Ministros de cinco países europeos, entre ellos el primer ministro belga, Alexander de Croo, se encuentran entre los 29 políticos, y activistas proabortistas que han firmado una carta abierta en la que piden la eliminación de todas las barreras legales al aborto. Sus argumentos son la repetición de las falsedades típicas del lobby abortista desde hace décadas.
La carta, firmada por los ministros de Género e Igualdad de Francia, Canadá y Noruega, y por los ministros de Desarrollo Internacional de Suecia y los Países Bajos, afirma que el derecho de las mujeres al aborto legal y seguro se está viendo mermado por la desinformación y los ataques a los que practican abortos. Piden además la reapertura de las clínicas de aborto cerradas durante la pandemia.
Como informa The Guardian, los firmantes afirman que el aborto debe considerarse un servicio sanitario esencial y piden una campaña mundial «de información objetiva e imparcial» para que las mujeres y las niñas conozcan sus derechos y comprendan sus opciones. No dicen si admitirían que esa campaña expusiera de verdad en qué consiste un aborto provocado: la destrucción de una vida humana.
Publicada ayer por el movimiento SheDecides, la carta pide que se ponga fin al asesoramiento obligatorio para abortar, que se apliquen las próximas directrices revisadas de la Organización Mundial de la Salud y que se apruebe el uso de la mifepristona, el fármaco inductor del aborto, en los países en los que aún no está disponible.
«Ninguna mujer debe verse obligada a llevar a término un embarazo no deseado; y ninguna mujer debe morir a causa del embarazo o el parto. La base de un mundo justo e igualitario para las mujeres y las niñas en toda su diversidad es el derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Todas las mujeres de todo el mundo tienen derecho al aborto legal y seguro, a la atención sanitaria materna y obstétrica, a la educación sexual integral y a la anticoncepción», dice la carta, repitiendo los falsos mantras del lobby abortista desde hace décadas.
La secta proabortista añade en su misiva:
«Pero ahora mismo, en todo el mundo, a las mujeres y a las niñas se les niega sistemáticamente el pleno acceso a sus derechos y libertades sexuales y reproductivas. El impacto desproporcionado de la pandemia de Covid-19, en particular sobre el empoderamiento económico de las mujeres, y el aumento de la violencia sexual y de género, hacen que la necesidad de asegurar la igualdad de género sea más urgente que nunca»
En el colmo de la desvergüenza, los proabortistas que han firmado dicha carta, aseguran que las campañas contra el aborto suelen estar «encabezadas por grupos de presión bien financiados y organizados» en todo el mundo. La realidad es que hay multinacionales abortistas y gobiernos occidentale que presionan, financian e intentan imponer el crimen del aborto a todos los países que hoy siguen rechazando su legalización.
Los proaboristas se muestran especialmente molestos por los grupos provida que actúan frente a sus campos de exterminio:
«Su vanguardia más visible son los manifestantes que se sitúan frente a las clínicas, intimidando y acosando a las mujeres y niñas que buscan servicios sanitarios esenciales. Pero también actúan entre bastidores, colaborando con grupos antiabortistas y políticos para difundir desinformación y forzar un efecto amedrentador sobre los derechos de las mujeres».
La carta añade:
«Si hacemos campaña para que se eliminen las barreras legales y se proteja el aborto como un servicio sanitario esencial, podremos evitar los abortos inseguros, salvar la vida de las mujeres y dar un paso más hacia la consecución de la igualdad de género».
El movimiento SheDecides fue lanzado en 2017 por Lilianne Ploumen, exministra de Comercio de los Países Bajos y firmante de la carta, en respuesta a los recortes de los servicios de salud reproductiva de la administración Trump.
The Guardian/InfoCatólica.