Las actividades religiosas en Internet, incluida la transmisión de misas, sermones o la simple difusión de información, necesitarán la aprobación previa del gobierno chino.
«Las nuevas medidas, que entrarán en vigor el 1 de marzo de este año, fueron dadas a conocer por la Administración Estatal de Asuntos Religiosos y estarán bajo la supervisión del Ministerio de Seguridad del Estado y otros organismos gubernamentales», se lee en una nota de Ayuda a la Fundación Iglesia Necesitada (FAIS) enviado a la Agencia ECCLESIA.
Esta «vigilancia más estricta de las actividades religiosas en Internet» refleja las indicaciones de Xi Jinping, líder del gobierno chino, quien, durante una conferencia celebrada a principios de diciembre, anunció, según Asia News, la necesidad de «mejorar el control democrático sobre las religiones». ”.
En el encuentro, el secretario general del Partido Comunista de China dejó claro, según la agencia de noticias, «que las religiones deben adaptarse al hecho de que China es un país socialista».
Para llevar a cabo mejor este control, a partir de marzo, las organizaciones y personas que deseen publicar información religiosa en Internet “deben enviar una solicitud con anticipación al Departamento de Asuntos Religiosos de la provincia respectiva. «También está prohibido realizar campañas de recaudación de fondos» en nombre de la religión en Internet «, se lee
El objetivo del régimen es promover aún más la «sinicización» de la religión, un proceso que comenzó oficialmente en 2015.
En el más reciente «Informe sobre la libertad religiosa en el mundo», publicado por la Fundación AIS en abril del año pasado, se menciona el aumento de las medidas represivas del aparato estatal contra las comunidades religiosas, es decir, los cristianos.
El documento dice que «la libertad religiosa en China está actualmente sujeta a la represión más grave desde la Revolución Cultural».
“La política está más centralizada, la represión es más intensa y generalizada, y se está perfeccionando la tecnología para la creación de un estado de vigilancia”, enfatiza.
LFS-
ecclesia.pt
