Paloma Domínguez Carrasco es una joven sevillana que ha entrado a formar parte del Regnum Christi como laica. Además, tras terminar 2º de bachillerato en Highlands School Sevilla, ha decidido responder a la llamada e irse un año de colaboradora a Argentina. Paloma, que también ha participado en la actual edición de Becas Europa, ha compartido su testimonio con nosotros y nos ha contado cómo conoció el Regnum Christi y cómo ha sido su decisión: “No siempre he estado segura, pero ha sido un camino muy bonito de identificación personal y de encuentro con Dios a través del Regnum Christi que me ha ayudado a, finalmente, confirmar mi deseo de querer oficialmente incorporarme”.
Paloma, ¿cómo conociste el Regnum Christi? ¿Qué fue lo que te enamoró de él?
Conocí el Regnum Christi gracias al colegio. Mis padres decidieron meterme en Highlands School Sevilla para empezar secundaria allí y así es como lo conocí. Cuando lo descubrí, lo primero de lo que me enamoré fue de la manera en la que los jóvenes y adolescentes estaban tan involucrados y su mirada en un Dios vivo y resucitado.
¿Cómo ven en tu familia la decisión de entrar a formar parte del Regnum Christi?
Todos me han apoyado mucho en esta decisión. Mis padres se incorporaron al poco de entrar yo en el colegio y han visto mi crecimiento a lo largo de estos años y concluir en mi incorporación oficial. Soy la mayor de cuatro hermanos y los he visto muy felices por mi decisión. La verdad es que ha sido una bendición el que toda mi familia haya estado tan animada y contenta.
¿Fue fácil decirle que ‘sí’ a Cristo?
Sinceramente, no ha sido fácil decirle que sí a Cristo. No siempre he estado segura, pero ha sido un camino muy bonito de identificación personal y de encuentro con Dios a través de este movimiento que me ha ayudado a, finalmente, confirmar mi deseo de querer oficialmente incorporarme.
Paloma, ¿qué te dice Cristo en la oración?
Cristo y yo mantenemos grandes conversaciones en la oración. Y no siempre me dice lo mismo. Pero hay una cosa que siempre me dice y me confirma: que soy Hija de Dios, creada y amada por Él, siempre. Y que estoy aquí para comunicar el Evangelio a los demás y ser feliz.
¿Cómo fue la llamada a este servicio de colaboradora?
Cuando llegué al colegio empecé a conocer el programa de colaboradoras. Cuando tenía 14 años pensé que sería una labor muy bonita y que me gustaría hacerla alguna vez en la vida. A lo largo de los años fue aumentando mi unión con Dios. He tenido muy buenas amistades de colaboradores que me han contado su experiencia y que me han dejado una gran huella en el corazón, y siempre me ha gustado mucho estar al servicio de los demás. Fue en el encuentro internacional de responsables del ECYD en 2019, en Roma, cuando finalmente decidí la idea que llevaba rondando en mi cabeza un buen tiempo. Allí Dios me lo confesó y me dijo que tenía un gran plan para mí. Me quedó claro que el amor que yo sentía en aquel momento no me lo podía quedar para mí sola sino que era una cosa que tenía que llevar a los demás.
Desde aquel momento no paré de darle la lata a la consagrada encargada en Sevilla. Pero tampoco ha sido fácil mantener la llama. Ha habido momentos en los que la llama ha estado más apagada que otras y ha sido un bonito esfuerzo seguir manteniendo el corazón dispuesto. Ahora que se va acercando la fecha, voy confirmando mi decisión y cada día estoy más ilusionada. Gracias también a todas las personas que me rodean, que han sido un apoyo importante y constante. Dios me ha elegido y no puedo estar más orgullosa de poder entregarme un año a los demás y de ser un instrumento de Dios que transmita la palabra viva del Evangelio.