9.- Veinticuatro horas más tarde, o sea el jueves 5 de agosto, es cuando se anuncia la «reaparición» de Wikileaks, con la develación de conexiones político-financieras de grupos que operan fundamentalmente en el mundo de habla hispana y se oponen a la aplicación de la Agenda LGBTIQ.
10.- Los datos que empezaron a publicarse un dìa después, o sea el viernes 6 de agosto, revelan un seguimiento, efectivamente, de años sobre los implicados. Se trata de una recopilación acuciosa y especìfica. Un rastreo cibernético dirigido. Una clásica operación de Inteligencia: el acopio de datos, para ser posteriormente procesados.
11.- La divulgación coincide con una advertencia previa, hecha el 24 de junio, por parte del llamado Foro Parlamentario Europeo para los Derechos Sexuales y Reproductivos (EPF), integrado por euro representantes socialdemócratas y medioambientalistas o verdes, de que se estaba elaborando una radiografía de los grupos que se oponen al aborto y la agenda LGBTIQ en el Viejos Continente.
De tal suerte que «el EPF presentó un «informe de investigación» llamado «Punta del iceberg: Financiadores religiosos extremistas contra los derechos humanos de la sexualidad y la salud reproductiva en Europa 2009 – 2018», con un mapeo, un seguimiento, de todos los grupos «homofóbicos» del mundo».
12.- El Informe del EPF fue presentado en tiempo y forma. Cumplió su objetivo de coadyuvar a la aprobación en el Parlamento Europeo de considerar al aborto como un «derecho esencial de salud pública». Hasta ahí, pues, con dicho Informe. Pero lo que ha impulsado a la resurrección forzada de Wikileaks hace 48 horas, es otra cosa: porque se trata de la revelación de correos electrónicos privados, de personas y entidades sobre todo de habla hispana, involucradas en la lucha contra la Agenda LGBTIQ.
13.- Son, pues, dos trabajos distintos. Ubicado el hecho en el tiempo y el espacio, el último, que se le endosa a «Wikileaks», es diferente y con otro objetivo. Es evidente que se trata de una respuesta del Lobby Gay a la ciber investigación divulgada desde Estados Unidos, que está diezmando y exhibiendo al propio Lobby Gay dentro de la Iglesia, y sobre todo, dentro de la Santa Sede.
Así las cosas, tanto la delación de la red homosexual dentro de la Santa Sede y los Estados Unidos, como ahora la revelación de documentos privados de los anti LGBTIQ, son producto, resultado, de tareas de Inteligencia…entre facciones que operan, que se oponen, dentro de la Iglesia, ya a favor, ya en contra de la Agenda LGBTIQ.
Si bien las investigaciones sobre las redes homosexuales dentro de la Iglesia están, repito, causando graves daños al Lobby Gay y amenazan con «sacar del clóset» a más integrantes de la facción sodomita…el trabajo atribuido a Wikileaks sobre grupos hispanoamericanos anti LGBTIQ que empezó a ser publicado por «Pueblo» (España), «IlFatto Quotidiano» (Italia) y «Contralínea» (México), contempla una amenaza implícita de la facción pro gay del Vaticano al «Yunque»: los próximos son ustedes. Están en la mira. Es decir, ya sabemos quiénes son. Cómo operan. Quién les da dinero. Cómo se financian. Y eso es una amenaza, porque precisamente el principal argumento de ataque que se emplea contra ellos en los artículos endosados a Wikileaks, es el de su oposición a la agenda LGBTIQ.
Ahora bien, para infortunio de la facción sana de opositores a la Agenda LGBTIQ, del Vaticano no ha salido ninguna condena o prohibición por o para el uso de iglesias para Misas gays, como las celebradas en Alemania, por ejemplo. Tampoco se ha emitido ningún Motu Proprio impidiendo este tipo de ceremonias. Y, por el contrario, existe el antecedente de que a pesar de las condenas que han hecho varios obispos a sus posturas, el propio Francisco ha salido en defensa de su consejero jesuita pro gay, James Martin, alabándolo por su labor entre la comunidad LGBTIQ. Más aún, obispos y cardenales abiertamente pro gays, han recibido importantes nombramientos papales en los últimos meses.