Grita, insulta, toca la batería y las trompetas, descarga tu rabia en las manifestaciones callejeras, pero solo si estás organizado en el espacio en el que te he dado permiso.
Si los gobiernos occidentales, los principales productores del planeta, las aerolíneas y las grandes multinacionales (excluidas las grandes farmacéuticas y tecnológicas) se someten a las restricciones provocadas por la farsa-covid, significa que se está gestando algo grande.
Hace unos años David Rockefeller, hablando con la ONU, dijo claramente que el número de la población mundial debe reducirse a la mitad https://www.youtube.com/watch?v=OKwOXJ9RbHE. Según él, y el Establecimiento, la reducción era necesaria para salvar el ecosistema. Pero en nuestra opinión, no lo dijo todo. Los multimillonarios se convirtieron en multimillonarios al centrarse únicamente en sus propios intereses. El plástico, por ejemplo, no fue puesto en el mercado por los señores Caio y Sempronio, sino por personas que para enriquecerse plastificaron cientos de productos que terminaron en las calles, ríos, mares y montañas. Son tan hábiles que después de la inmundicia culparon a los usuarios involuntarios. Los Rockefeller hicieron fortuna con la industria petrolera, un importante producto contaminante. Solo los desatentos y los beocios pueden creer que estos personajes se preocupan por el ecosistema planetario.
Las motivaciones que impulsaron a los Rockefeller, los Gates, Soros, etc. para cambiar los paradigmas sociales, se encuentran en los intereses económicos futuros. Así lo subrayan sin rodeos los grandes magnates y los distintos portavoces de grupos supranacionales como Bilderberg, Aspen Institute y el Grupo de los 30, del que, casualmente, el Marqués del Drago es Miembro Senior.
El aborto, la eutanasia y el matrimonio entre personas del mismo sexo tienen en común la muerte y la anti-vida. Desafortunadamente para los magnates, esta carnicería y la paradoja de género están resultando insuficientes para sus programas. Un virus con variantes y vacunas ad libitum durante los próximos diez años podría ser la opción ganadora. ¿Una broma de mal gusto? No lo sé, pero no creo que Bill Gates y George Soros hayan comprado una empresa que produce pruebas de Covid-19 para dar limosna o porque esperan que el covid-19 sea erradicado a finales de 2021.
Pero hay otro aspecto que representa la columna vertebral de todos los problemas que estamos viviendo. Estamos hablando de la IA (inteligencia artificial) y la robótica, que dejarán a millones de personas dando vueltas, tanto es así que ya han pensado en lo que llaman control universal.
Hay proyecciones para el futuro cercano en las que estiman que la IA y los robots cancelarán muchas actividades. Bien, se puede decir, los procesos de industrialización que se iniciaron a finales del siglo XIX y se desarrollaron en el siglo siguiente han creado nuevas formas de empleo al mejorar las condiciones laborales.
El hecho es que la IA y los robots deberían cubrir al menos el 70/80% de los trabajos actuales. Por lo tanto, para pagar el cheque universal, quienes giran el pulgar no deberían, dicen, exceder los mil millones.
La inteligencia artificial y la robótica eliminarán 20 millones de puestos de trabajo de fabricación para 2030, según los economistas de Oxford.
¿Están locos? Tal vez, pero no creo que los individuos capaces de planear el genocidio más extenso de la historia, que yo llamaría satánico, se detengan con las loables manifestaciones.
Por Agostino Nobile.
Marco Tosatti.
ROM, Italia.
