Castilla y León se ha convertido en el banco de pruebas de todos los partidos. El entrenamiento ha acabado y comienza la liga. Puede que alguien lo considere un partido menor. Pero marca pauta. Por eso todos los partidos están poniendo toda la carne en el asador.
Para Casado es clave porque la operación de romper con Ciudadanos y adelantar elecciones es suya. Tras el ‘ayusazo’, él también quiere colocarse una medalla. Es su momento. Y se la juega. Porque aunque es verdad que Castilla y Léon no es Madrid, Mañueco no es Ayuso. Si la victoria no es sonora, su medalla será menos.
Pero es que además, su gran obsesión es no tener que pactar con Vox. Por eso todo se centra en obtener una “mayoría suficiente” que les permita gobernar sin tener a Vox en el cogote. Es verdad que Mañueco dijo que quería hacer lo mismo que Ayuso y que Ayuso pactó con Vox la presidencia y los presupuestos. Veremos.
Por su parte, Vox tiene que confirmar su gran subidón: de un procurador en las Cortes castellano-leonesas a 8-10-12-15 que les dan las encuestas. En realidad, el resultado es bastante irrelevante. Lo relevante es si serán necesarios para que Mañueco sea presidente, que parece que sí. Y si son necesarios, cómo se va a gestionar la negociación. Cuáles serán las líneas rojas, exigirán formar parte del gobierno, hasta dónde están dispuestos a llegar.
Puede que a Vox le interesa tensionar la negociación al máximo y forzar un acuerdo PP-PSOE que les haga la campaña nacional. Esa es la baza negociadora de Vox. La del PP será que ningún votante de Vox entendería que el PSOE entrara en la Junta si Vox lo hubiera podido evitar. Apasionante. Mucho más interesante que el 13F será el 14F y no precisamente por San Valentín…
Por su parte, Podemos intentará salvar los muebles. Su candidato es regular. El liderazgo en Podemos está diluído entre una Yolanda Díaz anulada por una reforma laboral de maquillaje, una Ione Belarra desaparecida, una Irene Montero ninguneada y un Pablo Iglesias con mono de política. Así que curiosamente probablemente su mejor activo sea un Pablo Iglesias que está tan fuera de la política que ya puede decir la verdad…
Por si fuera poco, las polémicas de Garzón con la guerra del chuletón ayudan poco a la formación morada. Son las primeras elecciones con Iglesias sin coleta. Prueba de fuego.
Para Ciudadanos es un ser o no ser. O más bien el certificado de defunción. Por si no había quedado claro, se muestran abiertos a apoyar al gobierno la reforma laboral mientras el gobierno les desprecia ninguneándolos para finalmente pedirles su apoyo “por sentido de estado”. Y ahí estarán los ‘naranjitos’, dispuestos a ofrecer flotador…
Y luego están los socialistas, empeñados en convencernos a todos que estas son elecciones regionales y que no hay que leerlas en clave nacional. O sea, colocándose la tirita ante la más que probable hemorragia. Cómo debe de ser el boquete que han necesitado que la cocina de Tezanos les dé como la fuerza política más votada.
La realidad es que hace unas semanas ‘vendieron’ que Sánchez se prodigaba y haría la calle y ahora sabemos que Sánchez estará ausente y que la única calle que hará será controlada porque el riesgo de abucheo no es elevado, sino infinito. ¡Toma síndrome de Moncloa!
El anzuelo del pescador
- Recaudación record. La economía palidece pero Hacienda está bien sonrosada. La recaudación se encuentra en récord histórico. ¿La clave? Las clases medias y bajas han sido convenientemente ordeñadas. ¿De verdad que gobiernan los socialistas?
- ¿Liberar a Txapote? El gobierno está dispuesto a avalar una reforma legislativa propuesta por Bildu que liberaría a 50 etarras, entre ellos al sanguinario Txapote. ¡Vergüenza e indignidad!
- Rusia se ablanda. Estados Unidos sugiere que ve el órdago lanzado por Rusia y los rusos reculan y dicen estar dispuestos al diálogo. La autoridad que no se ejerce se desprestigia, pero la que se mantiene firme se revaloriza.
