estar atentos porque en un tiempo no muy lejano, lo estaremos viviendo nosotros, alertó el P. José Alberto Medel, canciller en la Diócesis de Xochimilco.
Lo vemos a nivel político, el Partido gobernante (Morena) pugna desde el Congreso de la Unión por el establecimiento de leyes que protegen ideologías de matrimonio del mismo sexo, abortistas, y que están en contra la vida y la familia,
advirtió.
Entrevistado por la Agencia Católica de Noticias (ACN), indicó que “todo lo que sucede en China; -sobre todo visto desde el Occidente y desde América Latina-, nos da una lección de que todas esas formas de Gobierno”.
Ahora enarbolan las causas de grupos sensibles que quieren imponer sus ideologías, como sucede con todas estas causas feministas: Pro-aborto, contra la vida, contra la familia, y el desarrollo de los movimientos del matrimonio del mismo sexo y toda la agenda de los lobbies gay, que ya están aquí en México,
sostuvo.
Comparó la persecución de la iglesia en China con la situación de México, en el sentido de que el Estado persiste en ser el rector de la vida de las personas y, aunque se trata de una persecución religiosa, “corresponde a la mentalidad comunista y socialista, que impone una dictadura ideológica”.
Sobre lo que acontece en China, el canciller dijo que “pretende uniformar la sociedad y anular sus libertades y derechos, además de censurar la práctica de la religión católica, que es la que libera las personas”, explicó.
En ese contexto, reflexionó sobre lo que nuestro Señor nos ha dicho:
La Iglesia tiene que ser cada vez más testigo de la fe. Hoy lo que se requiere es el argumento de la palabra vivida, del testimonio; los cristianos en China nos lo están mostrando, están soportando la persecución al ser fieles a Cristo.
Consideró que «no se debe esperar a una persecución más encarnizada por parte del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y sus operadores políticos, por lo que debemos nuestra fe y buscar la unidad de la Iglesia».
Pienso que los católicos perseguidos en China es lo que han hecho, cerrado filas en torno a sus Pastores, y sí enfrentan una muy triste realidad, pero en un futuro no muy lejano, va a dar resultado para bien de la iglesia. Nosotros (en México), tenemos que aprenderlo, si no queremos empezar a tener esta situación,
insistió.
Sobre los acuerdos que hace El Vaticano con el gobierno chino, que han sido criticados por algunos analistas en materia religiosa, el canciller no demeritó el trabajo del cardenal Zen, que es obispo emérito de Hong Kong, tampoco del Papa Francisco ni del cardenal Pietro Parolin:
Simplemente está en situaciones distintas, lo miran desde la perspectiva de la Iglesia Universal y de las relaciones que deben tener con los estados especialmente con el gigante chino, también entiendo la posición de un Pastor cercano a sus fieles que vivió ‘in situ’ (en el lugar), toda esa situación como fue el cardenal Zen, no creo que sean antagónicas sus posiciones, aunque lo parezcan, cada uno lucha desde su experiencia y desde el puesto en el que el Señor lo ha puesto (…),
estableció.
No creo que el Papa haya hecho un acuerdo olvidándose de los chinos. Creo que el espíritu Santo actúa en estos hombres de Dios y en el trabajo de la iglesia y gradualmente se va a encontrar el camino la historia, que será la que juzgará los que estamos desde lejos. Nos toca aprender, orar y acompañar a todos los hermanos que sufren, cuya sangre clama al cielo y no quedará infecunda. Esa sangre un día va a dar frutos para la Iglesia de China,
concluyó.