La comunidad religiosa Misioneros de Familia y Juventud celebraron con alegría el inicio del ministerio sacerdotal del Padre Enrique Alejandro Torres Ortíz Mfj y la ordenación diaconal del Diácono Marcos Daniel Belmares Garza Mfj.
En la Basílica de Guadalupe de Monterrey, el Hno. Marcos Daniel Belmares Mfj, recibió el primer grado del orden sacerdotal, el diaconado, por manos de Mons. Juan Armando Pérez Talamantes, quien a su vez ordenó presbítero al ahora sacerdote Enrique Alejandro Torres Ortiz Mfj.
Durante la homilía, presidida por el obispo auxiliar de Monterrey, Mons. Juan Armando, compartió :
“El amor de Dios está siempre en medio de su pueblo y el Espíritu Santo va llamado a personas de entre el pueblo para que sean los servidores del pueblo entregando su vida a Cristo, aprendiendo amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a uno mismo”.
“La libertad de un consagrado está ahí, en su corazón fuerte lleno de fe y esperanza, para el ejercicio de la caridad en el servicio a los hermanos”.
“Marcos, hoy el Señor te llama de manera muy especial a que madurez en el servicio, y que tu entrega y tu testimonio sea una luz para toda la comunidad, para toda la Iglesia, para toda la sociedad; que el Señor te conceda en los dones del Espíritu Santo, para que tu puedas brillar así, no con una luz propia, sino con la luz de su amor que presentará el servicio de Cristo, humilde siervo, al servicio de todos los seres humanos”.
“Nos alegramos en el Señor Jesús de que te haya llamado y que estés respondiendo con fortaleza y con mucha valentía”.
“Enrique, que el Señor te llene el corazón, porque te ha ido llevando, te ha ido llamando y tú has ido respondiendo, pero como dice la escritura … es necesario que seamos hombres, varones en vigilancia; que seamos varones que sepamos las cosas del llamado”.
“Es lo que el Señor pide a todo sacerdote, sé un siervo humilde, sé un siervo confiado y lleno de fe en el amor de Cristo; sé un siervo que todo lo que hable, que todo lo que proponga, que todo lo que realice en favor de la comunidad y del pueblo venga del amor a Cristo Jesús”.
“Que nuestras palabras nazcan en el sagrado corazón del Señor, que nuestras acciones nazcan ahí frente al santísimo Sacramento, que nuestra vida se convierta, cada vez más, en un vida eucarística, para realizar lo que el mismo nos ha pedido, de permanecer en su amor”.
“Este es el gran secreto de un sacerdote, de un diácono, entregado y consagrado, permanecer en el Señor, vigilar con humildad para que nuestro caminar, nuestros pensamientos, nuestras propuestas, nuestras acciones, vengan del amor del Señor como verdaderos discípulos y misioneros enviados por Cristo”.
“De manera muy especial tendrán que cultivar y cuidar el carisma también dentro de los Misioneros de familia y juventud; la consagración a la familia, la consagración a la juventud será algo que tendrá que brillar en ustedes, porque el Espíritu Santo les ha dado ese carísima, ese don”.
“En el carisma, en la maduración del carisma está la cruz, y todo consagrado, está bien consiente de que el llamado de Cristo es a vivir con él y a morir con él, para resucitar con él. Y en ese misterio de redención ayudar al santo pueblo de Dios a permanecer en él”.
El Padre Enrique Torres Mfj, a nombre también del reciente diácono, ofreció un mensaje de agradecimiento:
“Agradecerle a Dios porque se ha fijado en nosotros y nos ha permitido llegar hasta este día en nuestro caminar vocacional. Gracias a nuestra madre María que siempre se ha hecho presente en nuestras vidas, en nuestra comunidad y en este camino vocacional indiscutiblemente”
“Que el Señor nos permita seguir creciendo también en el ministerio a través de nuestro ejercicio y que sea para mucho bien de la Iglesia de Monterrey y sobre todo también de muchas almas que así lo necesiten”.
Felicidades a toda la comunidad de familia y juventud por sus nuevos pastores. Dios los bendiga.
