Un grupo de sacerdotes católicos alemanes ha decidido establecer un día de bendición para todas las parejas LGBT+ el 10 de mayo. La decisión se produce tras el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe que recuerda que no se pueden bendecir las uniones entre personas del mismo sexo. Roma calla.
«No nos negamos a una ceremonia de bendición», reza el sitio web de la iniciativa, «lo hacemos bajo nuestra responsabilidad como pastores, prometiendo a las personas en momentos importantes de su vida las bendiciones que sólo Dios da».
«Respetamos y apreciamos su amor, y también creemos que las bendiciones de Dios están sobre ellos», continúa la declaración, «no aceptamos que una moral sexual exclusiva y anticuada socave nuestra labor pastoral».
La web cuenta con un espacio para las solicitudes voluntarias del clero que quiera contribuir activamente a la causa. De hecho, rellenando un sencillo formulario, se puede designar la propia parroquia con la posibilidad de transmitir la bendición por streaming.
Roma calla
La reacción virulenta del lobby LGTBI al documento de Doctrina de la Fe ha sumido a la Santa Sede en un silenció absoluto sobre esta cuestión, a pesar de que determinados medios de comunicación y personas que han hablado con el Papa aseguran que el Pontífice está disgustado con el dicasterio presidido por el cardenal Ladaria.
InfoCatólica.
EN LA PRÁCTICA LES ESTÁ INVITANDO A HACERLO
El obispo de Essen no tomará medida alguna contra los sacerdotes que bendigan uniones homosexuales
El obispo de Essen, Mons. Franz-Josef Overbeck, ha declarado en una entrevista que los sacerdotes de su diócesis no deben esperar ninguna consecuencia si se oponen a la prohibición de bendecir las uniones homosexuales. «No haré nada», dijo el obispo del Ruhr. «No suspendería ni pondría otras sanciones eclesiásticas a un sacerdote de la diócesis» si bendijera una relación homosexual.
(CNAd/InfoCatólica) «Hay muchas bendiciones para las parejas del mismo sexo», dijo Overbeck en la entrevista de la WDR sobre la Semana Santa. También admitió que la cuestión no era el rechazo de las personas homosexuales, sino la cuestión de «la forma de convivencia de las personas homosexuales». En esta cuestión, la iglesia en el mundo se encuentra, en su opinión, «en culturas muy diferentes». El obispo parece ignorar que no se trata de una cuestión cutlural sino esencialmente doctrinal y que no es posible una Iglesia unida si cada obispo hace lo que le parece oportuno independientemente de cuál sea el dogma y la moral católicos.
La abierta oposición de un grupo importante de obispos alemanes -y de organismos y medios de comunicación financiados por ellos- a la confirmación por parte del Vaticano, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de que las uniones homosexuales no pueden ser bendecidas en la Iglesia católica lleva días causando revuelo en todo el mundo. Algo que habría resultado impensable hace tan solo unos pocos años, hoy ha alcanzado unas dimensiones muy importantes, sobre todo en países centroeuropeos, señal del avance dramático de la apostasía en ellos.