Arzobispo Aguiar Retes recibe carta de manos de feligresa, pide dejar de encubrir a sacerdote

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Denunciante del caso del Pbro. Juan Carlos Ávila Reza sufre amenazas, acoso y agresiones debido a las acciones legales contra el sacerdote; arquidiócesis de México, sin respuestas a esta grave situación que sufren al menos cuatro personas

El 31 de marzo, en la visita del arzobispo Carlos Aguiar Retes a la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de la tercera vicaría “San Felipe de Jesús”, una de las más activas denunciantes de las presuntos ilícitos de padre Ávila Reza, Adriana Martínez Estébanes, entregó personalmente al arzobispo una carta exigiendo pronta y directa intervención en el caso del sacerdote Ávila Reza, ampliamente difundido a través de este medio.  A más de un año de que fuera víctima de difamación y falsedades vertidas por el presbítero Juan Carlos Ávila Reza al interior de la comunidad de la parroquia del apóstol San Simón Ticumán, con la complacencia del propio Pbro. Ávila Reza, no se le ha dado la oportunidad ni del derecho de audiencia o réplica ni de saber cuál es el estado canónico actual del sacerdote, ahora ejerciendo su ministerio en una apartada comunidad de Cuajimalpa.

El caso, lejos de tener solución, ha ascendido por los amagos de los incondicionales al cura Ávila Reza. Según testimonio de Adriana Martínez, leales a este cuestionado presbítero le han agredido verbalmente, realizando actos difamatorios en su domicilio, temiendo por su integridad por amenazas anónimas de muerte.

Incluso extraña a la víctima que dos de los obispos auxiliares de Aguiar Retes hayan dado el espaldarazo a Ávila Reza por la supuesta “buena administración” y “labor pastoral” cuando de la comunidad de san Simón Ticumán salen denuncias contra su anterior párroco. Su traslado a la rectoría de San Antonio de Padua en Cuajimalpa, levanta sospechas de encubrimiento y protección a Ávila Reza quien enfrenta, al menos, dos procesos canónicos para removerlo del ministerio y que son del pleno conocimiento de la nunciatura apostólica en México.

Adriana Martínez ha intentado inútilmente tener una réplica a través de los medios de la arquidiócesis de su caso difundido en este blog para advertir los presuntos abusos y fraudes del sacerdote y las opacas actividades de la Comisión de Ecología donde Adriana Martínez y Ávila Reza colaboraban cercanamente. Tras las denuncias, la víctima señala que existen amenazas de muerte que se las cuales hizo del conocimiento de la cancillería dirigida por el presbítero Alan Téllez; sin embargo, tanto Aguiar, sus auxiliares y otros curiales de menor rango se han lavado las manos en el asunto, a pesar de que las mismas prevalecen.

Teme que las amenazas puedan perjudicar su integridad, seguridad y hasta su vida. Por eso, ante la parálisis de las instancias arquidiocesanas, tomó la acción de llevar a Aguiar Retes estos amagos esperando no sólo tener las oraciones del arzobispo sino acciones que ya detengan esta escalada.  Sobre Juan Carlos Ávila Reza pesan denuncias canónicas formales de otras víctimas quienes han expresado el temor de que algo les suceda desistiendo de cualquier actuación ante las autoridades civiles.  La arquidiócesis de México los dejó a suerte a y peor trata de lavar la cara del sacerdote quien no sólo está acusado de abusos de poder y fraudes, también de relaciones homosexuales, promiscuidad e, incluso, de realizar actividades inmorales e impropias a la condición de clérigo poniendo en riesgo la vida y salud de varios implicados.

En declaraciones a este medio, Adriana Martínez afirma que no desistirá ni será amedrentada por las amenazas, insiste en su lucha por la verdad para que Ávila Reza reciba la justa sentencia por el daño y los presuntos delitos cometidos.

Agradeciendo que se haga visible el caso, afirma que, si algo le sucede a ella o a sus familiares más cercanos, hará responsable a Ávila Reza quien ha azuzado el odio, producto de las falsedades y de la cómplice inacción de las autoridades de la arquidiócesis de México mismas que tienen conocimiento del caso y ahora está en la oficina del prefecto de la Congregación para el Clero en la Santa Sede.

Enseguida, la carta entregada de propia mano al arzobispo Carlos Aguiar durante la visita a la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y cedida a este medio por su autora, Adriana Martínez:

Ciudad de México, a 31 de marzo del 2022.

Sr. Cardenal Don Carlos Aguiar Retes

Arzobispo Primado de México

P R E S E N T E

Estimado Sr. Cardenal Aguiar,

Por este conducto solicito de su amable atención e intervención directa sobre mi caso de DENUNCIA hacia el Pbro. JUAN CARLOS AVILA REZA.

Este sacerdote llevó a cabo varios delitos en mi contra y acciones poco cristianas al interior de la parroquia que él tenía a su cargo, así como por medio del uso de las redes sociales de su parroquia donde, tanto el cómo los miembros de su Consejo de Asuntos Económicos de esa parroquia, vertieron INFORMACIÓN FALSA, sobre mi y algunas supuestas acciones que yo llevé a cabo las cuales fueron INVENTO de este sacerdote.

Sin embargo, el haber dicho esto de manera pública en redes sociales y al interior de la parroquia en la comunidad generó todo tipo de agresiones físicas y verbales; señalamientos, difamaciones, acoso y hasta amenazas de muerte por parte de personas allegadas a él y personas de la misma comunidad.

Por tanto, en virtud de que usted es el máximo responsable de la Arquidiócesis creo que es la única autoridad para dar la instrucción a fin de que se me otorgue un legítimo derecho de réplica el cual he solicitado por meses en diversas oficinas de la Arquidiócesis, sobre todo porque, al no haber aclarado esto con soportes en mano como lo he pedido, ya ha tenido CONSECUENCIAS de VIOLENCIA hacia mi persona.

Tal pareciera que la vida e integridad de un feligrés (en este caso la mía), la seguridad de mi familia, mis acompañantes y otros denunciantes de este sacerdote no son valiosas para la Arquidiócesis; por el contrario, el que un sacerdote nos difame públicamente, invente hechos que no sucedieron, esa sí es una conducta aceptada, tolerada y justificada por las autoridades de la Arquidiócesis Primada de México.

Resulta lamentable que incluso públicamente sus obispos auxiliares le MIENTAN a una comunidad diciendo que la remoción de este sacerdote a otra ubicación fue por motivos distintos a los reales o usted dígame quien está mintiendo sus obispos auxiliares o a mi me mintió el Tribunal Eclesiástico. Porque el decir esto públicamente igualmente generó violencia hacia mi persona por parte de la comunidad y más allá de eso es una falta de respeto a nosotros los denunciantes de conductas ilícitas de este sacerdote.

Agradezco su pronta intervención, no quiero que la siguiente nota que usted reciba sea de notificación sobre que algo grave o irreparable sucedió y que teniendo en sus manos la solución no se hubiera hecho nada al respecto por mi y por todos aquellos denunciantes de este sacerdote, ya que estas amenazas las hemos recibido incluso en nuestros domicilios, por teléfono y por otros medios.

Yo, a diferencia de su sacerdote, no me escondo y doy la cara con pruebas en mano de mis dichos y en todo momento me he regido con verdad, no seré consagrada, pero sí sé lo es que es vivir con valores universales y católicos; cosa que su sacerdote no puede decir lo mismo y no sólo por mi caso sino por otros más que tiene en su larga historia de acciones inapropiadas.

Atentamente

Verónica Adriana Martínez Estébanes.

 

 

 

Por Guillermo Gazanini Espinoza.

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