“Cuestionable en contenido y forma” es como el antiguo prefecto para la Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard Müller, considera al motu proprio papal Traditionis custodes, que restringe la celebración de la Misa tradicional. Lo hace en el prefacio de la edición alemana de un libro del obispo brasileño Fernando Arêas Rifan, Tradición y Magisterio Vivo.
No se muerde la lengua el cardenal en su escrito, como nos alerta el vaticanista norteamericano Edward Pentin: la autoridad ecloesiástica, escribe Müller, “hace un mal servicio a la Iglesia con su rígida insistencia en la obediencia ciega, que contradice la razón de la fe cristiana y la libertad del cristiano”. ‘Rígida’. No podría haber encontrado un adjetivo más sugerente.
Sin embargo, el alemán advierte de algo en lo que hemos insistido tantas veces en Infovaticana: “la crítica al estilo del ministerio de papas u obispos concretos y a la calidad profesional y teológica de sus decisiones no contradice la inquebrantable lealtad inquebrantable de un verdadero católico hacia el Papa y los obispos”.
Es más, el cardenal alerta de que la tarea más urgente del Papa y de todos los obispos es “superar la insensata oposición y lucha de poder del los llamados tradicionalistas y progresistas y, en lugar de echar leña al fuego, mostrarse mediadores de paz y servidores de la unidad en la Iglesia”.
Por CARLOS ESTEBAN.
Infovaticana.