Con una misa en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, a puerta cerrada, con la presencia de algunos sacerdotes de la Diócesis de Ensenada y transmitida a través de Facebook, el obispo Rafael Valdez Torres celebró su séptimo aniversario episcopal.
Agradeció a sacerdotes, religiosos, agentes de pastoral y comunidad ensenadense la oración, la aceptación que le han tenido durante este tiempo y la voluntad para trabajar juntos y construir el reino de Dios en la diócesis de Ensenada.
Valdez Torres reconoció que lo poco de bueno que haya en él es obra de Dios, mientras que suyas son las debilidades, los pescados, los fracasos, las frustraciones y las incapacidades, sin embargo, con alegría agradeció a Dios por haber sido llamado y haber confiado en él para ser el pastor de su pueblo.
Buen pastor
“Me pongo en manos de Dios y confío también en la oración de todos ustedes; ser pastor en este tiempo se complica todavía más, ser buen pastor que se acerca a las ovejas cuando los miedos de la enfermedad, las indicaciones sanitarias, la experiencia que vivimos nos parece decir lo contrario, no es fácil entrar en esta dinámica de cercanía, cómo ser cercanos hoy, es un reto”, señaló.
Por su parte, el sacerdote Daniel Barco Soria resaltó que la misión del obispo no consiste en realizar el trabajo solo, sino en ayudar a su pueblo a asumir su papel como bautizados.
“La mejor manera de orar por nuestro obispo es asumiendo de nuestra realidad lo que nos toca hacer, anunciando desde nuestra realidad la palabra de Dios”, expresó.
Con información de El Vigía/Karla Padilla
