La Diócesis mexicana de Zacatecas informó del fallecimiento del obispo emérito Fernando Mario Chávez Ruvalcaba, quien de acuerdo con fuentes extraoficiales ingresó a un hospital para recibir atención médica debido a las secuelas provocadas por el Covid-19.
La Diócesis de Zacatecas informó que “con profunda pena, pero con la confianza puesta en el señor Jesús, les comunicamos que el obispo emérito Fernando Mario Chávez Ruvalcaba ha sido llamado por Dios a su presencia”.
Por lo anterior, llamaron a los fieles a orar «por su eterno descanso y para que Dios reconforte en la esperanza cristiana a sus hermanos, familiares, amigos y a todos los fieles de la iglesia particular de Zacatecas».
Monseñor Fernando Mario Chávez Ruvalcaba fungió como obispo desde 1999 hasta el 2008, además que fue presidente de la comisión litúrgica de la región pastoral de occidente, promovió la formación permanente del clero e incorporó la Diócesis de San Luis Potosí. La misma Diócesis de Zacatecas lo calificó como un pastor realmente cercano a su gente.
ZACATECAS.-
NTR.
Comunicado sobre fallecimiento de Mons. Fernando Mario Chávez Ruvalcaba
México, a 15 de septiembre del 2021.
Prot. Nº75/21
«Si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, morimos para el Señor. Por lo tanto, ya sea que vivamos o que muramos, somos del Señor »( Rm 14,8)
Con esperanza en la Resurrección comunicamos que nuestro hermano, Mons. Fernando Mario Chávez Ruvalcaba, Obispo Emérito de Zacatecas ha sido llamado a participar de la Pascua Eterna de Cristo.
Nos unimos en la fe con la cercanía de la oración por su eterno descanso, y manifestamos nuestras condolencias a Mons. Sigifredo Noriega Barceló, Obispo de Zacatecas, a sus familiares, amigos y fieles que sirvió en vida como su pastor.
Rogamos a nuestro Señor Jesucristo, lo reciba y premie con su Reino, por su generoso servicio y entrega pastoral en bien del pueblo encomendado, y a todos nosotros los que peregrinamos en el tiempo, imploramos que nos conforte en estátribulación con la esperanza de la Vida Eterna.
Invitamos a orar y encomendar su alma a Dios, ofreciendo un triduo de eucaristías por su eterno descanso.
Dale Señor, el descanso eterno.
Y brille para él, la luz perpetua.
Que Su alma y las almas de todos los fieles difuntos,
por la misericordia de Dios, descansen en paz.
Así sea.
+Alfonso G. Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey
Secretario General de la CEM
