La Manif Pour Tous ha lanzado una gran campaña en la que se han pegado 50.000 carteles en toda Francia. De Lille a Montpellier, de Nantes a Lyon, pasando por París, se han colocado miles de carteles en cientos de ciudades.
Las palabras tienen un significado.
La polémica provocada por la aparición del pronombre sin género «iel» en el Diccionario Robert lo confirma. Con una campaña a gran escala, La Manif Pour Tous quiere denunciar decididamente el mal uso del lenguaje al servicio de una ideología.
El lanzamiento de esta campaña, titulada «La ideología se atreve a todo, y es así como la reconocemos», se produce con motivo del Día Internacional de los Derechos del Niño, que se celebra cada año el 20 de noviembre. Este día mundial también nos insta a aplicar la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que establece en su artículo 7 que «El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos». Este texto fue redactado en 1989, hace más de 30 años, en una sociedad en la que estaba claro que el significado dado a la palabra «padres» por los redactores significaba el padre y la madre del niño.
La presidenta de La Manif Pour Tous, Ludovine de La Rochère resume el sentido de la campaña así:
«Al tratar de reescribir y cambiar la definición de las palabras, los ideólogos radicales están desdibujando la identidad de los niños y adolescentes y amenazando sus derechos más básicos para conseguir que se les reconozca un inexistente derecho al niño. Por eso es necesario recuperar el sentido de las palabras.
- No, no existe ningún «hombre embarazado», en contra de lo que dicen algunos activistas desconectados de la realidad: son las mujeres las que pueden estar embarazadas.
- No, un niño no tiene un «padre 1» y un «padre 2», como estipulan cada vez más formularios: tiene un padre y una madre.
- No, no existe un «tercer sexo» y el «género», noción fluctuante y subjetiva, no define una identidad, a diferencia de la identidad sexual, que concierne a todos y contribuye a su construcción.
- Y la gestación «para todos» es sólo un eslogan que disfraza la realidad de los vientres de alquiler sin un padre para el niño. Por eso, la legalización de la gestación subrogada sin padre nunca será una ley de amor ni de fraternidad”.
Michel Janva.
Le Salon Beige.
Infovaticana.