El Papa Francisco podría viajar a Ucrania, escenario de una guerra tras la invasión de Rusia, pues cuando se le preguntó durante el vuelo que le llevaba a Malta sobre si estaba tomando en consideración la invitación a ir a Kiev, Francisco respondió: “sí, esta sobre la mesa”.
Tanto el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, como el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, han invitado al pontífice a viajar hasta ese país para mostrar su proximidad a la población ucraniana por una guerra que el papa ha criticado reiteradamente, además de ofrecerse a hacer “todo lo necesario” para lograr su final.
Francisco y Zelenski hablaron por teléfono el pasado 22 de marzo, cuando el mandatario ucraniano aseguró al pontífice que “es el invitado más esperando en el país”, mientras que el papa le dijo que está “rezando y haciendo todo lo posible para poner fin a la guerra, provocada tras la invasión de Rusia”.
Previamente, Klitschko envió una carta a Francisco para invitarle a visitar la ciudad: “Creemos que la presencia de los líderes religiosos del mundo en Kiev es clave para salvar vidas y allanar el camino hacia la paz en nuestra ciudad, en nuestro país, y en todos los lugares”, escribió entonces el alcalde.
El Vaticano confirmó la llegada de la misiva y agregó que Francisco “era cercano a los sufrimientos de la ciudad, a su gente, a quienes tuvieron que escapar y quienes están llamados a administrarla”.
El Papa emprendió hoy, tras encontrarse con varias familias de refugiados ucranianos, su visita de dos días a Malta, donde tiene previsto acudir a la gruta donde la tradición católica indica que naufragó San Pablo, además de visitar un centro de inmigrantes, pues el tema de la acogida estará muy presente.
Antes de desplazarse al aeropuerto, Francisco se reunió en su residencia de Santa Marta con tres familias de refugiados de Ucrania, procedentes de Leópolis, Ternopil y Kiev y acogidas por la Comunidad de San Egidio, entre las que había nueve menores, uno de ellos sometido recientemente a una operación cardiológica.
El pontífice partió hacia Malta en un avión de la nueva compañía de bandera italiana Ita Airways, tras la desaparición de Alitalia, y aterrizará a las 10.00 horas (9.00 GMT) en el aeropuerto internacional de la esta isla europea.
Malta será el 56 país visitado por Francisco en un viaje que se tenía que haber realizado en 2020, pero que se aplazó por la pandemia, y será el tercer pontífice que lo haga, tras Juan Pablo II en 1990 y 2001, y Benedicto XVI en 2010.
Será, sin duda, un viaje marcado por la guerra en Ucrania y el drama de los ucranianos desplazados, por lo que seguramente habrá referencias sus discursos.
Su primer acto será en el palacio del Gran Maestre en La Valeta con una reunión con al presidente de la República, George Vella, y con el primer ministro, el laborista Roberto Abela, reelegido en las elecciones de la pasada semana.
Después, Francisco dirigirá su primer discurso en el encuentro con las autoridades y el cuerpo diplomático.
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