Hoy, la prioridad es la reforma personal, más que la institucional. Es la lección de San Juan de Ávila, que hoy se festeja.

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Este lunes 10 de mayo se celebra la fiesta de San Juan de Ávila, patrón del clero español y desde 2012 doctor de la Iglesia, convirtiéndose así en un santo referente para todos los católicos.

Conocido como el apóstol de Andalucía, este sacerdote predicó especialmente en el sur de España falleciendo y siendo enterrado en la localidad de Montilla, lo que une a este gran santo con la Diócesis de Córdoba.

Una de las personas que mejor conoce la figura de San Juan de Ávila es el sacerdote Nicolás Álvarez de las Asturias, catedrático de Historia del Derecho Canónico en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso y profesor visitante en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, la San Pío X de Venecia y de la Universidad Católica de Lisboa.

En el marco del congreso sobre la figura de San Juan de Ávila que se está celebrando en Córdoba, Álvarez de las Asturias explica en una entrevista con la web diocesana de Córdoba que el santo “se encuadra en el grupo de los reformadores que supieron unir en su vida una sólida formación intelectual, una ferviente piedad y un asombroso celo pastoral”.

De este modo, explica que la contribución del santo español “a la reforma del clero y a la educación de las vocaciones sacerdotales es particularmente significativa. Asimismo, su convicción de que el ministerio de la dirección espiritual es una dimensión que el sacerdote debe ofrecer y cultivar con esmero”.

Nicolás Álvarez de las Asturias, sacerdote

El sacerdote Nicolás Álvarez de las Asturias es un gran experto sobre San Juan de Ávila / Diócesis de Córdoba

En su opinión, estudiar la vida del santo ayuda a comprender la Iglesia de hoy. “La historia es, siempre que se la estudie de modo adecuado, magistra vitae. Considero que Juan de Ávila nos enseña hoy la prioridad de la reforma personal sobre la institucional. Así comenzaba su primer escrito al Concilio de Trento y hoy sabemos que los frutos de ese Concilio lo fueron en gran medida por haber sido aplicado por santos”, recuerda el padre Álvarez de las Asturias.

Sobre los conocidos sermones de San Juan de Ávila destaca algunos aspectos concretos que todavía hoy mantienen su vigencia: en primer lugar, su clara intencionalidad de mover a los oyentes a la conversión, de suscitar en ellos un mayor deseo de corresponder al amor de Dios. En segundo lugar, su capacidad de hablar apasionadamente de Jesucristo, como alguien vivo, con quien se puede entablar una relación de amistad”.

Igualmente, este experto en el santo español cree que queda “mucho por estudiar tanto de su vida, como de sus obras y de su doctrina. Pero, sobre todo, cada generación está llamada a inspirarse en los modelos que la Iglesia presenta a los fieles como santos. En este sentido, estoy seguro de que cada generación de cristianos en general, y de sacerdotes en particular, encontrarán en san Juan de Ávila luces claras para vivir cada vez más conformes a la propia vocación y más cerca de Dios”.

¿Qué ha supuesto para él conocer a este santo? “Un enorme de deseo de armonizar, como él, estudio, piedad y celo apostólico en una vida que pueda percibirse como enteramente sacerdotal”, responde Nicolás Álvarez de las Asturias.

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