Los obispos colombianos han publicado un comunicado titulado “La violencia no soluciona nada, produce sufrimiento y muerte” exhortando a que finalice la ola de violencia y saqueos que azota a Colombia desde el 28 de abril, que ha causado cientos de heridos y una veintena de muertos.
También convocan «a las comunidades católicas a una jornada de oración en las parroquias el próximo 7 de mayo, primer viernes de mes, dedicado al Corazón de Jesús”.
“¡Que se detenga, por el bien de todos, la espiral de violencia y el círculo de muerte que se está impulsando!”, exigen los obispos.
“Es momento de emprender juntos la tarea de generar un modelo de desarrollo humano integral”, afirma su comunicado.
“Manifestamos nuestro profundo dolor, especialmente por las muertes que han tenido lugar en este contexto, por los heridos y por los enfermos que no han podido contar con la atención de la misión médica”, indicaron los obispos.
“Reafirmamos que la violencia, el vandalismo, las agresiones, el abuso de la fuerza y el caos social no solucionan nada, pues sólo traen consigo sufrimiento y muerte, especialmente a los más pobres, además de deslegitimar y hacer cuestionable cualquier protesta social”, continuaron.
Los obispos defienden el derecho a la protesta pacífica pero rechazan “decididamente, sea cual fuere su proveniencia, las violaciones a los derechos humanos, los actos de violencia vandálica, los bloqueos a la movilidad y al abastecimiento de alimentos, la desaparición de personas, los atentados contra la integridad física de cualquier persona, los destrozos causados a los bienes públicos y privados”.
Los prelados alentaron a trabajar en la reconciliación nacional y reiteraron, “unidos al Papa Francisco, que es urgente abrir los canales para el diálogo social, para afrontar la compleja situación que vivimos”.
“La paz es un don de Dios y una tarea nuestra. Pidamos, por tanto, la reconciliación del pueblo colombiano y la gracia de afianzarnos en la justicia, en la libertad y en solidaridad fraterna”, concluyeron.
De la huelga general a la violencia y los disturbios
El pasado 28 de abril se inició en Colombia una huelga general nacional contra la reforma tributaria que impulsaba el presidente Iván Duque. Sus protestas se volvieron violentas en numerosos puntos, con la participación de muchos jóvenes descontrolados. Aunque Duque retiró su propuesta de reforma tributaria, la violencia siguió.
En Cali los violentos quemaron autobuses y saquearon tiendas, chocando con la policía. Además, en Cali unas 50 personas bloquearon la vía que comunica con el Puerto de Buenaventura, para así impedir el normal abastecimiento de la ciudad.
Policía contra inspectores de la ONU y procuradores
Una petición de los manifestantes es desmantelar el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía.
Según el diario El Tiempo, algunos policías atacaron el 3 de mayo a una misión humanitaria de la Procuraduría, la Defensoría, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos y organizaciones civiles.
Antes del ataque, algunos de los agentes increparon a la misión diciéndoles que “no servían para nada” y cuestionándolos sobre “por qué no defendían a los policías”, muchos de los cuales repelen a los vándalos sin armas letales en distintas ciudades de Colombia.
La agencia de noticias Efe informó que la noche del 4 de mayo, los violentos atacaron al menos 15 puestos de la policía en Bogotá, uno de los cuales fue incendiado. Unos 10 agentes lograron escapar de las llamas. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, consideró esta agresión como “brutal”.