“Desde la publicación del motu propio Traditionis Custodes el pasado 16 de julio de 2021, nos hemos visto sumidos en la incomprensión, la preocupación e incluso la amargura. De hecho, el Papa Francisco ha expresado a toda la Iglesia su deseo de que la celebración de la misa tradicional desaparezca a largo plazo. Acusa a la liturgia tradicional de ser un instrumento de división y desafío, mientras que para nosotros es, por el contrario, un instrumento de santificación personal y de evangelización, una fuente de gracias para nuestras familias y un medio de edificación para nuestras sociedades. Confiando en el poder de Dios, no hemos dejado de pedir a Nuestro Señor Jesucristo que ilumine al Santo Padre y a todos los obispos del mundo, para que se den cuenta del gran daño que se haría a toda la Iglesia al cortar sus raíces litúrgicas, cultuales, doctrinales y espirituales.
A partir de este mes de octubre de 2021, queremos dirigirnos una vez más al Cielo, e implorar a la Santísima Virgen María que proteja, defienda y haga florecer la Misa tradicional de la Iglesia en todo el mundo. A Ella, que estuvo presente al pie de la Cruz, como sigue estando presente al pie del altar cada vez que se renueva el Santo Sacrificio de la Misa, dirigimos nuestras humildes oraciones, para que, por su poderosa intercesión, su Divino Hijo escuche nuestras súplicas y conceda los deseos de sus hijos.
Asociamos a esta intención a “todos los sacerdotes que sufren”. Aquellos que han sufrido, en su sacerdocio, el confinamiento y la suspensión del culto público. Los que han sido víctimas, en su sentido de la Eucaristía, de las limitaciones o prohibiciones de distribuir la Sagrada Comunión directamente en la boca. Los que sufren las restricciones impuestas por las autoridades eclesiásticas a la celebración de la misa tradicional que «deleita su juventud».
Al ofrecer un rosario, o incluso un simple misterio de diez avemarías por estas intenciones, queremos dirigir al Cielo la súplica de todo un pueblo abandonado. Creemos que lo que está en juego es nada menos que la salvación de las almas y la perpetuidad de la Iglesia. Nos dirigimos con confianza a la Madre de Dios, porque sabemos que su Hijo nos concederá esa gracia, y que, por la intercesión de la Santísima Virgen María, la Iglesia volverá a sus raíces litúrgicas milenarias y podrá acoger de nuevo, como sus hijos fieles, a los que sólo piden permanecer fieles a la fe de sus padres”.
Esta nueva iniciativa se presenta de este modo:
Link para inscribirse en este rosario mundial: https://stoptraditioniscustodes.org/rosaire-mondial/https://stoptraditioniscustodes.org/rosaire-mondial
