Esta lucha forma parte de una guerra cultural que se libra en nuestro tiempo: la de los principios fundamentales que son minados constantemente por las huestes del mal. Más aún: forma parte de una lucha cósmica, entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal, entre la mujer y el dragón.
.Siempre que he ido a la campaña, he salido de ese lugar de muerte que es un abortorio, con gran paz de mi alma: como si un ángel me hubiera asistido. Como si los ángeles vinieran a esa puerta y los demonios retrocedieran… Es una sensación difícil de explicar.
La batalla por la vida vuelve a estar sobre la mesa. Se está jugando ahora, sobre todo, en el continente americano, con fuertes presiones de las grandes multinacionales abortistas y de todo el globalismo de la agenda 2030 haciendo fuerza para que se dictaminen leyes “verdes” favorables al aborto.
Encontramos algunos avances y bastantes retrocesos, según los países: por ejemplo, El Salvador y Texas, a favor de la vida. Y México y España, entre otros, donde avanzan las leyes pro-muerte.
Esta dinámica, que a veces deteriora nuestra esperanza, forma parte de una guerra cultural que se libra en nuestro tiempo: la de los principios fundamentales que son minados constantemente por las huestes del mal. Más aún: forma parte de una lucha cósmica, entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal, entre la mujer y el dragón… Lo sabemos.
Como parte de los guerreros que se están dando cita, ha surgido un arma poderosísima en la puerta de los abortorios, en las mismas puertas del infierno: las campañas de 40 Días Por la Vida, que empezaron en Estados Unidos y están hoy por multitud de países. Son campañas de oración, concienciación social y ayuda a las mujeres que lo necesitan. En su haber cuentan ya con miles de vidas salvadas, cientos de trabajadores de la industria del aborto convertidos y de centros de abortos clausurados. Con solo el poder de la oración.
Mi experiencia es la de encontrarme con personas muy concienciadas y perseverantes. Sin miedo, sabiendo que es una batalla a largo plazo y sabiendo lo que tenemos que hacer. Con una hoja de ruta y unas convicciones inalterables.
Yo mismo he participado ocasionalmente en ellas. No todo lo que me gustaría, la verdad, pero siempre que he ido a la campaña he salido de ese lugar de muerte que es un abortorio, con gran paz de mi alma: como si un ángel me hubiera asistido. Como si los ángeles vinieran a esa puerta y los demonios retrocedieran… Es una sensación difícil de explicar. Pero es real. Y me expongo a que nuestros enemigos se rían o tomen esto a broma. Me da igual.
La campaña de 40 Días por la Vida está cosechando frutos, porque la oración da frutos: madres que cambian su decisión y se salvan, niños que vivirán, trabajadores que abandonan la industria abortista, y abortorios que cierran. Una maravilla. ¿Crees en el poder de la oración? Verás milagros.
A nuestros Encuentros acuden dos líderes cualificadas de este nuevo y potente movimiento celeste: la responsable de campañas en toda Hispanoamérica, Lourdes Varela, y la responsable de España, Nayeli Rodríguez. Ambas mexicanas, ambas indomables guerreras provida. Nos hablarán de 40 Días, pero también del drama ¡y los milagros! que se ven a la puerta de los abortorios, y de las dificultades que en España surgen con la ley que condena y criminaliza a los provida. Más que grandes discursos, queremos tener en este ENCUENTRO Familia.Vida.Libertad testimonios e información provida de primera mano.
Precisamente debido a esa “ley” española, la ley de criminalización a los provida -o más bien reforma del Código Penal, para incluir penas a los que “acosen” a las mujeres a las puertas de los centros de aborto- hacemos en acTÚa FAMILIA la campaña #OpciónVidayLibertad.
Repartimos folletos provida, hacemos protestas políticas -se trata de un verdadero crimen para la libertad de información y de expresión- y manifestamos nuestra repulsa a esta criminalización de las personas provida, ya sea en las campañas de 40 Días, Rescatadores, voluntarios de ayuda a las madres, Ambulancia-Vida, etc. A nadie se le puede prohibir el derecho a expresarse e informar y a ser informado, y mucho menos a las mujeres que van a abortar. Desde el máximo respeto, desde la máxima empatía, pero este derecho lo tienen, ellas las primeras, pues lo incluye la misma ley de aborto española.
Sobre esto seguiremos más adelante hablando. La batalla es larga. Y no nos desanimaremos. Como nuestros hermanos mexicanos no se han desanimado ante la Suprema Corte de Injusticia, como tampoco se desaniman en ningún país hispano los valientes guerreros provida. A pesar de las dificultades enormes.
Sabemos que la batalla está ganada. Solo nos toca seguir luchando.