Monterrey. “Vivamos lo Nuevo”

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La solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos, que celebramos hoy, es la invitación perfecta para disponernos a vivir nuestro compromiso bautismal y llevar el Evangelio a todos los hermanos.

Una de las mejores formas de predicar el Evangelio es con el ejemplo cotidiano. De nada servirán las palabras expresadas sino son acompañadas con la coherencia de nuestras acciones, por lo que, de manera muy especial, en estos tiempos que nos tocan vivir, es importante que los creyentes hagamos vida nuestra fe, principalmente en nuestros hogares, lugar en donde debemos permenecer unidos, atendiendo con responsabilidad las indicaciones que nos comparten las autoridades.

Somos conscientes de las grandes necesidades por las que están pasando las familias en general y comprendemos la desesperación que existe por querer volver a las actividades laborales pero, debemos tomar conciencia de los riesgos que implican el hacerlo de forma abrupta, sin considerar las normas que buscan nuestro bienestar en general.

No debemos actuar de forma egoísta, pensando en que solo a mí me está pasando esto, que solo mi familia es la que está sufriendo. Todos somos parte de la sociedad y a todos nos afecta la situación actual, pero debemos considerar que la falta de interés de algunos, será perjudicial para todos.

Las acciones solidarias no se limitan a compartir algún bien material, lo cual es de gran ayuda, nuestras acciones deben procurar el bien común de la sociedad, por lo que reitero la petición que hacen nuestras autoridades de salud: permanezcamos en casa y quienes tengan que salir a realizar sus trabajos, sigan las recomendaciones dadas.

Hermanos, la pandemia no ha sido superada, por lo que es necesario que no echemos por la borda todo este tiempo de confinamiento, no desbordemos nuestros ímpetus. Sigamos ofreciendo este sacrificio para vivir la novedad de Dios en nuestra vida.

A todos los miembros de la Iglesia, les pido seguir unidos en la oración. Por nuestra parte, les comunico que el trabajo que estamos realizando, para volver a reunirnos, está muy avanzado. El lema que guiará nuestro regreso es: VIVAMOS LO NUEVO.

Vivir lo nuevo, es estar abiertos a la acción de Dios en nuestra vida, disponiendo nuestro corazón a nuevas experiencias, las cuales confío en que serán enriquecedoras, y nos ayudarán a librar, con humildad y decisión, los obstáculos que se presenten.

Asimismo, les comparto los 7 principios de discernimiento pastoral para la toma de decisiones, así como las 5 normas ha seguir en la atención pastoral, junto a algunas orientaciones generales, que hemos de tomar en cuenta para que, asumiendo nuestra responsabilidad, demos una respuesta clara a lo que esta nueva etapa nos está pidiendo.

Los sietes principios son:

    1.  El cuidado de la vida y la salud.
    2.  El respeto a la indicaciones de las autoridades de salud.
    3.  La búsqueda del bien común.
    4.  La vivencia de nuestra fe y la vida sacramental.
    5.  El discernimiento comunitario en la toma de decisiones.
    6.  La caridad pastoral y la sana administración del tiempo y de los recursos.
    7.  El seguimiento, evaluación y mejora continua en el retorno a las actividades pastorales.

Las cinco normas son:

    1.  Respetar el porcentaje de aforo permitido en el lugar de reunión (templo, salón, oficinas, etc.)
    2. Conservar la sana distancia mínima de 1.5 mts, en cualquier dirección entre las personas en todos los lugares de reunión.
    3. Sanitizar los lugares de reunión, así como procurar la higiene en general.
    4. Mantener el uso obligatorio del cubrebocas en todo momento.
    5. Atender con amabilidad y respeto a las personas, siendo hospitalarios.

El proceso de implementación de estos principios y normas, así como de las orientaciones que daremos a conocer en un documento en el transcurso de la semana, es básico, y requerirá de la buena disposición de todos para ayudarnos mutuamente a reintegrarnos a la vida eclesial.

Finalmente, deseo expresar mi felicitación a todos los comunicadores en este día en que la celebramos la 54ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

Este año, el Papa Francisco, dedica su mensaje al tema de la narración, ya que considera que, “para no perdernos, necesitamos respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no que destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos (…) necesitamos una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros” (Introducción. Papa Francisco. Mensaje en la 54ª Jornada de las Comunicaciones).

La labor de los comunicadores es de gran responsabilidad, particularmente en estos tiempos, en el que confluye una gran cantidad de información en los medios y redes sociales. Es tarea del comunicador, apegarse siempre a la verdad, desechando toda acción que confuda a la población. Nunca debe compartirse una noticia de la que no se está seguro de su veracidad. No por obtener una primicia, que puede brindarle un reconocimiento momentaneo, se debe exponer la ética profesional.

Recordemos que, un buen comunicador es aquel que se esfuerza por servir a sus semejantes, buscando construir una mejor sociedad en la que predominen el amor, la justicia y la paz.

Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Presidente de la CEM

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