El próximo mes de septiembre, la FSSP, tras 23 años de presencia en Dijon y la Côte d’Or, se ve obligada a abandonar a 300 fieles y a dejar Dijon. Al día de hoy, ¡el Superior de la FSSP aún no ha sido recibido por el Obispo!
He aquí la carta de información enviada a los feligreses de Dijon para explicar la inexplicable decisión de Monseñor Roland MINNERATH.
«Queridos fieles,
Las palabras que me vienen a la mente en estos días son las de Nuestro Señor Jesucristo citando al profeta Zacarías: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño» (Mt 26,31). Esto es lo que amenaza a nuestra comunidad tras la reciente decisión de nuestro arzobispo de expulsar a la Fraternidad de San Pedro de la diócesis de Dijon tras veintitrés años de servicio a los fieles vinculados a la misa tradicional. Durante todos estos años, los sacerdotes de la Fraternidad de San Pedro se han turnado en Dijon para permitirle asistir a la misa diariamente, recibir los sacramentos con facilidad, tener clases de catecismo según la pedagogía de la FSSP e impartidas por sacerdotes, hemos podido desarrollar actividades para todas las edades con el fin de constituir una comunidad viva y pacífica dentro de la archidiócesis de Dijon. ¿Y todo esto podría desaparecer de un plumazo? ¿Sin ninguna consulta?
Por nuestra parte, el superior del distrito de Francia de la FSSP, el padre Benoît Paul-Joseph, ha solicitado una reunión con el obispo Roland Minnerath y le expondremos las razones de nuestra incomprensión y nuestro dolor ante una decisión que nos parece profundamente injusta. El hecho es que vosotros, queridos fieles, sois los más perjudicados en este asunto en el que seréis las principales víctimas de este cambio de régimen: ya no tendréis todos los servicios que os proporcionaba la FSSP y la solución diocesana sigue siendo precaria ya que depende de la buena voluntad de uno o dos sacerdotes diocesanos que ya están a cargo de otra parroquia y que ya no pueden hacerlo. Además, la FSSP permite a su comunidad mantener una unidad entre sus miembros a pesar de la diversidad de pastores que han trabajado en la cuna de San Bernardo. Por lo tanto, le corresponde a usted dar a conocer su angustia por las vías adecuadas para encontrar una solución pacífica por el bien de todos.
Lo que nos amenaza es la división -entre nosotros o, lo que sería peor, con la diócesis- ya que los pastores han sido golpeados. No nos dejemos atemorizar por el espíritu del maligno que siembra la discordia en los corazones. Sepamos permanecer unidos para presentar un frente fuerte y poder superar esta prueba que nos aflige, recordando la advertencia del apóstol San Pablo: «No seáis deudores de nadie, sino amándoos unos a otros; porque el que ama a su prójimo cumple toda la ley» (Rom 13).
En este mes de junio, tradicionalmente dedicado al Sagrado Corazón, os invito a rezar cada día las letanías del Sagrado Corazón por las intenciones de nuestra comunidad.
Padre Roch Perrel, Superior.
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