Ha estallado la paz popular que se venía fraguando en los últimos meses. La arrolladora victoria de Ayuso en las últimas madrileñas encendió todas las alarmas en Génova. Se activó entonces el dispositivo de neutralización. Por una parte, la investigación de las cloacas buscando contingencias que convirtieran las alas en pies de barro. Por otra, unas elecciones de diseño que permitieran a Casado presumir de liderazgo y de partido.
El fiasco de Castilla y León precipitó la erupción del volcán. Casado-Egea no lograron el objetivo de sacudirse a Ciudadanos y reforzar la marca PP-Casado. Más bien hicieron un pan como unas tortas al sustituir a Ciudadanos por un Vox crecido que ya no acepta el ninguneo. En lugar de aceptar el fracaso estratégico, aceptar la realidad y tratar de minimizar el impacto se dedicaron a patear retóricamente a sus socios naturales para dificultar todavía más lo que es inevitable: el acuerdo de gobierno con Vox.
Pero la puntilla ha sido la filtración por parte de Génova de los negocios y supuestos negocios del hermano de Díaz Ayuso. Génova no soporta que Ayuso se permita afirmar que ella es partidaria de pactar con el partido de Ortega Lara “aunque no fuera necesario”. Lo que no terminan de entender es que lo de Ayuso sí es reagrupar al centro-derecha. En el fondo, es un abrazo del oso.
Y por si fuera poco, los de Génova tiran la piedra y esconden la mano. Así que Ayuso responde filtrando que el PP encargó espiar a su hermano. Y su ex marido. Y a su ex novio. Y ya en rueda de prensa explota acusando de crueldad e injusticia la actitud de la dirigencia del PP. Censura que se ponga palos en las ruedas a quien consigue victorias electorales y gestiona la pandemia mejor que nadie mientras otros se dedican a hacer pasillos.
La respuesta de Génova ha sido el expediente sancionador y la amenaza de querella. Además, el paternalismo: ‘cuando no era nadie y estaba sola nosotros la apoyamos’… Vomitivo.
Este divorcio sólo puede acabar en entierro. Algunos apuntan al fusilamiento de Teo como cortafuegos de Casado. Feijóo ya estaría trabajando en una eventual gestora marcando distancias de la actual dirección…
Pero curiosamente dentro del gobierno de Ayuso tampoco hay un cierre de filas unánime. Cuatro consejeros han optado por un discreto silencio. Quizás porque la sombra del ya famoso contrato sea alargada. Casado no para de decir a quien le quiera escuchar que Ayuso será imputada.
Como acabará este divorcio es incierto. Lo que es seguro que el gran beneficiario es el sanchismo, que estaba en la UVI y ha resucitado. El espectáculo de la desavenencia en el PP opaca los negocios del marido de la directora general de la Guardia Civil o del marido de la vicepresidenta Calviño. Y opaca también los indignos contactos del gobierno con el entorno etarra.
¿Y Vox? Vox seguramente se beneficiará de esta guerra civil. Pero subir sin poder sumar tampoco es una alegría. El centro derecha tiene la obligación de recuperar la cordura y convertirse en una alternativa real, concreta y factible al sanchismo. Con urgencia.
El anzuelo del pescador
- El espía desmiente a Teo. Julio Gutiez, CEO de la agencia Mira, desmiente al secretario general del PP, Teodoro García Egea. En un audio hecho público por 7nnTV confirma que recibió el encargo por parte de una empresa del PP y que lo rechazó por ser ilegal.
- Villacís, en un tris. Los buitres del PSOE huelen sangre e inmediatamente se activan. Los rumores de moción de censura para desalojar al PP de la alcaldía se intensifican. La pelota está en el tejado de Villacís, cómoda con Almeida pero no con el actual rifi-rafe. Veremos.
- 61% del sueldo en impuestos. Los trabajadores españoles destinan el 61,3% del sueldo a impuestos y cotizaciones frente al 50,4% de media de la OCDE. Un escándalo que nos acerca peligrosamente al ‘modelo cubano’.