El Nuncio Apostólico ante el gobierno de Nicaragua, fue retirado por el Papa Francisco.
El gobierno socialista encabezado por Daniel Ortega, había acosado en forma reiterada al representante de la Santa Sede en Nicaragua.
El retiro abrupto del diplomático seguido de diversas reacciones. En el medio eclesiástico inmediatamente se dio cuenta de la determinación papal, pero fue seguida de un Comunicado, en el que la Conferencia del Episcopado nicaraguense se pliega a las decisiones del Vaticano.
El periódico La Prensa, como podrá leerse en los siguientes fragmentos, dio cuenta del diferendo en el propio sector eclesiástico ante el retiro del Nuncio, molesto para el gobierno socialista – sandinista que se ha perpetuado en el poder.
Los siguientes son algunos de los fragmentos informativos, que permiten conocer lo que realmente sucedió en las últimas horas:
Iglesia católica ya miraba venir la “expulsión” del nuncio apostólico
El régimen no suspendió su credencial diplomática, pero le impuso un plazo a Waldemar Sommertag para salir del país
La “expulsión de facto” del nuncio apostólico Waldemar Stalislaw Sommertag fue abrupta, pero en realidad era esperada debido al franco deterioro de las relaciones entre el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y el representante de la Santa Sede, revelaron fuentes de la Iglesia católica a CONFIDENCIAL.
Un alto representante de la Iglesia, quien pidió no ser citado, expresó “que ya notábamos el franco deterioro de las relaciones” entre el Gobierno y monseñor Sommertag.
El nuncio apostólico abandonó intempestivamente el país la noche del domingo 6 de marzo, sin despedirse formalmente del cuerpo diplomático, la comunidad católica del país y de los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Se espera que este martes la CEN emita un comunicado en relación a la salida del nuncio, luego de celebrar este lunes 7 de marzo una reunión de emergencia para abordar la crisis diplomática.
“Fue sorpresa, pero no absoluta. La Iglesia ya lo miraba venir”, añadió la fuente.
Un punto de inflexión en este proceso de deterioro de las relaciones fue el 18 de noviembre de 2021, cuando el Gobierno de Nicaragua anuló vía decreto la figura de “decano del cuerpo diplomático”, que desde el año 2000 correspondía al nuncio apostólico, representante de la Santa Sede.
Ortega reformó el protocolo del Estado, a través del decreto 21-2021 que reconocía al representante del santo padre como el decano del cuerpo diplomático en su artículo seis y en su ausencia al embajador acreditado con mayor antigüedad. La nueva decisión plantea que no debe haber ninguna distinción entre los jefes de misión e insta “a un trato igualitario entre todos”.
“Le quitaron el decanato del cuerpo diplomático cuando el nuncio empezó a usar el término ‘presos políticos’ que había evitado hasta entonces”, señaló la fuente.
Explicó que monseñor Sommertag no tenía planeado irse prontamente de Nicaragua y “que no es para nada común” que un nuncio abandone su misión diplomática de forma intempestiva. Al diplomático de origen polaco, que llegó al país después del estallido de la crisis de 2018, todavía le faltaban varios meses para terminar su período de tres años de representación diplomática en Nicaragua. Era un interlocutor en relación a la demanda por la liberación de los presos políticos secuestrados por la dictadura orteguista.
Régimen remueve a su representante ante la Santa Sede
El Gobierno de Daniel Ortega canceló el nombramiento de la representante diplomática de Nicaragua ante el Vaticano, en el contexto en que se dio a conocer la salida del país del nuncio apostólico.
Este lunes 7 de marzo se publicó en La Gaceta, Diario Oficial del Estado, el acuerdo ministerial 09-2022 de la Cancillería de Nicaragua, por medio del cual se deja sin efecto el nombramiento de Sandy Anabell Dávila Sandoval, en el cargo de ministra consejera de la embajada de la República de Nicaragua en la Santa Sede.
En esta misma edición de La Gaceta, se reporta que Dávila Sandoval será trasladada para asumir el cargo de ministra consejera con funciones consulares en la embajada de Nicaragua en Japón.
En la publicación no se anuncia el nombramiento de ningún funcionario que asuma la representación diplomática de Nicaragua ante el Vaticano.
Este mismo lunes, un comunicado de la Nunciatura confirmó este mediodía que monseñor Sommertag “se ausentó del país” el domingo 6 de marzo, y que el secretario de la Nunciatura, monseñor Marcel Mbaye Diouf, “quedó al frente de la misión diplomática en calidad de encargado de negocios”.
Las fuentes consultadas por CONFIDENCIAL no precisaron si hubo un detonante que desencadenó su salida o si fue un deterioro gradual en la relación entre el Gobierno y el nuncio.
“Lo único que sabemos es que el Gobierno le impuso un plazo perentorio para terminar su misión diplomática en el país, una expulsión de facto, y él tomó la decisión de irse este domingo”, dijo la fuente.
¿Nombrará otro nuncio el Vaticano?
El analista político y exdiputado Eliseo Núñez Morales destacó que las buenas relaciones que en su momento tuvo monseñor Sommertag, principalmente con Rosario Murillo, ya eran cosa del pasado.
Insistió en que la salida del nuncio apostólico de forma repentina, antes de que se diera una “declaración de non grato”, es por la intención del Vaticano de dejar un canal abierto con el Gobierno de Nicaragua.
“El régimen no se atreve a declararlo non grato, pero presiona para que se vaya. Esto no se había visto así tan abiertamente, pero es parte del juego del régimen de imponer su narrativa y su estilo de Gobierno sin que nadie interfiera en él. Desde hace rato se miraban venir cosas que evidenciaban que se estaba dando al traste una relación que había logrado el nuncio, principalmente con Rosario Murillo, la cual funcionó para la salida de los presos políticos y sirvió para unas pequeñas concesiones que dio Ortega”, explicó Núñez.
“Me parece que el Vaticano no está dispuesto a confrontar al régimen, porque se pudiese haber dado el caso de que hubiesen permitido que expulsarán a su representante. Quieren dejar un canal abierto. Lo interesante va a ser si nombran o no otro nuncio, porque nombrar un nuncio implica presentar credenciales, y eso a la vez implica reconocer la investidura que tiene Ortega. También puede pasar que dejen al encargado de negocios permanentemente, que es un mensaje de no reconocimiento”, añadió.