La cobarde acusación lanzada por el Procurador del Medio Ambiente del estado mexicano de Veracruz al recientemente fallecido arzobispo de Xalapa, monseñor Hipólito Reyes Larios, le acaba de abrir otro frente de guerra al gobierno de Cuitláhuac García: una innecesaria confrontación con la Iglesia católica.
En efecto, el titular de la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA) del estado de Veracruz, el experredista Sergio Rodríguez Cortés, llevó a cabo una acción que le ha merecido la reprobación generalizada: atacar a una persona que ya no puede defenderse. Agredió verbalmente a don Hipólito Reyes Larios, quien en funciones de Arzobispo de Xalapa, falleció repentinamente el pasado mes de agosto.
Ahora, a cuatro meses después de haber perdido la vida monseñor Reyes Larios, Rodríguez Cortés le lanzó acusaciones que, en su momento, no formuló ante las autoridades correspondientes. ¿Por qué ataca a un hombre que no puede defenderse? ¿Por qué se aprovecha de esa circunstancia para tratar de enlodar el honor, el prestigio del prelado, en disputas electoreras que tienen sus tiempos y cauces legales?
El viejo militante perredista, Sergio Rodríguez Cortés, días atrás se lanzó contra el fallecido ex Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, así como contras otras personas y familias de la entidad, acusándolas de intervenir en el proceso electoral pasado, con el supuesto propósito de descarrilar la carrera y triunfo electoral de su hermano, Héctor Rodríguez Cortés, para la presidencia municipal de Ciudad Mendoza.
Dentro de tal contexto, Sergio Rodríguez Cortés publicó en su su cuenta de Facebook que “se unieron tres tristes familias: Reyes, Ramos y Romeros; contaban con el financiamiento del Municipio, la UGM, el Arzobispo de Xalapa y Juan Manuel Diez”.
Por si ello fuera poco, aseguró en su escrito que todos ellos “permitieron que la delincuencia organizada entrara en asuntos de la Hacienda Municipal y para rematar, armaron toda una farsa jurídica para litigar el proceso electoral”.
Sin aportar prueba alguna, sin haberlo hecho en su momento ante las autoridades competentes, el Procurador del Medio Ambiente del estado de Veracruz embarró a «el Arzobispo de Xalapa» y con ello no solamente mezcló su posición como funcionario público y empleó tiempo y espacios para dirimir asuntos personales… sino que le fabricó al gobernador Cuitláhuac García una confrontación indebida, innecesaria y contraproducente con la Iglesia Católica.
Ante la grave como irresponsable actitud asumida por Sergio Rodríguez Cortés a través de Facebook, el director de Comunicación Social del Arzobispado de Xalapa, el padre José Manuel Suazo Reyes, no dudo en inmediatamente expresar:
“El Sr. Sergio Rodríguez, procurador del medio ambiente del Estado de Veracruz, miente, calumnia y difama en su muro de Facebook, al afirmar indebidamente, que quien fuera Arzobispo de Xalapa participó apoyando algún candidato”, señaló el P. Suazo en un mensaje enviado a los periodistas el 29 de diciembre.
Desconocemos qué lo motive a difamar a Mons. Hipólito Reyes Larios.
Más aún, el padre Suazo Reyes objetó al funcionario veracruzano su silencio que adquiere un matiz de complicidad y/o cobardía, ya que si verdaderamente “hubiese tenido alguna prueba de sus dichos, hubiera presentado denuncia ante el OPLE (Organismo Público Local Electoral del Estado de Veracruz)».
Frente a ello, el padre Suazo Reyes remató de forma impecable e irrebatible:
“Lo exhortamos [a Sergio Rodríguez Cortés] a concentrarse en su función pública, ante las constantes quejas de su actuar, y no a denostar a quien siempre fue respetuoso de la ley”, como fue el caso de don Hipólito Reyes Larios.
Frente al escándalo armado por el Procurador del Medio Ambiente, se espera la intervención enérgica y definitiva del gobernador Cuitláhuac García, quien no puede darse el lujo de tener en su administración a un elemento conflictivo, que en vez de abonar a la generación de un ambiente de paz y tranquilidad en el estado, está abriéndole un nuevo frente a de guerra que solo enturbia la convivencia social.
Cabe destacar que, en momentos de turbulencia Sergio Rodríguez contó con el apoyo espiritual que generosamente le brindó Monseñor Hipólito. Y a pesar de eso, ahora en su ambición de poder lo desconoce y refuta, pero olvida que en esta vida uno cosecha lo que siembra y que las bendiciones se merecen por los actos.
