“¡Que las autoridades nos ayuden! Mientras los narcos nos destruyen, el ejército no se mueve y espera órdenes «: párroco de Michoacán

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“¡Pido a las autoridades que nos ayuden! No queremos tener la suerte de Aguililla y ya estamos casi en esa situación ”.

En México, despertó el llamamiento dramático de un párroco, el padre Jorge Luis Martínez Chávez, al frente de la comunidad de Santiago Apóstol, en el municipio de Coalcomán, en la llamada zona de Terra Caliente, en el estado mexicano. la atención de todos los medios de comunicación de Michoacán, uno de los más violentos de todo México por los enfrentamientos entre los narcos cárteles.

El párroco escribió una carta abierta, refiriéndose a la situación en Aguililla, el municipio vecino, escenario de continuas masacres, donde el nuncio apostólico, Mons. Franco Coppola, en respuesta a la alarma del obispo de Apatzigán. Ahora, advierte el cura, le toca a Coalcomán, en la total falta de respuesta de las instituciones y la policía. El Municipio tiene una población de poco más de 12 mil habitantes, principalmente dedicados a la agricultura, ganadería, silvicultura y comercio.

“Nos han robado la paz – escribe el párroco -. Hasta hace poco, la ciudad vivía en relativa tranquilidad, la prosperidad se reflejaba en todas partes. El trabajo fluía y todos podíamos movernos libremente ”. Luego vino la guerra entre los cárteles. Vivimos en una situación similar a la de Aguililla, la gente vive en la incertidumbre por la violencia: autos quemados, cortes de ruta, asesinatos por todas partes, exilios forzados, destrucción de la carretera para Michoacán, destrucción de líneas telefónicas, pobre acceso a Internet, estamos rodeados de gente armada que defiende sus intereses ”.

Continúa el padre Martínez: “Lo increíble es que fueron al cuartel militar y nos dijeron que necesitaban órdenes superiores. Sí, hay un cuartel militar con cientos de soldados, ‘esperando órdenes’ mientras continúan destruyéndonos. Y hay un cuartel de policía en Michoacán pero, como es un delito federal ”, no se mueven,“ por no hablar de la policía municipal ”.

Las consecuencias de la violencia y los bloqueos de carreteras ya se están haciendo sentir, incluso económicamente. “Tenemos varias personas desplazadas en la ciudad, las ayudamos tanto como podemos; Coalcomán es una comunidad muy solidaria ”, concluye el párroco, antes de lanzar su llamamiento.

 

LA CARTA ÍNTEGRA DEL PÁRROCO JORGE LUIS MARTÍNEZ CHÁVEZ:

 

Coalcomán es una población de poco más de 12 mil habitantes dedicados a la agricultura, ganadería, silvicultura y al comercio principalmente.

Nos han robado la paz. Hasta hace poco, el pueblo vivía en relativa tranquilidad, la prosperidad se veía reflejada en todas partes. El trabajo fluía y todos podíamos transitar con libertad.

La guerra entre los cárteles nos está llevando “entre las patas”; vivimos una situación semejante a la de Aguililla, la gente vive en la incertidumbre por la violencia: quema de carros, bloqueos de carreteras, asesinatos por todas partes, exilios forzados, destrucción de la carretera hacia Michoacán, destrucción de las líneas telefónicas, poco acceso a internet y rodeados de gente armada que defiende sus intereses.

Podría pensarse que estamos solos, sin quien nos auxilie en la penuria que estamos pasando.

Lo increíble es que acudieron al cuartel Militar y les dijeron que necesitaban órdenes superiores. Sí hay cuartel militar con cientos de soldados, “que esperan órdenes” mientras a nosotros nos siguen destruyendo.

Hay un Cuartel de la Policía michoacana pero, como es delito federal… ni qué decir de la Policía municipal.

Abrieron zanjas en la carretera en varias partes entre Coalcomán y Tepalcatepec, corrieron a toda su gente de las rancherías (ocho en total); ya va una víctima mortal.

El comercio está encareciendo los precios de los productos básicos, ya que tiene que dar una vuelta más larga para ingresar a la población, alegan los proveedores.

Tenemos varios desplazados en el pueblo, les ayudamos como podemos; Coalcomán es una comunidad muy solidaria.

Pido a las autoridades que nos ayuden.

¡AUXILIO! No queremos tener la suerte de Aguililla, aunque estamos al borde.

Atentamente

Pbro. Jorge Luis Martínez Chávez

Párroco

agensir.it.

Video: Captan a decenas vehículos blindados del narco entrar a Coalcomán, Michoacán

“Creo que se va a poner bueno en Coalcomán, señores, van como 100 camionetas ‘monstruos’, y de todo”, advirtió un presunto narcotraficante.

Al menos una decena de vehículos blindados, conocidos como “monstruos”, y presuntamente del grupo criminal de Los Viagras, ingresó la tarde de ayer martes, 3 de agosto, al municipio de Coalcomán, Michoacán.

Videos que circulan en redes sociales muestran al menos a cuatro vehículos blindados  que se encuentran a la orilla de una carretera. En la grabación, que fue hecha desde otro vehículo en circulación, se escucha la voz de un hombre que alerta por radio sobre los “monstruos”.

Otros audios advierten a la población sobre un posible enfrentamiento contra sus rivales: “No se preocupen, no se preocupen, pa´dentro no se van a meter (a Coalcomán). Ahí les vamos a echar putazos. Van a echar putazos como ayer, no se metan (…) Nomas resguárdense en sus casas, resguárdense todos”.

Además, otro audio advierte a la población “que se va a poner bueno en Coalcomán, señores, van como 100 camionetas ‘monstruos’, y de todo”, advirtió un presunto narcotraficante.

De acuerdo con Milenio Televisión, se trata de decenas de vehículos del grupo criminal Los Viagras, quienes se enfrentarían en contra de sus rivales del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Violencia extrema entre grupos criminales

En los últimos meses se han presentado diferentes choques armados entre el CJNG y de La Nueva Familia Michoacana, este último con sus brazos armados autodenominados como Los Viagras y Los Blancos de Troya.

Ambas organizaciones criminales utilizaron vehículos monstruos para enfrentarse en caminos rurales y diversos poblados.

miércoles, 4 de agosto de 2021 · 17:08.

 

Aguililla, el pueblo de Michoacán asediado por el narco que se convirtió en epicentro de la violencia incontrolable en México

Cartel del CJNG en Aguililla

FUENTE DE LA IMAGEN,AFP

Pie de foto,El cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) controla desde este año la totalidad del municipio de Aguililla, en Michoacán.

Cuando hace unos cuatro meses el cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se hizo con el control de todo Aguililla, los vecinos cuentan que su municipio se transformó en un campo de batalla.

«Al entrar el CJNG se hizo una guerra en el pueblo y, después de correr a sus rivales (los miembros de Carteles Unidos), se hizo una cacería durante semanas en las que vimos asesinados en las calles y casas quemadas como parte de esa ‘limpia’ que decían hacer para borrar al otro grupo», recuerda Gilberto Vergara, párroco en Aguililla.

«Y la población quedó en el medio», dice.

La situación, sin embargo, no es nueva para los pobladores de este municipio mexicano que se ha convertido desde hace tiempo, muy a su pesar, en epicentro de la violencia en el estado de Michoacán y de la lucha entre carteles por conquistar su territorio.

«En los últimos diez años se habrá desplazado a tres carteles y, cada vez, se monta una revuelta en el pueblo. Cuando sacan a uno, otro quiere meterse. Es un cuento de nunca acabar», le cuenta resignado un residente de Aguililla vía telefónica a BBC Mundo.

Sin querer revelar su identidad por temor a represalias, este vecino relata cómo las balaceras se han convertido en un elemento casi cotidiano en la zona. «Ayer empezó a las 12:00 del día y cuando me acosté a las 2:00 de la madrugada, aún se oían las detonaciones», dice.

Para miles de sus vecinos, el infierno que viven a diario no les dejó más alternativa que huir de sus propios hogares tras quedar enclavados en medio de lo que describen como una auténtica zona de guerra.

Rocío Bedolla, doctora en Aguililla, recuerda como su peor experiencia cuando un hombre armado entró al centro de salud en el que trabaja y comenzó un intercambio de disparos contra otros hombres que lo perseguían y esperaban fuera.

«Soportamos el tiroteo durante 25 minutos. Estábamos tirados en el piso, con la cabeza cubierta con las manos. Eso me dejó traumada y es lo que más me ha marcado la vida», le cuenta a BBC Mundo.

La médica recuerda que tres personas que no tenían nada que ver con el enfrentamiento entre carteles murieron, entre ellas un enfermero que fue a auxiliar a un herido.

«Requería cirugía y estuvimos llamando a la ambulancia aérea, pero no contestaron. Tampoco las ambulancias terrestres quieren venir para acá, así que nos quedamos con los heridos», dice.

Centro de Salud de Aguililla

FUENTE DE LA IMAGEN,ROCÍO BEDOLLA

Pie de foto,Dos años después de ser escenario de una balacera, el centro de salud de Aguililla aún conserva los múltiples impactos de bala recibidos.

Balaceras y bloqueo

El bloqueo de la principal carretera que une Aguililla con Apatzingán es de hecho una de las consecuencias más dramáticas del enfrentamiento entre carteles para la población, que quedó prácticamente atrapada en el municipio desde que la situación empeoró en los últimos meses.

Cerca de la entrada a Aguililla se ubica un retén armado del CJNG para tratar de impedir la entrada del grupo rival. Algo más lejos se encuentra otro filtro de sus rivales de Carteles Unidos, a los que los vecinos acusan de impedir la entrada de víveres al pueblo para presionar al cartel dominante, pero que también repercute en la población que no tiene nada que ver con ellos.

Esta asfixia hacia los vecinos se ha traducido ya incluso en muertes. «No podemos sacar a los pacientes graves. Aquí no podemos atender urgencias y ya se han muerto al menos un niño y dos adultos tras esperar dos o tres horas en el filtro y que no los dejaran pasar a la ciudad», denuncia la doctora Bedolla.

Ante la dificultad de introducir alimentos y medicamentos a Aguililla por los retenes y las numerosas zanjas cavadas, el sacerdote Gregorio López lidera desde su fundación El Buen Samaritano, en la vecina Apatzingán, el envío de víveres a Aguililla y el refugio en albergues de cientos de vecinos desplazados del pueblo

Más conocido como «padre Goyo», el religioso intenta hacer llegar al pueblo unas mil despensas cada semana, generalmente con apoyo del Ejército para hacerse paso por la carretera.

La entrega de víveres debe realizarse con resguardo del Ejército.

FUENTE DE LA IMAGEN,PADRE GOYO

Pie de foto,La entrega de ayuda humanitaria a Aguililla debe realizarse con resguardo del Ejército.

«Pero hace unos ocho días pedimos que nos escoltaran, y en cambio nunca salieron del cuartel de Apatzingán. En uno de los retenes, Los Viagras dijeron: ‘Víveres, ni un kilo. La gente de Aguililla que se muera de hambre’. Y eso es lo que quieren», le dice a BBC Mundo.

«Prácticamente, estamos secuestrados aquí en el pueblo», resume uno de los vecinos, quien no duda al calificar la situación como una «crisis humanitaria».

Este bloqueo de la carretera principal a Apatzingán hace que un viaje de unos 90 minutos desde Aguililla se alargue hasta seis o siete horas al tener que buscar vías alternativas como caminos de tierra abiertos entre las montañas.

«Como tiene que trasladarse por caminos terribles, muchos víveres nos llegan al pueblo más caros o hasta en mal estado. Pero tampoco estamos en la hambruna o la escasez absoluta», aclara el párroco local Gilberto Vergara.

Éxodo de población

Los vecinos de Aguililla también tienen problemas para recibir tanques de gas y aseguran haber pasado hasta ocho días sin luz después de que el cartel que está en el exterior cortara el suministro para perjudicar al grupo dominante en el pueblo.

Pero, sobre todo, denuncian cómo el bloqueo ha llevado a muchos agricultores a dejar de cultivar por no poder salir con sus camiones fuera del pueblo y ver cómo sus cosechas se echaban a perder o incluso cómo les robaban sus vehículos.

Sin modo de subsistencia, la desesperación llevó a miles de vecinos en los últimos meses a abandonar Aguililla. No está claro el número exacto, pero el párroco Vergara calcula que entregó unas 800 o 900 cartas de recomendación para familias que salieron con la intención de pedir asilo político en EE.UU.

«Diría que casi nos redujimos al 50% de la población», estima el sacerdote sobre las 16.000 personas que vivían antes en Aguililla.

Balas en Aguililla.

FUENTE DE LA IMAGEN,AFP

No es de extrañar que muchos teman que Aguililla pueda convertirse en una especie de pueblo fantasma. Según el padre Goyo, «al verse asediados por los carteles, muchos jóvenes huyeron y dejaron en el pueblo a abuelos solos y con necesidades básicas».

«Tenemos a ancianos que no cuentan con nadie. Literalmente, los dejaron para que se murieran ahí».

Algunos vecinos salieron del pueblo el pasado 23 de abril, aprovechando la visita que el nuncio apostólico para México, Franco Coppola, realizó a Aguililla para oficiar una misa por la paz y como «llamada de atención fuerte al gobierno para que hiciera algo», según Vergara.

Ese día, un despliegue de soldados garantizó la circulación por la carretera por la que los propios residentes apenas habían podido transitar desde finales del año pasado. Apenas 24 horas después, critican los vecinos, la situación de bloqueo volvió a ser la misma.

El nuncio apostólico Franco Coppola visitó Aguililla el pasado mes de abril.

FUENTE DE LA IMAGEN,AFP

Pie de foto,El nuncio apostólico Franco Coppola visitó Aguililla el pasado mes de abril.
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Tierra del Mencho

La elección de Aguililla como escenario de enfrentamientos entre carteles tiene mucho de simbólico: Aguililla es el lugar donde nació Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho, líder del sanguinario CJNG y uno de los narcotraficantes más buscados por México y Estados Unidos.

Pero además, su ubicación estratégica entre montañas lo han hecho desde hace décadas un ansiado botín de los grupos criminales.

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Afincado en la boca de la sierra Madre del Sur, es una región rica en minerales que conecta el puerto Lázaro Cárdenas, en la costa del Pacífico, con la llamada Tierra Caliente de Michoacán. Sus tierras fértiles lo convierten en un gran productor de limones, tomates y chiles.

Y aunque el narcotráfico de hace unos años en la zona se centraba en la marihuana y la amapola, tiempo después llegaron los laboratorios de metanfetamina.

«Desde los 80, Aguililla fue un territorio de narcotráfico abigarrado, parecía que era el único oficio del pueblo. Y hoy estamos viendo la fractura y las consecuencias», le dice a BBC Mundo el padre Goyo.

Hasta hace poco, algunas zonas del municipio estaban en manos de Carteles Unidos, integrado principalmente por el cartel del Abuelo (o cartel de Tepalcatepec) y Los Viagras, entre otros. Algunos nacieron como grupos de autodefensa, pero fueron acusados después de transformarse en organizaciones criminales.

Carretera entre Apatzingan y Aguililla

FUENTE DE LA IMAGEN,AFP

«Son narcotraficantes que se escudan en camisetas de autodefensas», se escucha en un video difundido esta semana y que es atribuido al líder del CJNG.

En el mensaje, el Mencho amenazó a varios medios mexicanos por la cobertura realizada en Michoacán y dijo que iba dirigido a «todos los que apoyen a Carteles Unidos o falsas autodefensas» en dicho estado, pero especialmente hacia la conocida periodista de Milenio TV Azucena Uresti.

Las amenazas causaron tal polémica que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) mostró al día siguiente su solidaridad hacia Uresti.

La amenaza dejó al descubierto una vez más la vulnerabilidad de los periodistas en México y, a la vez, volvió a poner el foco en la situación de violencia que se vive en Michoacán, una de las principales crisis de seguridad que enfrenta el gobierno de AMLO.

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«Necesitamos un gobierno que imponga el Estado de Derecho»

En Aguililla, las críticas de sus vecinos hacia las autoridades son constantes. Aseguran que no están actuando para garantizarles que puedan vivir de manera libre en su municipio. Algunos incluso acusan a funcionarios de estar coludidos con el crimen organizado.

La situación llegó a un punto de máxima tensión cuando, a finales de junio, un grupo de vecinos irrumpió en el cuartel militar de Aguililla, echó la puerta abajo y comenzó a lanzar piedras a los soldados.

Desde entonces, vecinos mantienen un plantón constante en la entrada del cuartel que lo mantiene casi sitiado y critican que los soldados no estén actuando para protegerlos de los grupos criminales.

«El reclamo de los vecinos fue para que el Ejército liberara la carretera. Cuando se vio que no tenían órdenes de hacerlo, la población decidió sitiarlos a ellos. Así como nosotros estamos bloqueados, decidieron encerrarlos a ellos», explica Vergara.

El despliegue de seguridad durante la visita del nuncio apostólico en abril apenas duró ese día, critican los vecinos de Aguililla.

FUENTE DE LA IMAGEN,AFP

Pie de foto,El despliegue de seguridad durante la visita del nuncio apostólico en abril apenas duró ese día, critican los vecinos de Aguililla.

Tras ser contactado por BBC Mundo para conocer qué se está haciendo frente a esta situación, fuentes del ayuntamiento de Aguililla aseguraron que «el tema de la seguridad está en manos del gobierno federal, tienen su plan y con nosotros no hay interacción».

También descartaron sendas peticiones de entrevista desde el gobierno de Michoacán y las secretarías federales de Defensa Nacional y Seguridad. Esta última remitió a lo dicho por el presidente López Obrador al respecto en sus conferencias diarias.

El pasado julio, el mandatario aseguró que el Ejército y la Guardia Nacional continuarían en la zona porque «no puede dejarse sin protección a la población», aunque descartó de nuevo el uso de la fuerza.

«No estoy de acuerdo con la vía violenta, soy pacifista. Aunque se burlen, voy a seguir diciendo: ‘Abrazos, no balazos’. La paz es fruto de la justicia. No se puede enfrentar la violencia con la violencia», afirmó.

"Monstruo" utilizado por los carteles en Aguililla.

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Pie de foto,Los llamados «monstruos» (vehículos modificados y blindados) son utilizados en los enfrentamientos entre carteles en Aguililla.

Vergara responde que, como sacerdote, respalda una solución por la vía pacífica pero «hay veces que pareciera que no queda de otra que poner resistencia al mal. Yo estoy dispuesto a dar abrazos, pero si el de enfrente trae un fusil listo para dar balazos, no hay manera de que eso salga bien».

«Y no es que queramos que vengan con lujo de violencia, pero sí necesitamos un gobierno que imponga el Estado de Derecho. Porque así no se puede vivir, se trata de que todos acatemos la ley», agrega.

Uno de los vecinos le dice a BBC Mundo que la situación está «cada vez más cruda, porque antes el Ejército venía y hacía su trabajo y se calmaba todo un tiempo. Ahora parece que les cortaron las alas… Supongo que por eso del ‘abrazos, no balazos’. Pero es que entonces los balazos los recibimos la población civil».

Programas sociales

López Obrador insistió en que la situación en Aguililla se está atendiendo «buscando convencer, persuadir a todos» e implementando programas de bienestar para la población.

Tras semanas de presión, los vecinos de Aguililla lograron algunas respuestas. Primero, fue la instalación de un grupo de militares en la carretera, precisamente entre los retenes del CJNG y de CU, sin que hasta ahora se hayan visto grandes resultados. «Es un circo», critica el padre Goyo.

Segundo, en efecto, fue la conformación de una mesa de diálogo para llevar al pueblo programas sociales para facilitar la búsqueda de empleo, becas y mejorar la atención sanitaria.

Pero el ánimo de los vecinos está tan caldeado que los funcionarios federales y estatales encargados de estas iniciativas deben llegar a Aguililla en helicóptero, aterrizar en el cuartel militar y lograr que los vecinos liberen la entrada gracias a la mediación del padre Vergara.

Autos calcinados en la emboscada del CJNG contra policias en Aguililla en 2019.

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Pie de foto,En 2019, Aguililla fue escenario de una sangrienta emboscada del CJNG contra policías que dejó un saldo de 13 agentes muertos.

«Estos representantes del gobierno vienen a apoyarnos pero sin querer molestar a las mafias, a los carteles. Por más que nos quieran ayudar con becas y contratando personal y trayéndonos medicamentos, el problema de fondo sigue existiendo y no se resuelve», critica una vecina que no quiso dar su nombre a BBC Mundo.

El sacerdote de Aguililla alerta de cómo el conflicto se está trasladando desde hace meses a municipios vecinos como Buenavista, Tepalcatepec o Coalcomán. «Aguililla ha sido como el epicentro y las olas de este movimiento se van rompiendo contra el resto de municipios», dice.

«Y esto así va a ser porque no hay un orden ni una forma de combatir la violencia, porque todo lo que se está haciendo, aunque se agradece, pues es solamente una parte de lo que nosotros necesitamos», remata.

  • Por Marcos González Díaz
  • Corresponsal de BBC News Mundo en México
12 agosto 2021

 

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