La Dictadura LGBTIQ impone la sodomización de niños y jóvenes en las escuelas; ataca a todo profesor que no se pliega.

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Jesús Barrón lleva desde 1993 dando clases de Naturales y Geología a alumnos de secundaria, sin problemas. Calcula que la clase sobre sexualidad la ha impartido 13 veces. Sin conflictos.

Hasta que llegó al empezar este curso al IES Complutense de Alcalá de Henares, un lugar ‘distinto’ porque está controlado por una élite de izquierda radical y militantes de ideología de género.

Le pidieron que impartiera su clase de sexualidad a los alumnos de 12-13 años. Ahora entiende que era una trampa: querían que dijera ‘lo prohibido’.

Aún no está claro qué era ‘lo prohibido’, pero le incoaron un expediente y empezó el litigio administrativo.

Objetivo: eliminar al recién llegado que no se ha enterado que aquí no se cuestiona la ideología de género. Y, de paso, amedrentar a cualquiera que piense en disentir.

Pero Jesús Barrón es un hombre firme, tranquilo, que no se arredra y que acudió a la Asociación de Abogados Cristianos. Está dispuesto a contar todo lo que pasó, con todo detalle. Decía Platón que uno no puede ser filósofo, es decir, sabio, hasta los 50 años. Y Jesús tiene 51. Se lo toma con filosofía.

Un instituto muy progre y de género

Debería haberse dado cuenta de que llegaba a un sitio especial, por ejemplo, repasando el Twitter del instituto, con sus tuits de cursos de la asociación LGTB Kifkif que cada año acude al centro a impartir su doctrina a menores de edad. En Alcalá son conocidos por sus «dulcineos y quijotas».

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O leyendo el «Proyecto Educativo de Centro», que menciona 16 veces la «tolerancia», aunque no la aplica a quien critique la ideología de género.

El profesor Barrón no tiene Twitter y tampoco se repasó el proyecto educativo (aquí en PDF). Ahí se leen proclamas fervorosas que reclaman:

– «el uso de un lenguaje inclusivo como el que el Consejo Escolar ha intentado utilizar a la hora de redactar el presente documento» (sin mucho éxito, en vez de las palabras ‘inclusivas’ «profesorado»y «alumnado» se les escapan las muy ‘machistas’ «profesores» y «alumnos» en infinidad de páginas)

– «que en todos los materiales educativos se eliminen los estereotipos sexistas o discriminatorios» (sin definir qué es eso)

– «pedagogías adecuadas para el reconocimiento y respeto de las personas LGTBI, transexuales, transgénero e intersexuales» (porque no basta con pedir respeto a todos, y punto)

– «en todas las etapas educativas, actividades formativas para la prevención del machismo« (sin concretar a qué llaman machismo)

Pero el profesor Barrón no se dio cuenta por los documentos. Se dio cuenta por los alumnos, que fueron los que se lo contaron.

Alumnos de 14 años le decían que a los 12 y a los 13 ya habían tenido en clase la charla de una asociación gay que venía a soltar «su rollo» en horario lectivo y que iban a volver este año y ya estaban hartos. Luego entendió que se hacía sin comunicarlo previamente a los padres.

Las tutorías con entidades externas, todas del mismo signo

Cuando llegó al instituto, eligió ser tutor de 1ºESO, los chicos de 12-13 años. Normalmente, los temas de tutoría los consensúa el orientador hablando con los tutores. Pero en el ‘Complutense’ el programa tutorial ya estaba prefabricado, no consensuado con los tutores sino diseñado entre la directora Ilenia Megías Chico y las asociaciones que invitaba, de corte militantemente izquierdista: Movimiento contra la Intolerancia, Amnistía Internacional (abortista furibunda desde que murió su fundador, el católico Peter Benenson) y la asociación activista LGTB Kifkif.

En octubre tuvo lugar una reunión de tutores de 1ºESO con la orientadora, una profesora que en este instituto sólo da clases de Ética y Valores. Explica Barrón que en las reuniones con profesores ella no deja de repetir que «no hay verdad absoluta, sólo relativa». Es de suponer que a los chavales también les adoctrinará, con absoluta certeza, en su dogma relativista. Ya en esa primera reunión Barrón explicó que estaba en desacuerdo con recurrir a esas asociaciones, y dijo que eran entidades «sociocomunistas» o cercanas a Podemos que buscan «adoctrinar a los alumnos».

A finales de noviembre llegó la primera charla de un ponente externo, en la clase de tutoría, con el profesor Barrón presente. Una joven de Movimiento contra la Intolerancia empezó a hablar de cosas «negativas» que escribía en la pizarra: machismo, islamofobia, nazismo… «pero no añadía comunismo, socialismo o totalitarismo, por ejemplo», detalla Barrón.

Un alumno repetidor, de 14 años, ortodoxo rumano (hay muchos en Alcalá, y también ucranianos y polacos católicos) preguntó si en España no se perseguía a los cristianos. «En España no hay cristianofobia», dijo contundente la conferenciante… en la misma ciudad cuyo obispo ha sido denunciado al menos cinco veces por delitos de opinión (ganando siempre, en 2012, en 2014, en 2016…) y cuya catedral fue asaltada a gritos por activistas LGTB el 3 abril de 2019, el año antes a esa clase.

Asalto de activistas gay interrumpiendo la misa en abril de 2019 en la catedral de Alcalá de Henares; es normal que un alumno del IES Complutense preguntara al año siguiente si hay cristianofobia en España; no es normal que la ponente dijera que no hay

 

Si no hay cristianofobia en España, ¿con qué llena sus informes el Observatorio de la Libertad Religiosa? Este observatorio recoge que en 2014 se produjeron 8 agresiones contra templos en España; en 2017 fueron 44; en 2018 fueron 53. Y según el informe Gatestone, sobre 2019, ese año hubo 7 casos de profanaciones de hostias consagradas, 5 incendios o intentos de incendio de iglesias (en Tauste, Lérida, Olivenza, Córdoba, Almería), 4 ataques contra belenes, 4 profanaciones en interiores, 24 ataques con pintadas... Por eso, el portavoz de los obispos en abril de 2019 decía: «interrumpir la misa con insultos, ¿qué es, flores y pájaros?»

Pero la experta contra la «intolerancia» invitada al instituto complutense, al parecer, desconocía estos datos sobre intolerancia contra cristianos.

Replantearse los grupos externos que hablan en el instituto

Barrón explica a ReL lo que pasó en la siguiente reunión de tutores con la orientadora. «Hice una argumentación, citando a Popper, ya que esta orientadora insistía siempre en que no hay verdad absoluta. Critiqué el adoctrinamiento y los contenidos, expliqué las fobias que habían comentado y las que no habían mencionado, como la cristianofobia».

«Además, dije que no puede ser que un grupo externo venga a mi clase y cuente lo que le parezca. A mí, como profesor, me exigen tener 70 folios de materiales curriculares, adelantando lo que voy a enseñar. Esos grupos también deberían adelantar por escrito de qué van a hablar, como hacemos los profesores», añade.

«Pedí además que estas charlas se dieran fuera de horario lectivo, no dentro de la tutoría escolar obligatoria. Y pedí que se informara a los padres de qué se trataría, porque los padres no saben nada de lo que se habla. Pedí que los padres supieran para poder elegir. En cuanto a los grupos invitados, dije claramente, ¿por qué no pueden venir los de Derecho a Vivir, HazteOír o el mismo obispo de Alcalá? Que vengan todos, de todas las tendencias, o que no venga ninguno, argumenté».

Además, estaba previsto que viniera la asociación LGTBI Kifkif, como en años anteriores, y que vinieran de Cruz Roja a hablar de sexualidad. «Pero yo me opuse también a que viniera Cruz Roja porque ya hay protestas de padres porque dicen que enseñan a los chavales a masturbarse».

Y, efectivamente, una simple búsqueda en la web CruzRoja.es encuentra el artículo, que cualquiera puede leer, titulado «La masturbación, entre el mito y una salud sexual adecuada» que declara que es «sana y aconsejable» y tiene «numerosos beneficios» y ayuda a mejorar las relaciones sexuales (compruébelo aquí ).

«Todos los tutores de esa reunión apoyaron lo que dije. Incluso quedé asombrado cuando los más declaradamente de izquierdas admitieron que el mensaje de Movimiento por la Intolerancia sonaba rancio, que había quedado anticuado, y que de hecho esas visitas nos hacían perder tiempo de tutorías», recuerda Barrón.

«Más adelante tuvimos una reunión para consensuar que Cruz Roja no hablaría de sexo, sólo de emociones y sentimiento. Y en esa reunión la orientadora decidió, por su cuenta, que yo impartiría el tema de la sexualidad. Y pensé, fantástico, lo haré desde el punto de vista de la ciencia y añadiendo algo sobre el amor y la afectividad».

En ese momento no se dio cuenta de que le tendían una trampa.

La lección de la discordia

Es difícil denunciar a un adulto por cosas que habla con otros adultos. El truco es acusarle de decir cosas inapropiadas ante menores. Pero, ¿qué dijo exactamente Barrón en esas clases de sexualidad?

«Dije a los chicos: me voy a limitar a la ciencia y a lo afectivo, no hablaremos de moral y de otras cosas que debéis hablar con vuestros padres«, explica a ReL. Habló del sexo, el hombre, la mujer… Repartió unas fotocopias sobre el tema de la editorial Editex, «unos textos con todos los permisos educativos».

Ahora en las redes, los promotores de la sexualidad hedonista buscan pantallazos de esas fotocopias con párrafos que critican el hedonismo, lo que les escandaliza…

«Cuando los alumnos levantaron la mano y preguntaron sobre homosexualidad o LGTBI les dije: ‘ahí no me meto’. Pero esos días era noticia que un ‘hombre’ transexual se había quedado ‘embarazado’ y los chicos preguntaron. Expliqué que alguien la tuvo que fecundar, que un transexual sigue siendo una mujer aunque ahora tenga un aspecto externo masculino y lo entendieron».

Impartió tres sesiones sobre sexualidad ante numerosos testigos. Puede decir como Jesucristo en Juan 18, 20: «Yo he hablado públicamente delante de todo el mundo; no he dicho nada en secreto».

Empieza la presión

Entonces la directora, Ilenia Megías Chico, acudió al profesor. «Me dijo que un alumno se había sentido molesto por mis comentarios, que sus padres se quejaron. ¿Qué alumno, padres y comentarios? No me lo quiso decir. Aún hoy no me lo han dicho«, advierte Barrón.

Ilenia Megías, la directora del IES Complutense que ha iniciado el proceso contra un profesor

Ilenia Megías, la directora del IES Complutense que ha iniciado el proceso de denuncia contra el profesor Barrón, que llevaba un año en el centro y pedía que no hubiera sólo visitantes de asociaciones afines a la izquierda radical

El profesor explicó que estaba dispuesto a pedir disculpas al chico o a la familia por si dijo algo que pudiera molestar. «No me molesta pedir disculpas, forma parte de la humildad del ser profesor, todos podemos equivocarnos… Pero no iba a disculparme por explicar la ciencia tal como es, claro, sólo por si hubo alguna expresión que pudiera haber molestado».

«Pero el caso es que no me ofrecieron acceso a la familia ni me aceptaron disculpas. A la siguiente clase retiré las fotocopias y materiales a los 90 alumnos, cambiamos de tema para no molestar a nadie y les dije: ‘ahora hablaremos de ecosistemas‘». Eso fue el 28 de abril.

El interrogatorio con la inspectora de área

Dos días después, la directora le llamaba a una reunión. Allí estaba la inspectora de área, no la inspectora habitual que conoce el colegio (dijeron que estaba enferma) sino su superior. Leía de un portátil, le hizo un interrogatorio y tomaba notas. No tenemos la transcripción literal pero fue algo parecido a esto:

– ¿Usted dijo que los hombres son xy, las mujeres xx y que la transexualidad es sobre todo un maquillaje externo, un cambio de apariencia? -preguntó la inspectora.
– Dije eso, porque es la realidad genética…

– ¿Usted dijo que si un hombre besa a otro hombre está mal?
– Yo nunca he comentado eso en clase.

– ¿Usted ha dicho que personas por problemas de falta de desarrollo y figura paterna pueden tender a la homosexualidad?
– Eso se tendría que matizar…

– ¿Usted ha dicho que en los cursos de Cruz Roja se enseña a masturbar a los menores?
– Sí, pero no lo dije en clase, sino en una reunión de tutores adultos, donde hay libertad de expresión…

– ¿Usted ha dicho que Amnistía Internacional y el Movimiento por la Intolerancia son podemitas?
– Sí, en una reunión de tutores adultos hace meses, en noviembre...

«Entendí entonces, por esas preguntas, que ya desde esa reunión de noviembre me tenían ‘apuntado'», explica hoy.

«Dije a la directora que el asunto, como otras mil cosas que pasan en un instituto, podía darse por solucionado con una simple amonestación y unas disculpas al alumno que se sintiera molesto, si quería. Pero no quisieron».

– Una amonestación y una disculpa no basta. Esto va más allá. Vamos a aplicar toda la legislación. Esto es muy grave – dijeron ellas.

– Mmm… os comento que tendré respaldo jurídico especializado en temas de género -advirtió Barrón.
– Eso podría tener consecuencias. Piense que si un menor declara que ha resultado muy herido… -respondieron.

Ya castigado, su caso cruza fronteras

El caso de Jesús Barrón ya ha cruzado fronteras. Justo después de hablar con ReligionEnLibertad le entrevistaban para un medio de comunicación polaco. Su caso es un modelo de activistas de género presionando a quien disienta y tratando de usar las leyes contra la homofobia para amedrentar a los que no compartan su ideología. Es un caso de cancelación woke de manual, pero en clave funcionario-de-España.

«Ya me aplican una sanción administrativa de 6 meses y con medidas cautelares, cuando aún no se han demostrado hechos. No me han dado aún posibilidad de acceder al expediente disciplinario, ni a los pliegos de cargos, ni de qué se me acusa, pero ya me han juzgado y señalado», protesta.

ReL ha tenido acceso a la «resolución de la Dirección General de Recursos Humanos por la que se incoa expediente disciplinario» al profesor Barrón, con su sello de la Consejería de Educación, que depende del PP. La acusación concreta no es, en realidad, muy concreta. Se le acusa de:

– «comentarios del docente en el aula, sobre diferentes orientaciones sexuales, de carácter homófobo, racista y machista, mostrando desprecio ante grupos de distinta naturaleza»

– «criterios de enseñanza no acordes a lo indicado en la programación didáctica, como la utilización de material fotocopiable de elaboración propia»

Lo segundo es bastante absurdo: el material que usó no era de elaboración propia, sino de la editorial Editex, y fue el centro quien le encargó hablar de sexo, no lo improvisó él.

Lo primero lo niega el profesor y, de hecho, nadie ha concretado qué palabras fueron las problemáticas. Pero si se pronunciaron en clase debería haber muchos testigos: ¿dónde están?

Jesús Barrón señala que muchos padres y alumnos se han puesto en contacto con él para expresarle su apoyo. «Me han apoyado personas de otras orientaciones ideológicas, sexuales, de otros países, con algunas cartas muy bonitas, una variedad extraordinaria de apoyos de los chicos, que son los que han visto y oído lo que pasó», explica a ReL.

En cambio, y de forma tristísima, ningún compañero profesor de ese instituto se ha atrevido a llamarle para expresarle apoyo, ni siquiera en privado.

Era un recién llegado y ha sido elegido como chivo expiatorio. Jesús Barrón cree que la mitad de los profesores, probablemente, no comulgan con la ideología de la directora, pero tienen miedo. «El miedo guarda la viña», comenta.

Objetivo ¿sentar jurisprudencia?

Recursos Humanos se remite al artículo 95 del real decreto de 2015 contra «discriminación» y «acoso». No parece que vaya a tener mucho recorrido. La Asociación de Abogados Cristianos defiende a Jesús Barrón y parece que va a apuntarse un tanto a su favor y sentar jurisprudencia al respecto. Pero, mientras tanto, ya se aplican medidas cautelares conta el profesor.

Por su parte, la directora difundió un comunicado asegurando que «a finales del mes de abril recibo varias quejas por escrito de familias y alumnos de 1º ESO en relación a la práctica docente del profesor». ¿Varias o sólo uno? ¿Varias familias o solo una?

«A mí sólo me dijo que tenía la queja de UN alumno. Sin acceso al pliego de cargos, no sé si ha habido más quejas, quizá a posteriori», comenta Barrón.

La directora en su nota ha declarado que su intención «no es otra que intentar proteger a los alumnos». «Haré todo lo posible para que mis alumnos se sientan libres de expresar sus emociones y pensamientos«, añade.

Pero ¿qué pasaría si un chico cristiano se levanta y dice lo que piensa, que el divorcio está muy mal y daña a los niños, que el sexo fuera del matrimonio es algo malo y dañino, que las uniones homosexuales no son matrimonio de verdad y son relaciones que dañan a las personas y la sociedad y que el sexo debe reservarse para el matrimonio? ¿Se sienten seguros y libres los chicos del IES Complutense para decir eso delante de la directora? ¿Pueden decir que eso es la verdad, cuando la profesora de Ética tiene como dogma que la verdad no existe, sólo opiniones?

«No sé qué pasaría si sucediera eso, aún no ha sucedido», reflexiona Barrón. «Ojalá se levantara un alumno así, y se expresara. Deseo que no se le acallara».

En toda España hay directores escolares de extrema izquierda con profesores conservadores o cristianos bajo su supervisión. Hasta ahora, excepto por casos como el Alicia Rubio (hoy diputada autonómica, antes profesora, cesada en 2017 bajo presión woke) ha habido pocos casos así. Quizá porque muchas veces el conservador o cristiano se deja amedrentar y acallar.

¿Ha sido la directora del IES Complutense demasiado confiada en su capacidad de amedrentar o del proceso sancionador?

¿O hay poderes que intentan que cualquier comentario científico que critique la transexualidad queden tipificados, mediante un precedente jurídico, como ‘delito de odio y transfobia’?

Jesús Barrón también ha hablado en esta entrevista en vídeo

Pero, ¿de qué hablan los lobbies de género a los niños en la escuela? En 2016 unos periodistas de ReL y LaContraTV acudieron a un colegio público del sur de Madrid donde grabaron a una activista transexual que insistía en que «la ciencia no puede saber si soy hombre o mujer». Puede leer aquí lo que sucedió… o escuchar los fragmentos que grabaron.

 

 

Pablo J. Ginés/ReL.

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