Los obispos de la República Democrática del Congo han condenado la violencia rebelde en el este del país, destacando los intentos de islamización, la conversión forzosa de los prisioneros y la muerte de miles de personas, incluidos niños.
En una declaración recibida por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), miembros de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) de la República Democrática del Congo denunciaron al factor religioso en los ataques de soldados de las militantes Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF).
Dijeron: «Los asaltantes utilizan los puntos débiles de las fuerzas armadas regulares para lograr sus objetivos políticos o religiosos: ocupación de tierras, explotación ilegal de los recursos naturales, enriquecimiento injusto, islamización de la región en desafío a la libertad religiosa».
Añadieron que los combatientes «ven la islamización de la región como una especie de estrategia más profunda para una influencia negativa a largo plazo en la situación política general del país».
La declaración resumió los hallazgos de un viaje a Kivu del Norte e Ituri por una delegación conjunta de CENCO y la Asociación de Conferencias Eclesiásticas de África Central en enero.
Durante la visita, los prisioneros que habían escapado de la milicia islamista ADF dijeron a los obispos «que habían sido obligados a ‘convertirse’ al Islam».
Los obispos añadieron: «Las víctimas se cuentan por miles: más de 6.000 muertos en Beni desde 2013 y más de 2.000 en Bunia solo en 2020. También hay al menos tres millones de desplazados y alrededor de 7.500 secuestrados».
Los obispos enfatizaron que la violencia es particularmente mala en la región de Beni-Butembo.
Dijeron: «Los asesinatos en la región de Beni-Butembo se remontan a 2013. En los últimos días, especialmente desde el último trimestre de 2020, es el sector de Ruwenzori el más atacado. Ya han muerto más de un centenar de personas, entre ellas niños.»
Durante décadas, la región del este de la República Democrática del Congo, rica en recursos naturales, ha estado plagada de violentas incursiones de las ADF. Originalmente con sede en Uganda, desde la década de 1990, la ADF ha expandido cada vez más sus operaciones en la provincia de Kivu del Norte de la República Democrática del Congo.
En junio de 2019, el líder de ADF, Musa Baluku, prometió formalmente lealtad al Estado Islámico, lo que provocó divisiones dentro del grupo.
Los obispos informaron que los lugareños han acusado a la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo de complicidad, al no haber evitado que ocurrieran masacres a pocos metros de las posiciones de las tropas de la ONU.
«La situación de inseguridad en Oriente es una verdadera crisis, que está afectando a todo el país. No podemos esperar el desarrollo de este país mientras Oriente permanezca bajo el control de depredadores», dijeron los obispos.
Independent Catholic News.
Traducido por InfoVaticana.