El gran juicio por fraude y malversación del Vaticano, que se inició con gran fanfarria en julio, sufrió otra demora el martes, ya que el tribunal pospuso cualquier decisión adicional hasta que los fiscales terminen de rehacer la investigación de cuatro de los 10 acusados originales.
El retraso significa que el juicio, que ya se había estado desarrollando a paso de tortuga incluso para los estándares italianos, no despegará hasta mediados de febrero como muy pronto. El presidente del tribunal, Giuseppe Pignatone, dijo que para entonces podría «finalmente, con suerte» unificar las dos ramas del juicio y comenzar en serio.
«Estamos en un sitio de construcción abierto», dijo Pignatone sobre el estado actual. «La clave es que la prueba necesita más tiempo antes de que pueda abrirse de verdad».
Después de dos años de investigación, los fiscales del Vaticano acusaron en julio a 10 personas, incluido un cardenal que alguna vez fue poderoso, de una serie de delitos financieros relacionados con la inversión de 350 millones de euros de la Santa Sede en una propiedad residencial en Londres.
Los fiscales alegan que algunos funcionarios del Vaticano y corredores italianos despojaron a la Santa Sede de millones de euros en honorarios y comisiones, gran parte de ellos donaciones de los fieles. Han acusado a un corredor de extorsionar al Vaticano con 15 millones de euros para obtener el control total del edificio. Los acusados han negado haber actuado mal.
El propio papel del Papa Francisco en el acuerdo ha sido objeto de escrutinio desde que varios testigos han dicho que aprobó negociar un acuerdo de salida con el corredor acusado de extorsión.
En octubre, Pignatone ordenó a los fiscales que desestimaran las acusaciones de cuatro de sus sospechosos y comenzaran de nuevo porque no respetaron los pasos procesales básicos durante la investigación destinados a proteger los derechos de los acusados, incluida la citación para interrogarlos para que pudieran responder a la acusaciones.
El martes, el fiscal adjunto Gianluca Perone dijo que hasta la fecha los fiscales solo habían tenido noticias de una persona. Dijo que esperaba saber para el 20 de enero si los fiscales pedirían nuevas acusaciones o que se retiraran los cargos.
Pignatone fijó una audiencia procesal para el 25 de enero – «con suerte la última» – y dijo que esperaba para mediados de febrero unificar los procedimientos contra ambos grupos de acusados y abrir el juicio en serio.
Pignatone también ha ordenado repetidamente a los fiscales que entreguen a la defensa las grabaciones en video de un sospechoso clave convertido en testigo estrella para que los sospechosos puedan preparar adecuadamente su defensa. Los fiscales inicialmente estuvieron de acuerdo, luego se negaron, luego depositaron la mayor parte de las cintas pero con cortes que en algunos casos ascendieron a una hora.
El martes, Pignatone anunció que había designado a expertos técnicos para proporcionar las transcripciones escritas del testigo principal, monseñor Alberto Perlasca, así como de todos los demás imputados. No se pronunció sobre las solicitudes de la defensa para proporcionar las cintas completas y sin cortar.
En una moción presentada a la corte el martes, los fiscales duplicaron su negativa a proporcionar las cintas completas, diciendo que los recortes se referían a información no relacionada con el juicio que debía permanecer en secreto por razones de investigación. También rechazaron las afirmaciones de la defensa de que aún faltaban documentos de las casi 30.000 páginas de pruebas reunidas durante la investigación.
Las afirmaciones de que faltan pruebas por parte de los abogados de uno de los acusados, Cecilia Marogona, son «sorprendentes, así como radicalmente infundadas», ya que todos los documentos están disponibles para la consulta de la defensa, escribieron los fiscales Alessandro Diddi y Perone, indicando en qué lugar de los archivos del CD. los abogados pudieron encontrar el material.
Fuente: AP.
